Encuesta de satisfacción

Últimamente se ha impuesto una muy buena idea como es preguntar a los clientes sobre su grado de satisfacción por el servicio prestado, pero hay quien pide opinión y no analiza las respuestas y, otros, ya preguntan antes de dar el servicio.

Dos vivencias de este verano:

• Se  averió el aire acondicionado del coche, escribí un mail al servicio de asistencia urgente de la marca y al no recibir respuesta, solucioné el problema por mi cuenta. Transcurridos 6 días me llaman para acusar recibo de mi aviso, se felicitan por tener resuelto el problema y me plantifican la encuesta.
• Envío un correo interesándome por contratar el suministro de gas en una segunda residencia y me responden solicitando cumplimente mi grado de satisfacción. 

Ahora que con los mails había conseguido librarme de largas esperas al teléfono, discutirme sobre el titular del contrato y dejar de pulsar números para ser atendido, me entretienen con encuestas que no consideran.

SOBRE EL AUTOR:

Josep Pagès Martí (Barcelona 1945). Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y miembro del Instituto de Analistas Financieros de España. Presidente de Prisma Asset Management, sociedad especializada en la gestión de fondos de inversión, fondos de pensiones y SICAV en Luxemburgo.

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