Isabel Allende publica 'El viento conoce mi nombre', "un homenaje a las mujeres"

Isabel Allende publica una novela con la editorial Penguin Libros bajo el título de 'El viento conoce mi nombre'. Ambientada en dos épocas a priori distintas -el Austria nazi y El Salvador de 2019-, cuenta la historia de dos niños que se ven obligados a separarse de sus madres a causa de sendas guerras. "Pasado y presente se entrelazan para relatar el drama del desarraigo y la redención de la solidaridad, la compasión y el amor", define la propia editorial.

Huir de tu país para sobrevivir

La primera historia se centra en un niño judío de seis años residente en Austria cuyo padre desaparece en la Noche de los Cristales Rotos. Su madre consigue enviarlo solo en un tren a Inglaterra, donde comenzará una nueva etapa en su vida. La segunda se centra en una niña de siete años que sube a un tren con su madre huyendo de los peligros de El Salvador sin saber que las separarán antes de cruzar la frontera rumbo a Estados Unidos. 

Cuenta Allende que para esta última se ha basado en las políticas de Trump de 2018 que separaron a las familias que pedían refugio o asilo en el país norteamericano: "Miles de niños fueron separados de sus padres en la frontera. Algunos eran bebés que estaban amamantando todavía y se los arrancaron a sus madres de los brazos", ha asegurado la escritora en la rueda de prensa de presentación del libro. 

Estos niños fueron trasladados en pésimas condiciones, repitiéndose las prácticas después pese a que ya no era una medida oficial. Afirma que llegó a sus oídos un caso "muy dramático" desde su fundación, que trabaja en la frontera. Esto, dice, le motivó a escribir y le recordó a "los niños judíos en 1938". De ahí que ambas épocas se entremezclen en la novela. 

Ha subrayado que es un homenaje para "todas las mujeres que trabajan en ayudar a estas familias". A lo que ha añadido: "Esa gente que está trabajando para representar a los niños en las Cortes lo hacen por ayudar, porque ahí no hay dinero, ni gloria, ni fama. Además, son casi todas mujeres y es un homenaje para ellas". 

Contra la cultura de la cancelación

Recuerda el éxito que obtuvo con 'La casa de los espíritus', cuando nadie sabía nada de ella. Reconoce que si se reeditara, "habría que quitar la mitad, porque todo es políticamente incorrecto", pero eso podría pasar con muchos libros que "son parte de la cultura". "No se puede eliminar la obra del poeta porque en ese caso tendríamos que revisar a todos los artistas, los políticos, los científicos, los inventores, a todo el mundo y si acaso su vida no es perfecta habría que eliminar su obra, lo que sería volver a la edad de piedra", opina. 

A su juicio, con esta novela "pavimentó el camino para muchas otras mujeres". "Las mujeres en América Latina que eran escritoras habían sido sistemáticamente ignoradas o silenciadas y de pronto la industria se dio cuenta de que había un mercado muy fuerte de mujeres lectoras que también querían leer libros escritos por mujeres. Hoy en día hay tantas escritoras buenas como escritores", ha destacado. 

En relación con este sistema que ha dado la espalda a las mujeres durante tantos años ha declarado que "terminar con el patriarcado" es el objetivo final de la evolución del ser humano. Antes, ser feminista "era un insulto", pero ahora "es parte de la sociedad", donde la paridad de género está "totalmente aceptada" por las generaciones jóvenes. 

"Retrocesos tremendos"

"Tenemos que reemplazar el patriarcado por un sistema mucho más humano y más inclusivo que el que tenemos. Ahora nos hemos demorado mucho más de lo que yo pensaba, pero para allá vamos", ha afirmado. Asimismo, ha querido indicar que en los últimos años se han visto cambios "positivos", aunque "ahora hay retrocesos tremendos", mencionando la suspensión del derecho al aborto en Estados Unidos. 

Por otro lado y también en la línea del argumento de su nueva novela, ha aseverado que la "amenaza" de una Tercera Guerra Mundial, del fascismo, del autoritarismo y la vuelta de la extrema derecha es "real" y ha insistido en que la evolución es una "línea en zig-zag" en la que hay que prestar atención a esos retrocesos. 

"Yo nací a mitad de la Segunda Guerra Mundial, durante el holocausto y la bomba atómica, pero también nací antes de la Declaración de Derechos Humanos, de las Naciones Unidas o del feminismo. He visto más democracia, educación e información. Ahora está todo muy polarizado y hay mucho racismo", ha apuntalado. La chilena afincada en Norteamérica ha lamentado que se viva una "crisis humanitaria" en la frontera entre México y Estados Unidos y ha criticado que ambos gobiernos saben todo lo que ocurre, desde violaciones a asesinatos, pero "no han puesto el punto y final" a una situación "dramática".

"Hay que humanizar el proceso y permitir a la gente que venga a trabajar. Aquí necesitamos a los inmigrantes porque ningún americano hace el trabajo que hacen los inmigrantes por ese dinero. Sin embargo, la entrada a Estados Unidos está controlada por criminales que piden dinero y la gente no tiene ni agua. Además, las mujeres están pidiendo pañales porque salen por las noches a mear y las raptan o las matan", ha indicado.