El drama de no cotizar: casi medio millón de personas viven con pensiones de 500 euros al mes

El Gobierno certifica que las pensiones mínimas y no contributivas aumentarán más que el IPC en 2024

La Seguridad Social prevé que las pensiones suban entre el 4% y el 4,5% en 2024

España gasta 10.000 millones en pensiones mínimas y no contributivas: ¿se pueden subir?

Las pensiones no contributivas son las más bajas del sistema público y, al tratarse de prestaciones asistenciales, su importe se fija en los Presupuestos Generales del Estado cada año. Son las únicas que pueden cobrar las personas que no han cotizado a la Seguridad Social el mínimo de 15 años exigidos para acceder a una pensión contributiva.

En los últimos ejercicios, su importe anual ha subido en mayor proporción que el resto de las pensiones, debido a la fuerte crisis provocada por la pandemia del COVID-19, al impacto de la guerra en Ucrania y a la inflación disparada, que han asfixiado sobre todo a los hogares más desfavorecidos. Durante todo 2023, el importe general de estas pagas se sitúa en 6.784,54 euros íntegros anuales, que se abonan en 14 mensualidades (las 12 ordinarias más dos extraordinarias, en noviembre y en junio).

Sin embargo, pese a aumentar más que el resto, la cuantía de las pensiones no contributivas sigue siendo tan mínima, que las de jubilación están muy por debajo de la mitad del salario mínimo interprofesional (SMI) (situado en 1.080 euros mensuales), y esto después de que el Gobierno de Pedro Sánchez las haya revalorizado el 15% en 2023, para afrontar el fuerte encarecimiento de la cesta de la compra y de la energía. Respecto a las no contributivas de invalidez, son también un 50% inferiores al salario mínimo vigente.

Pensión de jubilación no contributiva: 492 euros

El perfil tipo del pensionista que recibe una PNC de jubilación es predominantemente el de una mujer española, casada, con edad entre 70 y 79 años y que convive en una unidad familiar formada por dos o tres miembros.

Según la última nómina, correspondiente a octubre de 2023, la pensión de jubilación no contributiva alcanza los 492,26 euros mensuales en promedio, según reflejan las estadísticas recién actualizadas por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso @Imserso). 

En total, en el décimo mes de año, existen 275.004 perceptores de este tipo de pagas, que cuestan al Estado 135,37 millones al mes. Se trata del mayor número de pensiones contabilizadas en un mes de los que van transcurridos de 2023, y también del mayor volumen de gasto (ver gráfico superior).

Paga de invalidez no contributiva: 529 euros 

En el mes de octubre, los 174.312 pensionistas no contributivos de invalidez comparten parecida situación de precariedad que los jubilados, ya que sus pagas tampoco llegan ni a la mitad del salario mínimo interprofesional.

En el décimo mes del año, ingresaron 529,83 euros de pensión media, generando un coste para el Estado de 92,35 millones de euros (ver gráfico inferior).

Los beneficiarios de invalidez cobran de media algo más que los jubilados, debido a que existen unos 40.000 titulares de invalidez que reciben un plus del 50% por necesidad de otra persona, además de que "el montante a percibir en nómina por atrasos es mayor al ser más compleja la gestión y, por ende, el plazo de resolución", según explica el Imserso en su página web.

El perfil tipo de quienes cobran por invalidez no contributiva, de acuerdo con los datos oficiales, es el de un nacional español, que convive en una unidad económica integrada por dos/tres personas y que acredita un grado de discapacidad del 65%-74%. Sin embargo, en función de la edad y del sexo, se distingue entre el pensionista varón, soltero, menor de 45 años, por un lado, y otro perfil, correspondiente a una mujer casada, con edad superior a 45 años, que presentan preferentemente discapacidades de tipo psíquico, seguidas muy de cerca por las de tipología física.

Estas pagas subirán en 2024 más que el IPC

En total, por tanto, existen en España casi medio millón de personas que subsisten con pensiones medias de unos 500 euros (las de invalidez no contributivas) e incluso menos, como les sucede a los jubilados no contributivos, que no llegan ni a los 500 euros en promedio.

El próximo mes de enero de 2024, todas las pensiones del sistema público experimentarán una revalorización anual, de acuerdo a lo que establece la Ley de reforma de 2021. De hecho, el Gobierno en funciones ya ha anunciado que las no contributivas aumentarán por encima de las contributivas, puesto que se les aplicará el IPC medio anual (el que resulte entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023) más un porcentaje extra, aún no concretado.

Hay que recordar que el Decreto-ley 2/2023, de 16 de marzo, marca una senda de aumento de las no contributivas, de forma que estas nóminas, revalorizadas conforme a la revisión anual general, crecerán un importe extra desde 2024, hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal. 

El importe exacto de la subida extra en cada ejercicio lo decidirá el Gobierno en los Presupuestos del Estado. Pero, según cálculos del Ministerio de Seguridad Social, las pensiones no contributivas experimentarán en 4 años un incremento del 22%, con lo cual, pasarían desde los alrededor de 6.800 euros al año actuales, hasta unos 8.300 euros en 2027.

La inflación destroza el bolsillo de estos pensionistas

Aunque la mayoría de estos pensionistas convive con la penuria desde hace tiempo, en el último año han sufrido aún más para poder comer lo básico, calentar la vivienda en invierno y pagar las facturas corrientes, por culpa de la inflación.

A falta de conocer el dato de octubre, los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas eran en septiembre el 10,5% más caros que hace un año (el mismo porcentaje de aumento que en agosto), con algunos productos disparados muy por encima de esta tasa media.

Por ejemplo, el aceite de oliva, se ha encarecido el 67% respecto a lo que costaba en septiembre de 2022, según muestran las últimas estadísticas completas del Instituto Nacional de Estadística (INE). Su precio se ha multiplicado por más de dos desde marzo de 2021, con un alza del 136,6%.

En cuanto al azúcar, es el 40,5% más caro; las patatas han subido el 20,5%, y el arroz ha incrementado su precio el 18,5% en promedio respecto a hace un año.

Ante esta carestía de la cesta de la compra, poco pueden hacer los titulares de pensiones no contributivas, que este año tienen una cuantía básica inferior a 6.800 euros anuales, o lo que es lo mismo, 484,61 euros mensuales, en caso de que tengan derecho a la paga íntegra (ver tabla superior).

Tal y como denuncian los movimientos de pensionistas y asociaciones de personas mayores, la inflación disparada hace que las pensiones más bajas, sobre todo las no contributivas, sufran una fuerte pérdida de poder adquisitivo. El enorme encarecimiento de los productos de primera necesidad les golpea en mayor medida, puesto que esos productos básicos son los que más consumen las familias de rentas bajas.