Salud mental de los mayores en tiempos de pandemia

A lo largo de la historia, las personas mayores se han visto drásticamente marginadas en todos los ámbitos, dado que van perdiendo facultades, tanto como de su propio cuerpo, como en los distintos grupos o comunidades de las que forman parte. Ya sea en trabajos, lo cual afecta sus ingresos y calidad de vida,  o en la sociedad en general, que les quita valor humano y los considera de alguna u otra forma no aptos para ejercer diferentes tipos de actividades que aportan a la vida social por el mero hecho ser personas mayores.

Viéndolo desde esta perspectiva, ya en este punto debe ser difícil para las personas mayores afrontar estas realidades e intentar sobrellevar estas dificultades con la estructura de la sociedad en su contra.

Sumando a esto la realidad actual de la pandemia, que nos afecta mundialmente, cada uno de los aspectos mencionados se magnifica, dejando como consecuencia un aumento en la dificultad de la vida de las personas mayores, ya que además de luchar contra las dificultades que les afectan día a día, se suma a ellos la soledad y la necesidad de mantenerse con el menor contacto físico con personas externas para no contraer el virus, ya que les afecta más que a cualquier otro individuo de otro grupo etario.

La soledad, en especial, es uno de los factores más delicados para la personas de este rango de edad, ya que es cuando se comienza a sentir un sentimiento de soledad que se ve magnificado por varios motivos, tales como, pérdidas humanas cercanas al individuo, que son más comunes en este rango etario, como su pareja o cónyuge, independización de los hijos y/o nietos en el caso de haber formado una familia. La solución al sentimiento de soledad se podía resolver con la visita regular a los seres queridos, la realización de actividades al aire libre o distintas a la rutina cotidiana. 

Con la pandemia, todo esto se ve restringido completamente y como consecuencia la estabilidad y salud mental de las personas mayores se ve afectada de una forma preocupantemente negativa. 

Es por esto, que escribimos esta carta, en forma de llamado a los profesionales de la salud mental, ya sean psiquiatras, psicólogos, etc. para que juntos ideen soluciones o programas que vayan dirigidos a estas personas, ya que muy pocas veces se crean programas enfocados en los mayores y la mayoría de las veces son para individuos de menor edad, como niños, adolescentes o adultos jóvenes. Con esto, además de ayudar a la salud mental de las personas mayores, se forma un sentimiento de integridad a la sociedad, dejando de lado la exclusión y demostrando preocupación por este grupo de personas.

Rubén Rozas y Fernanda Godoy, estudiantes de la escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica.

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