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Carmen Amoraga: "La ficción presenta a los personajes de 60 o 70 años como cuidadores o como cargas"

65ymás

Foto: Europa Press

Domingo 10 de septiembre de 2023

6 minutos

El amor, el edadismo o la memoria democrática, temas de su nueva novela, 'El corazón imprudente'

Carmen Amoraga: "La ficción presenta a los personajes de 60 o 70 años como cuidadores o como cargas"
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Foto: Europa Press

Domingo 10 de septiembre de 2023

6 minutos

El corazón imprudente es la nueva novela de la escritora valenciana Carmen Amoraga. En esta nueva historia aborda temas como el amor, el edadismo o la memoria democrática a través de una historia de la que se desprende que "la vida da muchas oportunidades y, cuando te levantas cada mañana, es una hoja en blanco".

Así lo expresa la autora, en una entrevista concedida a Europa Press con motivo del lanzamiento de este título, que publica Espasa. Los protagonistas son Tina, una mujer al borde de los sesenta, con todo hecho y una vida razonablemente feliz, y José Manuel, un médico a quien se le han pasado de largo demasiadas cosas, encasquillado en un matrimonio incómodo en el que el amor solo ha sido un simulacro. Ambos se conocen de una manera casual e, inevitablemente, caen en un espejismo amoroso que pondrá patas arriba lo que creían saber de sí mismos al seguir sus "corazones imprudentes".

"Se trata de una novela con muchas capas y que dibuja un triángulo, no solo amoroso, sino también el que se produce con otros vértices como el perdón, en el sentido etimológico de superar los errores, y la memoria individual y colectiva", explica.

Los diversos temas, añade Amoraga, se abordan con una vocación de "normalización". "Hacemos como seres humanos una negación de lo que no nos gusta: el dolor, la fealdad, la oscuridad o la infelicidad y solo nos centramos en la juventud o lo bello. Pero para que esto exista debe existir lo otro y, cuando llega, nos sorprende y nos noquea", reflexiona.

Desde esta premisa, Carmen Amoraga apuesta por personajes maduros y reflexiona sobre el hecho de que, habitualmente, la ficción presenta a los personajes de 60 o 70 años como cuidadores o como cargas, cuando "lo único que tienen encima de su vida es experiencia y, en el peor de los casos, más piedras en la mochila de las que deberían cargar". Y añade: "a los 50, 60 y 70 trabajan mejor que cuando eran más jóvenes, aman mejor y disfrutan del sexo mejor".

Otra cuestión que aparece en la novela es la memoria colectiva de la que, según recalca la escritora, todos formamos parte. "Parece que si uno no tiene un abuelo en una cuneta la memoria democrática no va con él, pero sí va porque el hecho de poder expresarse libremente es gracias a esa gente que está enterrada".

Carmen Amoraga espera que los cambios de color en gobiernos no afecten a la recuperación de la memoria democrática "porque las instituciones gobiernan para todos y los ciudadanos han demostrado de manera mayoritaria que no quieren vivir de espaldas a la historia".

"Hemos madurado mucho como sociedad"

 

"Sí pueden no favorecer económicamente o priorizar otras cosas, pero la esencia social no se puede cambiar y, al igual que sucede con el feminismo o la lucha contra la violencia de género, por mucho que le quieran cambiar el nombre, no hay marcha atrás porque hemos madurado mucho como sociedad".

Por otra parte, la autora reconoce que en el proceso de elaboración de El corazón imprudente ha recuperado "la esencia" de su primera novela. "Cuando escribía para mí", evoca.

Cumple ahora 25 años en la literatura y, con una carrera en la que ha logrado reconocimientos como el Premio Nadal en 2014 por La vida era eso, asegura que "siempre" ha escrito sobre el mismo tema: "la distancia entre la vida que tienes y la que quieres". "Una distancia --prosigue-- que muchas veces difícil o imposible de recorrer, así que hemos de olvidarnos del príncipe azul, del sentimiento eterno y del último tren".

Con la vista puesta en el futuro asegura que ahora le que queda "seguir escribiendo", ya que en los últimos años en los que se ha dedicado a la política --como directora general de Cultura y Patrimonio del gobierno valenciano del Botànic-- ha vuelto a constatar que para ella "escribir sigue siendo una manera de vivir".

No obstante, se muestra feliz de sus incursiones políticas --también fue concejala en su localidad natal, Picanya-- porque supone "haber tenido la oportunidad de dejar la crítica para intentar construir cosas". De su paso por la Consejería de Cultura subraya especialmente dos cosas: ver convertido el antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes en "un centro cultural de primer orden" y un borrador de anteproyecto de ley que cambie la configuración del Museo de Bellas Artes de Valencia, que espera que los nuevos responsables puedan "dar el paso" para "traer el museo al siglo XXI".

Precisamente, Valencia y Miraval --es lugar literario que corresponde a la localidad de Picanya-- tienen un papel fundamental en El corazón imprudente. "Me gusta escribir sobre lo que veo, sobre las letras minúsculas, los seres humanos que vamos por los pueblos y ciudades y que son con las que se escribe la Historia", señala Amoraga, que apunta a que se ha producido en los últimos tiempos una "descentralización" del proceso creativo y también de negocio, con editoriales que trabajan desde ligares diferentes a Madrid o Barcelona.

Carmen Amoraga (Picanya, 1969) es licenciada en Ciencias de la Información y ha trabajado para radio y televisión. Ha sido columnista en diversos medios como Levante-EMV, Cadena Ser, Cartelera Turia, Mujer hoy o Harper's Bazaar España.

También ha ejercido como directora general de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana durante dos legislaturas (2015/2023). Es autora de Para que nada se pierda (1997, II Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla), La larga noche (2003, Premio de la Crítica Valenciana), Algo tan parecido al amoR (finalista del Premio Nadal 2007), El tiempo mientras tanto (finalista del Premio Planeta 2010), El rayo dormido (Destino, 2012) y La vida era eso (Premio Nadal 2014), entre otros.

Sobre el autor:

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