Ramón Sánchez-Ocaña
Opinión

Bronquiolitis, es la época

Ramón Sánchez-Ocaña

Sábado 26 de noviembre de 2022

5 minutos

 Bronquiolitis, es la época 

Sábado 26 de noviembre de 2022

5 minutos

Todavía falta alguna semana para que lleguemos al pico máximo de contagios.

Las restricciones durante la pandemia y el uso de mascarillas impidieron que los últimos años hayamos tenido esta alarma. Serán muchos los bebés que van a visitar las urgencias de un hospital debido a la bronquiolitis.  

Se puede definir como la inflamación de los bronquiolos, es decir, de las últimas ramificaciones de los bronquios. Afecta a las vías respiratorias bajas de los niños menores de dos años y por estas fechas, hay un incremento preocupante de incidencia. Aunque son varios los virus que pueden causarla, en el 80 por 100 de los casos se trata del llamado virus respiratorio sincicial. El virus provoca la inflamación de esas vías, y después de unos síntomas que parecen un catarro normal, empiezan a observarse sibilancias (pitos), una tos distinta, más seca, y dificultades respiratorias. Otro de los signos es que el niño está irritable y sobre todo, pierde el apetito. En ocasiones es preciso ayudar con ventilación mecánica ante la dificultad que el niño presenta para respirar. Puede durar entre 7 y 12 días.

Suele aparecer en estas fechas y con brotes epidémicos en los dos primeros años de vida. Durante el primer año, afecta por lo menos a uno de cada diez niños.

No suele ser grave, salvo que se produzca en niños muy pequeños o entre niños que ya padecen una enfermedad respiratoria de otro tipo.

Muy contagioso

También se llama el virus de los bebes y entre prematuros es muy frecuente (más del 13 por 100). Se contagia con mucha facilidad al toser o al estornudar y al tocar, besar o dar la mano. 

También puede surgir el contagio por un adulto que tiene una infección respiratoria banal. En zonas muy pobladas y en guarderías el contagio es muy fácil, hasta el punto de que en lactantes prematuros no se aconseja la guardería precisamente por la posibilidad de contraer la enfermedad. 

Las recomendaciones higiénicas de los especialistas son:

  • Evitar ambientes con humo o con mucha gente.
  • El niño pequeño debe estar en una habitación distinta a sus hermanos.
  • Lavar las manos con frecuencia.
  • Tirar los pañuelos usados.

Una vez producido el contagio hay un tiempo de incubación que suele ser de tres o cuatro días, tras los cuales aparecen los primeros síntomas 

Tratamiento

En un porcentaje muy alto de casos, el tratamiento suele ser sintomático y en el propio domicilio del niño. Pero no es raro que, tras la visita del médico, se le envíe al hospital. 

Es fácil entonces que se le solicite una placa de tórax y sobre todo, esa prueba de ponerle una especie de pinza en los dedos para saber el volumen de oxígeno en sangre. Porque si el niño tiene dificultades respiratorias, es posible que no tenga una buena oxigenación y, por tanto, necesite ingreso hospitalario y aporte de oxígeno.

Aunque no hay un tratamiento eficaz, si hay medidas paliativas inmediatas, como es la ayuda respiratoria, fisioterapia para ayudar a esa respiración y líquidos abundantes. Aunque los antibióticos no tienen facultad antivírica, en muchos casos aparecen infecciones bacterianas asociadas.

Ante la dificultad para respirar se pueden dar broncodilatadores.

En todo caso, los especialistas cuentan con una gammaglobulina oral que se puede dar a niños que estén en alto riesgo. También el tratamiento podría resolverse con antivirales específicos y desde hace poco tiempo  se dispone de un fármaco a base de anticuerpos monoclonales humanizados.

Será el pediatra quien imponga el tratamiento más adecuado. 

Pero debe saberse que la gran mayoría de bronquiolitis no tendrán ninguna trascendencia. Otras sí precisarán de tratamiento hospitalario, aunque en todo caso, tras un momento de auge de la enfermedad (hacia los 3 días de su aparición), el proceso no llegará a los diez días.  

Suele ser muy útil que el niño esté semiincorporado, para facilitar la respiración y que de vez en cuando se le humidifique la habitación.

Incidencia

Se puede calcular que la bronquiolitis afecta a un 10 por 100 de niños menores de 2 años. El virus respiratorio sincicial motiva hasta 20.000 visitas al servicio de urgencia y es la causa de entre 7.000 y 14.000 hospitalizaciones anuales.

Distinta a la bronquitis

No se debe confundir con la bronquitis. La bronquitis es la infección o inflamación, aguda o crónica de los bronquios; es decir, afecta al comienzo del árbol bronquial. Puede estar producida por agentes patógenos, por irritación o por la acción de productos tóxicos. Entonces la cubierta interna de los bronquios se inflama. Al dilatarse, el calibre del bronquio disminuye, la respiración se hace sibilante y aparece tos seca. Sería la definición escueta de una bronquitis aguda. Suele cursar con fiebre y ceder tras unos días de tratamiento médico. Desaparece y no deja rastro. No es grave, y el tratamiento está perfectamente contrastado.

¿Y será asmático?

Sin duda, la bronquiolitis puede parecerle a la madre un ataque de asma, ya que se caracteriza –como el asma– por un estrechamiento de los bronquios y, por tanto, por la consiguiente dificultad respiratoria. Sin embargo, en la bronquiolitis  aparece una tos persistente después de unos síntomas catarrales. En el asma, no hay esos síntomas previos y el ataque –dificultad respiratoria– se presenta de manera más rápida.

Lo que si puede le puede quedar al niño son unos bronquiolos sensibles, podríamos decir, de manera que puede tener una mayor facilidad para un nuevo proceso. Y es posible que si hay antecedentes familiares, tenga una mayor probabilidad de ser asmático.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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