La magia de los años

Ella sostiene entre sus manos temblorosas los sueños que le faltan por cumplir. En su trote lento parece querer alcanzar el infinito. Ama, ríe, llora y canta al atardecer. Danza dejándose acariciar por el tiempo, ese tiempo que ha forjado lo que ella ahora es.

Abraza a su descendencia a quienes desea heredarles el valor de atreverse siempre, de agradecer y de servir porque sabe que la magia está en los pequeños detalles, como ofrecer agua a los perros de la calle. Nos ha inculcado el respeto al prójimo, la libertad de credo y el amor a la naturaleza. Cultiva sus saberes pues está convencida de que hay que aprender hasta el final. Nada le impide ser activa laboralmente, la inteligencia no tiene parámetros en la edad y la experiencia siempre le habrá de ayudar.

Le gusta romper con la rutina, pero no olvida cuidarse y disfrutar un buen postre nunca está por demás. El alma sabe proteger y asegura que el rencor y el odio causan desavenencias que enferman, es más sano bendecir y amar. Del Creador nunca se olvida, siempre nos da la bendición contagiando su infinito amor.

Es digna portadora de belleza. La fragancia de violetas frescas despierta su feminidad renaciendo día tras día y gritando vida y libertad. 

No, no es un estorbo, un mueble obsoleto o un libro de aburrimiento, tampoco una carga para los nietos. Es más bien vida, ella es todo amor  Es un libro de antaño pero también un éxito de ventas que no hay que olvidarse de leer. Ella es la abuela y no concibo la existencia sin ella, pues entre sus memorias y olvidos siempre se hace presente.