La banca cumple a medias con los mayores: un 20% de las oficinas, aún sin horario ampliado de caja
"Lo que esperábamos". Así resume Carlos San Juan a 65YMÁS el informe de seguimiento de las medidas adoptadas por la banca para mejorar la atención a las personas mayores que, pese a que las patronales bancarias aún no han publicado, ha sido filtrado. "Es imprescindible que las medidas no sean voluntarias y que no haya autoevaluación, porque la autoevaluación sirve de poco, aunque sea honesta, que yo no lo dudo, porque realmente podían haber dicho que todas las oficinas tienen horario ampliado, en lugar del 80%", dice este médico jubilado valenciano, de 78 años, que gracias a su campaña ‘Soy mayor, no idiota’ que reclamaba una atención más humana por parte de los bancos, puso en jaque al Gobierno, al Banco de España y al sector financiero, del que logró un compromiso: la firma de un protocolo que incluía medidas concretas para mejorar la atención personalizada de las personas mayores.
"Hay bancos con algunas sucursales, como la que tengo yo al lado de mi casa que sí funcionan toda la mañana. Pero el mismo banco, en una oficina diferente, en la misma ciudad, solo ofrece caja hasta las 11 porque solo tiene un trabajador. Y a las 11 de la mañana cierra y punto, y eso es una realidad”, sostiene San Juan. "Eso está comprobadísimo. Hay entidades que siguen cerrando a las 11 y a partir de esa hora ya no atienden a nadie más, porque la sucursal solo tiene una persona", agrega.
En efecto, la falta de personal es uno de los frenos que el propio informe de seguimiento de la banca reconoce a la hora de poder adaptarse al primer compromiso que adoptó la banca. “Que un 20% de entidades no atienda presencialmente a los mayores es mucho", explica Carlos San Juan, "porque además lo hacen en zonas más sensibles, en zonas más deprimidas económicamente con un porcentaje mayor de edad y necesidad de atención presencial”.
"El pasado domingo me llamó la defensora del pueblo de mayores de Valencia y me contaba que en una zona muy importante de Valencia, la barriada de San Marcelino, les han cerrado la única sucursal que tenían y les han dejado sin cajero, y tienen que desplazarse hasta La Torre, que está como a 3 kilómetros, con muy mala comunicación. Los mayores tienen que desplazarse para poder cobrar la pensión o para cualquier otra gestión", lamenta.
"Vuelvo a insistir en que la ley es imprescindible", dice Carlos San Juan. "Esto tiene que ir respaldado por una ley, que es la Ley de Defensa del Cliente Financiero. La disculpa para que no esté ya en marcha es que tiene que ir acompañada de un presupuesto y que ese presupuesto no se ha aprobado. Pero pueden hacerlo si hay voluntad", añade.
San Juan teme que el nuevo escenario económico y que el impuesto a la banca sea el telón de fondo que ahora paraliza esta normativa: "Como les han puesto un impuesto, que la banca quiere recurrir, quizá el Gobierno no se atreve a apretarles más las tuercas. Es mi impresión como ciudadano".
Sin embargo, el decálogo de normas no puede ser voluntario. "El protocolo firmado sin la ley es pan para hoy y hambre para mañana, pues cualquier cambio en un consejo de administración, cualquier cambio en la economía, inflación, deflación, o la guerra de Ucrania, que es la gran excusa para todos los males de Europa… puede que hacer que la banca vuelva atrás", apunta.
"Hay sensibilidad con el tema", asegura Carlos San Juan, quien nos cuenta haber recibido una llamada desde el sector financiero. “Se han puesto en contacto conmigo para decirme que querían mantener una reunión, ya que después de mucho trabajo han realizado la evaluación y querían comunicármela", desvela. Una sensibilidad que no ha tenido el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital: "Del Ministerio de Economía, nada. Nadie se ha puesto en contacto conmigo", lamenta.
