Cambio de armario en primavera: los mejores trucos

Primavera, días más largos, fuera el frío, días soleados, temperaturas más altas… y cambio de armario. Una tarea que siempre se antoja larga y pesada, pero que requiere de una buena práctica para conservar la ropa en buenas condiciones. Te contamos algunos pasos para que hacer el cambio de armario sea un éxito en todos los aspectos: renovar el vestuario, ganar espacio en el armario y preservar las prendas a guardar.

Tiempo y paciencia

Hacer el cambio de armario requiere tiempo y paciencia a partes igual. Para llevar a cabo esta tarea has de motivarte y crear un ambiente que te produzca buen rollo: ponte música, aromatiza el ambiente... Todo lo que te pueda dar buenas vibraciones irá bien.

Planificación

Como decía, hacer el cambio de armario requiere tiempo. Por ello, planifícalo, márcatelo en la agenda para que puedas dedicar el día o la mañana a esta tarea y mantente en el propósito, de la misma manera que cuando tienes una cita para acudir al médico. Si no lo haces así acabarás posponiéndolo y haciéndolo de cualquier manera. Debes contemplar tiempo para hacer lavadoras y plancha. También es importante abastecerte de todo lo que se necesita: cestos, cajas, bolsas y perchas donde vayas a colocar la ropa para guardar, para donar o para lavar. Colocar unas bolsitas antihumedad va bien para evitar que la ropa se ponga amarilla, algunas incluso están aromatizadas.

Prepara el fondo de armario

Saca toda la ropa y agrúpala según sean pantalones, faldas, camisas, camisetas, jerséis. A partir de aquí selecciona lo que sí vas a ponerte y retira lo que no. Si tienes varias piezas iguales, por ejemplo, tres pantalones oscuros, combinar uno con distintas camisas o camisetas de diferentes colores o estampados hará que no parezca que siempre vas igual.

Una vez escogida toda la ropa, faldas, pantalones, camisas, camisetas, jerséis... para hacer un fondo de armario que dé juego, has de contar que para cada pieza de ropa de la parte inferior deberás tener tres de la parte de arriba completamente diferente. Por ejemplo: para cada pantalón o falda, por ejemplo, de color negro, hay que tener un jerséis, una camiseta y una camisa que vayan bien con el pantalón o la falda.

Mantén ropa de entretiempo

La estaciones son cambiantes. Si bien en verano hace calor, también te encontrarás con días en que refresque y necesites echar mano de la rebeca o de una pieza algo más gruesa. Al hacer el cambio de armario guarda los jerséis de lana y la ropa de abrigo, guarda también el nórdico y las sábanas polares o de franela, pero deja algunas prendas intemporales, que puedes usar en verano o invierno: la rebeca, la americana, una colcha fina, etc. También ten a mano ropa básica y atemporal, que no pasa de moda: tejanos, camisas y camisetas y aquellas que conforman el fondo de armario.

Deshazte de lo que seguro no vas a ponerte

A veces guardamos en el armario piezas de ropa durante años aun sabiendo que no nos las vamos a poner, ya sea porque estamos cansadas de ellas, porque no nos entra o porque ha quedado pasado de moda: Son piezas que nos resistimos a tirar porque están nuevas o tenemos un apego especial. No tiene sentido guardar aquello que no vamos a usar, si nos da pena porque está nueva, dónala, seguro que alguien podrá aprovecharla.

Lava las prendas

Cuando finaliza la temporada la ropa que vayas a guardar. Si tienes un armario adicional y dispones de espacio donde guardar la ropa colgada aprovecha, plánchala y cuélgala en el armario para que respire. Si por el contrario has de empaquetarla en bolsas o cajas, no será necesario que la planches, aunque ello irá bien para que ocupe menos espacio. Lo que sí es necesario es guardarla bien limpia para evitar el polvo y los ácaros que pueden acabar estropeando la ropa.