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Tensión en una aldea de Ourense tras la llegada de un asesino múltiple: "Hay preocupación"
El hombre, de 72 años, cumplió 40 en prisión por asesinatos, agresiones sexuales y otros delitos
Desde inicios de 2025, los habitantes de la pequeña aldea de San Pedro, situada en A Bola, Ourense, conviven con un nuevo vecino que ha generado temor: un asesino múltiple que ya ha cumplido condena.
El hombre de 72 años pasó cuatro décadas en la cárcel debido a una larga lista de delitos, entre ellos varios asesinatos, agresiones sexuales, robos y tráfico de drogas. Desde que salió de prisión, reside en esta zona rural de Galicia, donde su presencia ha causado miedo entre los vecinos.
"Cuando llegó le prestamos ayuda porque no sabíamos nada", explican algunos residentes, señalando que el hombre tiene una discapacidad en una pierna. "Aquí nos conocemos todos y hay preocupación", agregan.
Una vida marcado por la violencia
El hombre es Antonio Gali Balaguer, un criminal español con un largo historial de delitos. En 1979 fue condenado por tres abusos sexuales, de los cuales dos fueron a menores de 10 y 13 años, y otro a un niño al que amenazó con un cuchillo.
En 1982 cometió su primer asesinato al matar con un hacha al marido de su amante en Zaragoza. Dos años más tarde, en 1984, violó y asesinó a una niña de 11 años en el barrio de La Cartuja, también en Zaragoza.
Su crimen más reciente lo llevó a cabo en 2005, cuando asfixió a una mujer en la zona de Maside, Ourense y abandonó el cuerpo en una cuneta. En su declaración ante el juez, trató de justificar sus hechos afirmando que pensaba que “recuperaría el conocimiento”.
A lo largo de su vida, acumuló múltiples condenas por delitos graves, lo que explica la inquietud que ahora se vive en esta pequeña comunidad gallega.
Medidas de precaución
La alcaldesa de A Bola, Teresa Barge, ha indicado a Europa Press que el hombre "no tiene la movilidad suficiente como para perseguir a nadie", aunque insiste en que es importante "tener cuidado".
Como medida preventiva, el consistorio verificó la identidad y antecedentes del hombre y trasladó la información a la Guardia Civil, para confirmar que efectivamente había cumplido su condena y no era un fugitivo.
Teresa Barge reconoce que en el pueblo hay "inquietud", agravada por "las numerosas visitas" de diferentes medios de comunicación que han alterado la tranquilidad habitual de la zona. “No nos lo imaginábamos ni en nuestras peores pesadillas. Es una película de terror”, afirma.
