Cómo limpiar y desinfectar el acero inoxidable de la cocina

El acero inoxidable es el material más utilizado en las cocinas, tanto en las profesionales (restaurantes, hospitales, residencias, etc.), como en las domésticas. Es un material agradecido e higiénico, fácil de limpiar, además de elegante y duradero.

Aunque no precisa de demasiados cuidados para mantenerlo en buenas condiciones, sí que es necesario hacer de vez en cuando una limpieza profunda para que luzca perfecto, como el primer día, y con su brillo característico. De ello dependerá el modo en que los limpiemos.

Te explico una manera sencilla y práctica de hacerlo con productos que solemos tener en casa que, además de limpiar la superficie, hará que brille y quede desinfectada por completo.

Productos

• Agua
• Jabón para los platos
• Vinagre blanco
• Varios trapos suaves o de microfibra
• Palangana

Paso a paso

• Pondremos en la palangana un poco de agua caliente con jabón para los platos.
• Haremos una mezcla jabonosa y con espuma.
• Antes de aplicar el producto, pasaremos un trapo por encima de la superficie que vayamos a limpiar y abrillantar para quitar cualquier residuos de agua o comida que haya podido quedar.
• Una vez retirado el polvo o posibles restos de comida, pasaremos por la superficie de acero inoxidable otro trapo, mojado en el agua jabonosa, limpiando la superficie con movimientos circulares.
• Con el trapo seco retiraremos el exceso de agua y jabón.
• Una vez seco, será el momento de dar brillo. Para ello usaremos vinagre (también puede hacerse con aceite de oliva)). Mojaremos un poco el trapo con vinagre y lo pasaremos suavemente por la superficie de acero inoxidable.
• Dejaremos secar al aire durante unos 30 minutos y a continuación pasaremos un trapo seco.

Los expertos fabricantes de utensilios de cocina y electrodomésticos aconsejan pasar únicamente una bayeta de microfibra empapada con agua caliente y jabón para mantener estos objetos limpios y, en los casos de que haya manchas más difíciles de quitar, ayudarnos con una esponja. Nunca hay que utilizar estropajos, limpiadores en polvo o lejía, pues podrían dañar la superficie.

Si queremos que además de limpio quede desinfectado, podemos usar agua caliente con amoníaco al 1% en vez de jabón para platos.

Si aun así ha quedado alguna huella dactilar podemos recurrir a un poco de limpiacristales, o alcohol etílico o acetona, aunque con estos productos será necesario secar bien la superficie para que no queden marcas que podrían dar un resultado contrario al deseado, es decir, más sucio.