Miriam Gómez Sanz
Avances
Poner precio al dolor, más preciso que la escala del 1 al 10 para medirlo
Un método británico facilita comparaciones y ensayos clínicos más fiables
Preguntar a las personas cuánto dinero aceptarían a cambio de soportar dolor ofrece una forma más precisa y confiable de medir el malestar que la escala habitual del 1 al 10. Así lo asegura un estudio dirigido por la Universidad de Lancaster (Reino Unido) y publicado en la revista Social Science & Medicine.
En la investigación participaron más de 300 voluntarios de entre 18 y 60 años, quienes fueron expuestos a estímulos dolorosos leves. Se les pidió que calificaran la intensidad mediante la escala numérica tradicional o que indicaran la compensación económica que necesitarían para repetir la experiencia. Además, se incluyó un estudio de analgesia: algunos participantes recibieron un placebo y otros una crema analgésica mientras enfrentaban los mismos estímulos.
Los resultados revelaron que la medida monetaria distinguía de manera más clara los diferentes niveles de dolor, detectaba con mayor consistencia los efectos del alivio y permitía comparaciones más significativas entre individuos.
La conocida pregunta "califica tu dolor del 1 al 10" se usa ampliamente en entornos clínicos y de investigación, pero sus limitaciones son bien conocidas. Cada persona interpreta la escala de forma diferente, lo que dificulta la comparación de resultados entre personas o grupos. Por el contrario, los autores del estudio afirman que ponerle precio al sufrimiento crea un marco de referencia común.
"A todos nos han pedido que califiquemos nuestro dolor del uno al diez, pero el tres de una persona puede ser el cinco de otra, y esas cifras pueden variar con la experiencia", explica el profesor Carlos Alós-Ferrer, de la Escuela de Administración de la Universidad de Lancaster. "Nuestra investigación propone una solución mejor: convertir el dolor en dinero, no para mercantilizar el sufrimiento, sino para crear una escala que todos podamos compartir".
El profesor Alós-Ferrer añade que, aunque distintas personas asignarán distintos precios al mismo malestar, esto no representa un problema: "Como resultado, las mediciones son más precisas y la variación de niveles bajos a altos de dolor se refleja claramente en la escala monetaria. Esto resulta útil para los ensayos clínicos que estudian la eficacia de los analgésicos y tratamientos, ya que los participantes se asignan aleatoriamente a diferentes grupos".
Medir bien el dolor importa
Los autores del estudio afirman que es importante perfeccionar la medición del dolor autoinformado, ya que una evaluación inexacta puede provocar un manejo inadecuado, afectando la calidad de vida de quienes padecen enfermedades crónicas y generando una carga considerable para los sistemas de salud.
Por ejemplo, en Estados Unidos se gastan anualmente más de 600.000 millones de dólares en tratar el dolor, superando el coste del tratamiento de las enfermedades cardíacas y la diabetes.
Los autores sugieren que su método proporciona un enfoque complementario para medir de forma fiable el dolor experimentado en diferentes individuos y podría abrir la puerta a futuras investigaciones que mejoren su medición y manejo.
