Todos lo hemos comprobado, después de una buena carcajada nos sentimos mejor. Nuestro humor cambia, al igual que cuando alguien nos atiende y nos regala una enorme sonrisa. Esto nos reconforta, de pronto vemos las cosas de otro color y nuestro optimismo aumenta. Reír nos aleja de emociones negativas y es por ello que la risa puede emplearse también como terapia. La risoterapia contribuye a que nuestro bienestar sea mayor además de aportar otros beneficios mentales.
La risoterapia es una técnica que trabaja con la risa de forma terapéutica, no como un fin, sino como un medio, complementándola con actividades grupales y de juego. Su finalidad es conseguir un mayor autoconocimiento interno y un mayor crecimiento personal, explican desde la Escuela de Risoterapia de Madrid.
Estar de buen humor libera las tensiones y cuando estamos relajados somos capaces de ver las cosas con más claridad y de otro modo. Nuestra mente se llena de energía. La risoterapia, en definitiva, es una forma de trabajar las emociones.
Además de la risa se recurre al juego o a técnicas vivenciales que están relacionadas con el conocimiento o la expresión corporal, meditaciones, mindfulness o la danza, entre otros. Las sesiones se suelen realizar en talleres grupales donde se comparten experiencias.
La risa aplicada de un modo terapéutico busca aportar distintos beneficios según los expertos: