Sociedad
Análisis psicológicos a los sacerdotes más mayores de Milán para saber si pueden seguir confesando
Un geriatra decide quiénes están en plenas condiciones para realizar los sacramentos
El envejecimiento del clero ha despertado preocupación en el arzobispo italiano Mario Delpini. El Corriere de la Serra, que se hace eco de una investigación del mensual diocesano Il Segno, cuenta que la Archidiócesis de Milán aborda la situación de los sacerdotes mayores de 75 años. De los 1.671 presbíteros que conforman la iglesia de Milán, 538 ya han alcanzado la edad de jubilación.
Debido a esto, Mario Delpini ha decidido conocer la situación de cada uno de los sacerdotes, pues muchos de ellos aún continúan desempeñando diferentes labores pastorales, educativas, culturales o sociales.
El arzobispo Delpini ha decidido reforzar la labor de la fundación Ópera de Ayuda Fraterna para acompañar a sus sacerdotes más veteranos. En los primeros meses del año, 43 de ellos han sido alojados en sus instalaciones y otros 46 son asistidos en casa por cuidadores.
Exámenes psicológicos
Un punto a tener en cuenta en los sacerdotes mayores es su capacidad psicológica para desempeñar diferentes labores. Es por eso por lo que Stefano Orfei, geriatra jubilado y diácono permanente, visita a los sacerdotes más veteranos para examinarlos constantemente y comprobar si pueden tener algún tipo de demencia senil.
Con el fin de saber con certeza si los sacerdotes están capacitados y en condiciones mentales para celebrar la misa y confesar, se les somete a distintos análisis y pruebas psicológicas, como una prueba de dibujo de reloj, donde marcan números y manecillas en un círculo en blanco.
Las vocaciones han descendido en un número considerable en los últimos años, por lo que la Archidiócesis de Milán ha mostrado su preocupación al respecto. Esta es una situación que se da en muchos ámbitos eclesiales a nivel mundial, incluida España, por lo que cabe preguntarse si la iglesia lombarda marca o no un punto de inflexión a imitar.
Un punto importante es pensar que los fieles pueden llegar a comulgar o confesarse con un sacerdote dañado en sus capacidades cognitivas, por lo que esto podría poner en cuestión incluso la validez del mismo sacramento.
