Los pensionistas debemos alzar la voz ahora y no después

 

De acuerdo a publicaciones y según nos dicen, nuestras pensiones, lamentablemente, no gozan de buena salud, y para ello han concurrido diversos factores acumulados en el tiempo. Especial relieve ha tenido la gestión de las mismas.

Cabe señalar que una parte muy importante de nuestra población, el 22%, dependemos de ellas.

Se está observando una evolución en la economía preocupante a la vista de los datos ofrecidos que no auguran tiempos mejores. 

- Incremento de la deuda pública: doscientos millones de euros diarios.

- El importe de pago de intereses de la misma puede este año ascender a 50 mil millones de euros.

- Subvenciones concedidas por más de 100 mil millones de euros.

- Sanidad colapsada: a junio de 2023, 819.964 personas en lista de espera de pasar por quirófano.

- Incertidumbre en el contexto internacional.

Acabo de leer una publicación que me pone los pelos de punta y que dice: "La situación del endeudamiento pasa por 'medidas muy impopulares', según explica un profesor de EAE, escuela de negocios, que se resumen en aumentar los impuestos y a reducir el gasto, mediante reformas estructurales, como por ejemplo, el gasto en pensiones".

Estas medidas, que respeto pero no comparto, aparte de ser impopulares, no son de recibo, y el concepto gasto es inapropiado, pues solo se contempla a mi entender en algunas partidas –por ejemplo, personas que no han cotizado, complementos a mínimos, las no contributivas y otras– ya que las pensiones son un acumulado de aportaciones y la pensión un pago o retorno de esas aportaciones. La deuda pública exponencial no se ve incrementada precisamente por el pago de pensiones, sino por el despilfarro que se desprende en el gasto público y la obesidad de nuestro Estado.

Sirva de ejemplo que con Aznar, los servicios políticos nos costaban 3.184 euros por segundo, en 2022 la espeluznante cifra de 6.951 euros, algo inasumible para la economía española.

Ante este panorama los pensionistas debemos alzar la voz ahora y no después, cuando los recortes vengan impuestos de fuera. Estamos a tiempo, nos adelantamos a que no se tomen medidas drásticas para nuestro colectivo, ya que no son las pensiones las culpables del incremento de la insostenible deuda pública, o quien pague los platos rotos de una administración errática en sus planteamientos económicos.

Resulta llamativo que cuando se dice de recortar, siempre se acuerdan de los mismos: presupuestos en Ministerio de Sanidad, Educación y Seguridad Social. Nunca he escuchado ni leído que sus Señorías recortarían sus asignaciones, subvenciones a sus formaciones políticas, recorte en el gasto público…

Recordar que el endeudamiento de hoy son los impuestos del mañana.

Gobierne quien gobierne las pensiones se defienden.

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