Parar los pies a quienes pretenden desmantelar las pensiones

Las plataformas, coordinadoras y movimientos pensionistas del Estado español ya llevamos más de ocho años reivindicando en las calles, en las instituciones y en todos los foros públicos los derechos de las personas mayores a recibir pensiones dignas y suficientes, de carácter público, y tanto para los pensionistas de hoy como para los que tendrán esa condición el día de mañana.

Pero en el último año no han cesado los intentos de desmantelar el sistema público de pensiones. El pasado mes de enero hubo el intento de anular las revalorizaciones según el IPC (tal como estaba previsto en la Ley 21/2021) al incluir y/o votar en contra del "decreto ómnibus". Ello provocó una movilización pensionista y ciudadana que hizo rectificar a los partidos políticos en muy pocos días.

Sin embargo, PSOE, Sumar, ERC, PNV, CC y UPN, y también con el voto del PP, aprobaron el decreto 11/2024 que en lugar de garantizar pensiones dignas, abre la puerta a compensar las bajas pensiones compaginando trabajo y pensión, mediante el aumento de la edad de jubilación que puede llegar hasta los 72 años. Como veníamos denunciando, esta estrategia había sido pactada el año pasado con los dirigentes de CEOE, CEPYME, CCOO y UGT.

Queremos dejar claro que cualquier intento de volver a la situación anterior a 2018 es totalmente inaceptable y reafirmamos nuestra decidida voluntad de salir a la calle para impedirlo.

Reivindicaciones pendientes urgentes

Hemos conseguido que se revaloricen las pensiones y se paren recortes, pero muchas reivindicaciones urgentes e imprescindibles siguen vigentes, y nuevos ataques como este último intento de retrasar aún más la edad de jubilación efectiva, o los intentos de privatización, han de ser revertidos. Por eso vamos a seguir movilizándonos el tiempo que sea necesario para conseguirlo.

Además, se han recrudecido las amenazas del rearme y la guerra, con declaraciones explícitas de dirigentes políticos que nadie ha elegido (el secretario general de la OTAN, por ejemplo), de que toda esa montaña de dinero (más del 5% del PIB) saldrá de los derechos sociales de la población, entre ellos las pensiones.

También nos resulta muy sospechoso (y seguiremos com mucha atención) que en los últimos días se intente retorcer el último informe de la AlReF sobre gasto público y pensiones, para justificar la reducción de la atención a las necesidades sociales, mientras se desvían enormes cantidades de dinero público a la industria armamentística y a la guerra.

Ante tal monstruosidad que alimenta conflictos como el de Ucrania y el genocidio de Gaza y Palestina, las gentes pensionistas de hoy, y de las generaciones trabajadoras jóvenes, pensionistas de mañana, tenemos más razones que nunca para rebelarnos, salir a las calles y parar los pies a quienes pretenden llevarnos al abismo.

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