Salud

La gran mentira detrás del agua alcalina

65ymás

Foto: Bigstock

Domingo 21 de enero de 2024

5 minutos

Beber agua alcalina envasada no ayuda a prevenir los cálculos renales, según un estudio

La gran mentira detrás del agua alcalina y sus supuestos beneficios (Bigstock)
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Domingo 21 de enero de 2024

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El consumo de agua alcalina, agua con un pH promedio de 8 a 10, ha aumentado constantemente a nivel mundial, ya que sus defensores afirman que es una alternativa más saludable al agua normal. La terapia de alcalinización urinaria se prescribe con frecuencia en pacientes con urolitiasis de ácido úrico y cistina. Sin embargo, no está claro hasta que punto las aguas disponibles comercialmente aumentan realmente el pH urinario.

Investigadores de la Universidad de California, EEUU, con la colaboración de Wolters Kluwer, han analizado cinco marcas de agua de venta en supermercados. La conclusiones principal es que el agua alcalina disponible comercialmente tiene un contenido de álcali insignificante y, por lo tanto, no proporciona ningún beneficio adicional sobre el agua del grifo para pacientes con urolitiasis por ácido úrico y cistina.

 

Un estudio muestra que el agua alcalina envasada tiene un contenido de álcali insignificante (bigstock)

 

El agua alcalina es un agua electrolizada llena de minerales que se puede encontrar naturalmente en manantiales donde el paso del agua sobre las rocas provoca la disolución de los minerales y un aumento de la alcalinidad. Este proceso natural es complejo y costoso, lo que impide la producción comercial. Como tal, los fabricantes han pasado a utilizar la electrólisis para alcalinizar el agua, un mecanismo mediante el cual los ionizadores utilizan electricidad para separar los sustitutos ácidos y alcalinos del agua pura.

Tras la descomposición del agua pura, se forman gases hidrógeno y oxígeno en el lado del cátodo y en el lado del ánodo, respectivamente. Los compartimentos cátodo y ánodo están separados por una membrana impermeable que evita la mezcla de los iones hidróxido del lado del cátodo y los iones de hidrógeno del lado del ánodo, permitiendo el aislamiento de agua con un pH entre 8 y 10.

El consumo de agua con alto pH, también conocida como agua alcalina, ha aumentado un promedio de 12,2% al año a nivel mundial desde 2013. Se espera que el consumo aumente de 635 millones de litros en 2018 a 2200 millones de litros en 2023. Su aumento en popularidad se puede atribuir a múltiples estudios de investigación que informan ventajas potenciales asociadas con la ingesta de agua alcalina. En modelos murinos, estos beneficios abarcan una mayor respuesta antioxidante, una elevada actividad de la telomerasa, una longitud alargada de los telómeros y una reducción en el número de especies reactivas de oxígeno.

"Si bien los productos de agua alcalina tienen un pH más alto que el agua normal, tienen un contenido de álcali insignificante, lo que sugiere que no pueden elevar el pH de la orina lo suficiente como para afectar el desarrollo de cálculos renales y otros cálculos urinarios", comenta el autor principal Roshan M. Patel de la Universidad de California, Irvine.

El estudio, publicado en The Journal of Urology, una revista oficial del American Urological Asociación (AUA), muestra que algunos otros productos disponibles comercialmente tienen el potencial de aumentar el pH, en particular el zumo de naranja, con un contenido de álcali de hasta 15 mEq/L. El zumo de naranja también tiene el costo estimado más bajo para alcanzar la concentración de álcali objetivo de 30 mEq por día.

El bicarbonato de sodio se encontraba entre las alternativas más eficaces y rentables, aunque planteaba posibles preocupaciones relacionadas con el contenido de sodio. Los productos más nuevos solubles en agua también parecieron ofrecer opciones útiles y asequibles.

"Nuestros hallazgos pueden ayudar a guiar la selección de otros tratamientos, incluidas bebidas y productos de venta libre, para prevenir los cálculos urinarios recurrentes", añade Patel. Los investigadores señalan las limitaciones de su estudio de laboratorio y enfatizan la necesidad de realizar ensayos clínicos de las opciones para elevar el pH urinario.

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