Hospitales de siete comunidades participan en un estudio sobre nutrición y disfagia en mayores

Nueve hospitales de siete comunidades autónomas participan en un proyecto de investigación multicéntrico NUTRIFAG sobre el Impacto de la hospitalización en el estado nutricional y riesgo de disfagia en personas de 65 años o más, cuyo pilotaje comenzaba a comienzos de este mes. En concreto, participarán pacientes mayores ingresados en unidades médicas y quirúrgicas de hospitales localizados en Andalucía, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Canarias, Murcia y Navarra.

Este proyecto, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, comenzaba a principios de este año y tiene previsto finalizar en diciembre de 2024. El objetivo principal, según recogía Servicio de Evaluación del Servicio Canario de Salud (SESCS), es analizar la evolución del estado nutricional y la disfagia de este grupo de población en las unidades de hospitalización médicas y quirúrgicas de estos hospitales públicos. 

La disfagia es una enfermedad que se puede presentar en distintas formas y niveles de intensidad, y que se refiere a las dificultades que presenta una persona a la hora de realizar la correcta deglución de los alimentos, tanto sólidos como líquidos, incluida la propia saliva. En España, 2 millones de personas padecen disfagia, sin embargo, solo el 10% está diagnosticado, lo que significa que el el 90% restante no se alimenta adecuadamente al no poder tragar y no recibir ningún tratamiento para solucionarlo. 

Los participantes serán seleccionados a partir de un muestreo consecutivo, hasta llegar a un total de 4.077 (453 de cada hospital). Por su parte, las variables se organizarán en siete grupos; aquellas relacionadas con la hospitalización, la funcionalidad, la cognición y la comorbilidad; con el perfil de riesgo; la nutrición; la disfagia; la fragilidad y la calidad alimentaria. 

En la elaboración del proyecto se utilizarán diferentes instrumentos, como el índice de Barthel,el test de Pfeiffer, la escala de Braden, la escala MUST, el cuestionario EAT-10, el método volumen-viscosidad y el test de Frail, así como indicadores de satisfacción de la calidad de la alimentación. También se utilizarán otros indicadores complementarios para poder recoger los datos sociodemográficos y clínicos más relevantes, al tiempo que se llevará a cabo un análisis descriptivo univariado y bivariado de la muestra a través de frecuencias absolutas y relativas.