En la última década los procedimientos de rejuvenecimiento, tanto quirúrgicos como médicos-estéticos, se han convertido en una prioridad para gran parte de los españoles, tanto hombres como mujeres. De hecho, se han multiplicado los centros de medicina y cirugía estética.
La búsqueda incansable de la belleza ha dado lugar a una verdadera revolución en la industria relacionada con este sector. Sin embargo, conseguir la "juventud eterna" no debería ser el objetivo principal; en primer lugar porque es imposible, y después, porque lo más importante es la seguridad de los procedimientos y la obtención de resultados armónicos, simétricos y de buena calidad.
Por suerte, la tecnología ha avanzando mucho en este sentido y hay una amplía variedad de herramientas láser con las que podemos restaurar la expresión y normalidad de los rasgos que se han perdido con el paso de los años. ¿Lo mejor? Que son poco invasivos.
Aunque cada persona tiene unas características diferentes, y la forma de envejecer es diferente y viene dada por múltiples factores –pieles con dermatitis, psoriasis, acné, cicatrices o manchas, entre otros–, a la hora de aplicar un tratamiento u otro es fundamental valorar en qué momento de su vida está el paciente a tratar.
Por ejemplo, pasados los 50 años los tratamientos clave van encaminados a recuperar la elasticidad y firmeza de la piel. En este sentido el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), nos cuenta qué tres láseres de rejuvenecimiento facial se encuentran entre los más eficaces.
Hay distintos tipos de láser, con nombres que quizás no hayas escuchando nunca. Sin embargo, antes de tomar la decisión de decantarte por uno u otro debes consultar con tu doctor. Además, el número de sesiones dependerá de cada persona y cómo se encuentre su afección.
La ventaja de este tipo de láseres es que ofrecen resultados efectivos e incluso permiten decir adiós a las manchas de nacimiento. Su inconveniente es que siempre resultan un poco molestos, y, en algunos casos, son costosos. Sin embargo, apenas necesitan tiempo de recuperación y se puede seguir con la vida normal después de aplicarlos.
Eso sí, tras los láseres hay que tener mucho cuidado porque la piel nueva que se va a formar es muy delicada. Por eso, debemos utilizar protección y no tomar el sol en las centrales del día. Además, a la hora de limpiar la piel también hay que ser muy cauteloso y deben usarse productos específicos para pieles sensibles.
Es recomendable realizar los tratamientos en otoño o invierno porque en estos meses hay menos sol, que es uno de los principales causantes del evejecimiento de la piel.