Cartas a la directora

Un barco llamado sistema de pensiones y una reforma que se nos escapa

Fernando Marín

Jueves 15 de diciembre de 2022

ACTUALIZADO : Jueves 15 de diciembre de 2022 a las 17:21 H

6 minutos

Un barco llamado sistema de pensiones y una reforma que se nos escapa
Fernando Marín

Jueves 15 de diciembre de 2022

6 minutos

Cartas al director (cintillo)

 

Igual yo soy un desconfiado o un impaciente y resulta que el Sr. Escrivá da por hecho que no hace falta repetir más veces que la actual reforma de las pensiones incluirá una solución para aquellas personas que ahora están cerca de su jubilación y que no pueden incluir sus mejores años cotizados en el calculo de su pensión con el actual periodo de cómputo. De momento, esta solución no aparece en su reciente propuesta de ampliar muy gradualmente el periodo de cálculo a partir del 2027 porque resulta evidente que a esas alturas ya será demasiado tarde para la mayoría, ya sea porque perdieron tempranamente su mejor trabajo y luego aceptaron trabajos con peores salarios, ya sea porque tuvieron que reducir su jornada para el cuidado de un menor o un mayor (y ahora son ellas las mayores) o ya sea porque llegan con lagunas de cotización.

Estoy seguro de que muchas personas están viviendo ahora la misma angustia que yo sabiendo que todo depende de unos días para que se sepa el final y que de momento no pueden incluir sus mejores cotizaciones ni con el actual periodo de cómputo, ni con la modificación que ha planteado el Sr Escrivá. Para ellas sería un golpe muy duro que después de tanto esperar, y después de tantas esperanzas, al final no se les tenga en cuenta.

Sé que me voy a repetir en muchas cosas que ya he dicho antes en otras cartas pero no me queda más remedio que hacerlo porque intuyo que la mayoría de las personas no han estado pendientes de unas negociaciones que apenas han existido. Tal vez esas personas estén pendientes ahora porque por fin han comenzado las negociaciones para adecuar el periodo de cómputo a las nuevas realidades laborales (justo ahora que se acaba el tiempo).

Antes que nada quiero remarcar nuevamente que el concepto de “nuevas realidades del mercado laboral” es un tecnicismo con el que los negociadores de la actual reforma de las pensiones se refieren a aquellas personas que no llegan con sus mejores cotizaciones al final de su vida laboral y a las que perjudica el actual periodo de cómputo con el que se calcula la pensión. Según el Sr. Escrivá este colectivo representa actualmente el 30% del total de trabajadores y trabajadoras que están cerca de su jubilación.

Por lo que he podido leer, el Sr. Escrivá ya tiene bastante decidido cuál será el mecanismo que quiere emplear para solucionar esta realidad y consistirá en una ampliación del periodo de cómputo que se empezará a implantar en 027 y se completará a finales de la década que viene a razón de 5 meses por año, con lo cual quedarán excluidas las personas que ahora tienen cerca de los 60 años y no precisamente porque no hayan tenido que pasar a lo largo de su vida profesional por todas las crisis conocidas desde las duras reconversiones de principios de los 80 hasta la guerra actual (además esta ampliación no recogerá las “mejores” cotizaciones de aquell@s que cotizaron más hasta los 37 años de edad que al final de su vida laboral).

La medida, que por lo que he leído puede ser aprobada mediante decreto Ley, teóricamente está pensada para cumplir con la recomendación nº 5 del Pacto de Toledo que propone que el periodo de cómputo con el que se calcula la base reguladora de la pensión incluya las mejores cotizaciones que ha tenido una persona a lo largo de su vida laboral y resolver de esta manera la cruel paradoja de que existan personas que teniendo mejores cotizaciones deben calcular su pensión con las peores porque el periodo de cómputo actual solo incluye los últimos años cotizados.

Si mis números no me fallan, y si no existe una clausula adicional que de sentido a lo que hasta ahora se había dado a entender, está claro que la propuesta del Sr. Escrivá solo está pensada para aquellas personas que actualmente tienen menos de 50 años y que por suerte todavía no pertenecen al 30% perjudicado al final de su vida laboral al que él siempre se había referido.

Por otro lado, la ley que se apruebe este año también debe cumplir con el componente 30.R2-C del Plan de Recuperación enviado a Bruselas, el cual incluye lo siguiente: “Se plantea adecuar a la realidad actual de las carreras profesionales el periodo de cómputo para el cálculo de la base reguladora de la pensión de jubilación…” (como dato imprescindible, vuelvo a repetir que el Sr. Escrivá durante estos dos últimos años siempre se ha referido como nuevas realidades laborales a aquellas que actualmente no presentan sus mejores cotizaciones al final de su vida laboral).

Si somos estrictos, hay que reconocer que lo que plantea el Sr. Escrivá cumple con adecuar el periodo de cómputo mínimamente a la realidad actual, pero lo que nunca había dicho el Sr. Escrivá es que esta medida basada en las realidades actuales sería para las realidades futuras. Hace falta ser muy descuidado para en el último momento olvidarse de las actuales realidades (las que ahora están a las puertas de la jubilación) y que la ley se complete en el 2040 cuando ya sea irremediable y su pensión se haya calculado con sus peores años cotizados.

Yo creo que para no haber creado falsas esperanzas lo que se tendría que haber escrito en el componente 30.R2-C tendría que haber sido lo siguiente: “Se plantea adecuar muy gradualmente a partir del 2027 el periodo de cómputo para el cálculo de la base reguladora de la pensión de jubilación de las futuras realidades laborales basándonos en la realidad actual con la que llega al final de su vida laboral el 30 % de las carreras profesionales …”

Por poner un símil, lo que al final sucederá con las “nuevas” realidades del mercado laboral será como si un barco mercante se encuentra con un naufragio y gente en el agua al limite de sus fuerzas que necesita ayuda inmediata y que el capitán del barco decide no lanzar sus salvavidas porque están recién pintados y hay que esperar el tiempo establecido en el pote para que la pintura esté bien seca. A los que se están ahogando seguro que les da igual mancharse con un poco de pintura.

El Sr. Escrivá es el capitán de este barco, llamado sistema de las pensiones, y tiene la obligación de no abandonar a su suerte a las personas a las que ya les queda poco para jubilarse y que no han tenido la suerte de llegar con las mejores cotizaciones al final de su vida laboral.

La solución está en sus manos y pasa por permitir que podamos completar el periodo de cómputo con las mejores cotizaciones que hemos tenido en nuestra vida laboral, igual que lo hacen las personas con carreras ascendentes. O que se amplíe el periodo de cómputo a 35 años a quien le beneficie con la posibilidad de descartar los peores años (pero en el momento que se calcule su pensión y no muy gradualmente, porque está claro que ya no pueden esperar más), tal como supuestamente él propuso en un primer borrador del Plan de Recuperación enviado a Bruselas y que salió publicado en diferentes medios.

La esperanza dicen que es lo último que se pierde y yo sigo confiando en que al final se dará la justicia que se merecen en el cálculo de su pensión a las mujeres y a los hombres que han tenido que superar todas las adversidades posibles desde principio de los 80 sin morir en el intento. Que ya sabemos que cotizar más con 30 años de edad que al final de la vida laboral no se debe hacer porque luego no cuentan en el periodo de cómputo, pero es que no fue culpa nuestra que los siguientes años ya no fueran tan “mejores”.

Un saludo a todos los pensionistas actuales y futuros, y gracias a 65YMÁS por ayudar a que todos estemos mejor informados en un asunto tan delicado como es la reforma de las pensiones.


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