¿Desidia o edadismo? 7 de cada 10 empresas carecen de plan para gestionar el talento sénior

Currículums de séniors directos a la papelera: el experimento que destapa el edadismo laboral

El paro sénior se perpetúa: 61% de desempleados mayores de 55 años lleva más de 1 sin trabajo

El envejecimiento poblacional es una realidad ineludible, y los gobiernos y empresas deberían verlo como una oportunidad, integrándolo en sus planes de negocio. Sin embargo, las personas mayores, ya sea como trabajadores o como pensionistas, son un colectivo ignorado, desaprovechado e, incluso, despreciado. 

Los datos y estudios recientes avalan el creciente poderío de la silver economy: por ejemplo, el 56% de las compañías logra ya el 40% de su facturación del colectivo sénior (mayores de 55 años), pero únicamente el 21% de las empresas cuenta con unas estrategias productivas o comerciales concretas orientadas a ellos. Esta brecha entre lo que el sénior aporta y lo que recibe, es claramente deficitaria, juega en contra de las personas mayores.

Así lo refleja el Monitor de Empresas de la Economía Sénior 2023, publicado por el Centro de Investigación Ageingnomics (@FM_Ageingnomics) de Fundación MAPFRE, y elaborado con encuestas a 100 empresas MERCO 2022 (Monitor Empresarial de Reputación Corporativa) y 82 empresas del mercado continuo bursátil (salvo excepciones, no pertenecientes al IBEX 35 a junio de 2022). Este trabajo analiza las estrategias, productos, campañas y ofertas comerciales dirigidas al segmento sénior. Hay que recordar que en España existen ya 16 millones de personas mayores de 55 años, lo que da idea del empoderamiento de este grupo poblacional.

Pero, ¿qué sucede con el talento sénior en las empresas? La investigación de MAPFRE revela que, aunque se están dando pasos en positivo, en la actualidad, tan solo 3 de cada 10 compañías tienen algún plan o medida encaminada a la retención, incorporación o gestión del talento sénior. Hay un elevado porcentaje de organizaciones que no contestan esta pregunta, pero parece lógico deducir que, si solo 3 de cada 10 declaran disponer de planes de gestión, la realidad es que 7 de cada 10 suspenden en este aspecto.

Además, las conclusiones de este monitor constatan que únicamente 2 de cada 10 trabajadores de firmas encuestadas tienen 55 años o más edad.

Este desaprovechamiento del talento puede deberse a varias causas, entre ellas, el desinterés, la desidia, o el edadismo de las organizaciones, que todavía ven al sénior con la óptica del prejuicio, como una carga. La falta de planes y medidas específicas para gestionar a los empleados de mayor edad es especialmente preocupante, si se atiende a la importancia que tienen como generadores de riqueza: el 25% del PIB en España lo aportan personas de más de 55 años, el colectivo con la mayor capacidad de gasto, según el III Barómetro del Consumidor Sénior, realizado también por Fundación MAPFRE.

Retener al sénior, gran asignatura pendiente

Retener el talento sénior sigue siendo uno de los puntos débiles en las organizaciones, independientemente del tipo, sector de actividad o tamaño que sean, puesto que, en la inmensa mayoría de los casos, no tienen ningún plan ni medida para retener o gestionar a su plantilla más longeva. 

El peso de los trabajadores mayores de 55 años en la estructura de personal de su empresa es escaso, apenas del 16,8%.

El 36% de las empresas prevé desarrollar medidas específicas para los sénior en los próximos años, y entre dichas medidas figura una mejor retención de los trabajadores, así como la reubicación de puestos de trabajo.

Solo 2 de cada 5 empresas ven al sénior como oportunidad

El incremento en la esperanza de vida ha convertido al colectivo sénior en una generación clave para la actividad económica y de las empresas. De los 47.432.805 millones de españoles a fecha de 1 de enero de 2022, unos 16 millones (el 33%) tiene 55 años o más. Y en 10 años, alrededor de 6,5 millones de la población española se habrán incorporado al segmento con más de 65 años.

En la actualidad, los denominados silver, de gran poder adquisitivo, demandan productos y servicios específicos, adaptados a sus necesidades, y, dado que su presencia será cada vez mayor en el mercado, es clave que los negocios les otorguen el papel protagonista que merecen.

La situación está mejorando, según la investigación de MAPFRE, y el 42% de las empresas españolas reconoce haber aumentado su orientación hacia la economía silver en los últimos 5 años.

Sin embargo, a la hora de relacionar el concepto “envejecimiento poblacional” con determinados aspectos económicos y empresariales, solo 2 de cada 5 empresas  (21%) lo vinculan con “oportunidades”, y exclusivamente un 3% hace lo propio con el término “rentabilidad”, concluye el Monitor de Empresas de la Economía Sénior 2023.

Del total de las compañías encuestadas en este monitor, la importancia otorgada a este público difiere en función del ámbito empresarial. Si se habla de productos y servicios, menos de la mitad (44%) destina sus esfuerzos a la generación silenciosa (1930-1948), frente al 75% que sí se dirige a la cohorte de los baby boomers (1949-1968-71, aproximadamente).

Unos porcentajes que se reducen con fuerza en lo que respecta a las políticas de comunicación: únicamente un 19% de empresas orientan estas acciones al grupo de población de más edad (nacidos entre 1930 y 1948) y un 53% de las compañías lo hace para comunicarse con los boomers. Esto indica que, cuando se piensa en los sénior, es para venderles productos o servicios, fundamentalmente. 

En cuanto a la consideración de los sénior dentro de las expectativas de crecimiento de la empresa, tan solo el 6% de las entidades encuestadas vinculan estas previsiones con la posibilidad de dirigirse a los nacidos entre 1930-1948, y únicamente el 28% con aquellos procedentes de la época comprendida entre 1949 y 1968.