Los monasterios te llevan sus productos artesanales a la puerta de casa

Los dulces y postres tradicionales siempre han tenido un lugar en el que alcanzaban un sabor casi divino. Y no es para menos, ya que estos lugares suelen ser monasterios y conventos. No es de extrañar que a lo largo de todo el país, cuando se hace alguna visita a una ciudad, pueblo o comarca, se pregunte o comente por el postre tradicional o los dulces caseros que se suelen elaborar en los lugares religiosos de la zona.

Desde hace siglos los fogones de los conventos y monasterios han creado delicias reposteras ampliando los recetarios del panorama pasteleros. La carta de presentación de estos dulces es que son totalmente artesanales, sin pasar por ningún proceso industrializado, tendiendo a incluir ingredientes naturales y de primera calidad. Unas características que hacen que nuestro paladar nunca olvide estos sabores. Un ejemplo lo podemos ver en las temas de Santa Tresa, huesos de santo, pastel de Santa Águeda, lazos de San Guillermo, almendrados de Allariz…

Actualmente la situación de muchos de estos lugares religiosos es muy delicada, bien sea por la falta de manos dentro de sus paredes, o por los gastos que generan mantener edificios con siglos de historia sobre sus pilares. La cocina se ha presentado como un balón de oxígeno con el que poder mantenerse a flote.

Este es uno de los motivos por los que ha surgido el último proyecto de la Fundación Contemplare: preservar los monasterios de nuestro país al mismo tiempo que da a conocer la riqueza de la vida monacal. Gracias a su página web se han reunido los productos elaborados en más de 120 monasterios de toda España, siendo un apoyo a estos lugares para que puedan seguir viviendo se su trabajo.
En su catálogo podemos encontrar desde aceites, bizcochos, mermeladas, postres o chocolates hasta licores, vinos, belenes o rosarios. Una vez realizado el pedido, entre 48 y 72 horas lo tendremos en la puerta de casa ya que la Asociacion Contemplare intenta concentrar todos los productos en su almacen. Si, en cambio, queremos comprar directamente al convento o monasterio, recibiremos un email o llamada para confirmar las condiciones de entrega. 

Una atención para que estos productos elaborados con tanta dedicación consigan crear una experiencia divina en nuestros paladares.