Ruta: arquitectura religiosa mudéjar y gastronomía de Cehegín, Totana y Alguazas

La Región de Murcia es una de las comunidades autónomas españolas que puede presumir de tener un espléndido patrimonio en arte mudéjar, un estilo artístico que se desarrolló en los reinos cristianos de la península y que incorporaba influencias, elementos o materiales de estilo hispano-musulman.

Este arte mudéjar fue la consecuencia de las condiciones de convivencia existentes en la España medieval. Se trata de un fenómeno exclusivamente hispánico que tuvo lugar entre los siglos XII y XVII, como mezcla de las corrientes artísticas cristianas románicas, góticas o renacentistas y las musulmanas de la época y que sirve de eslabón entre el arte cristiano y el islámico.

Las características del arte mudéjar son la utilización de ciertos elementos arquitectónicos y temas decorativos característicos y el uso de materiales blandos como ladrillo, yeso, cerámica o madera, para facilitar la profusión decorativa. Merece la pena disfrutar conociendo las artes de la llamada carpintería de lo blanco, el arte de tallar y encastrar la madera siguiendo la tradición artística musulmana en complicadas y precisas lacerías quer se puede admirar en la Región de Murcia.

Una de las muestras más representativas del arte mozárabe la encontramos en la arquitectura religiosa que en la Región de Murcia es de una especial riqueza monumental, artística e histórica que merece la pena conocer. Tres ejemplos ilustran perfectamente esta afirmación, la Iglesia de la Concepción de Cehegín, la Iglesia de Santa Eulalia en Totana y la Iglesia de San Onofre de Alguazas. Y por supuesto, tras la visita a cada una de estas localidades repondremos fuerzas con la increíble gastronomía murciana.

Iglesia de la Concepción de Cehegín

Aunque no se conoce con exactitud, el origen de la Iglesia de la Concepción de Cehegín se sitúa entre finales del siglo XV o principios del XVI. Lo que sí se sabe con certeza es que el templo  fue consagrado y bendecido el 9 de enero del año 1556 y así consta en una inscripción que puede contemplarse al visitar la iglesia y que se encuentra en el lateral derecho del altar mayor.

La Iglesia de la Concepción de Cehegín consta de tres naves y coro alto a los pies. Las naves interiores se apoyan en columnas toscanas y de estilo jónico en el presbiterio, que tiene una rica cubierta, policromada y con una gran piña de estrellas y mocárabes, esos elementos arquitectónicos decorativos colgantes que parecen estalactitas sueltas o arracimadas.

La parte interior está constituida por una importantísima cubierta mudéjar de madera con una espléndida bóveda de crucería octogonal que posee la singularidad de tener inscripciones pintadas y que fue declarada Monumento Nacional en el año 1980.

Iglesia de Santa Eulalia en Totana

La Iglesia de Santa Eulalia, o de La Santa, es uno de los lugares más populares de Totana. Se encuentra en un bello paraje en las faldas de Sierra Espuña, a tan solo siete kilómetros de Totana y a 600 metros sobre el nivel del mar.

Ya en el siglo XIV se tienen noticias de la existencia de un pequeño santuario, construido por los Caballeros de la Orden de Santiago sobre unas tierras cedidas a tal efecto por el rey Alfonso X El Sabio en el siglo anterior.

El santuario actual fue levantado con ayuda de las limosnas de los fieles en el año 1574 cuando el culto a la Santa Eulalia estaba casi extinguido y tan solo se recordaba la existencia de un pequeño centro de devoción en aquel lugar al pie de Sierra Espuña.

Pero a finales del siglo XVI la devoción a la Santa crece al creerla con poderes milagrosos para curar a enfermos y tullidos que beben el agua de la fuente situada frente a la ermita, a la que le atribuyen propiedades curativas.

La iglesia está formada por una nave central de forma rectangular, la cubierta es a dos aguas con techo de madera y un exquisito artesonado mudéjar. Las paredes están recubiertas de pinturas que datan de 1624, y hacen alusión a la vida y milagros de la santa y de Jesucristo. La obra, de aproximadamente 200 metros cuadrados, cuenta con 48 escenas divididas en dos franjas que conforman un total de 216 figuras principales.

Iglesia de San Onofre de Alguazas

La Iglesia parroquial de San Onofre de Alguazas es un templo perteneciente a la diócesis de Cartagena que comenzó a ser construido en el año 1529 por el maestro albañil Alonso de Cabrera en estilo mudéjar aunque posteriormente fue recibiendo añadidos barrocos en la portada y la capilla del Rosario, además de neoclásicos en el crucero y la cúpula.

Después de la reconquista, Alguazas fue propiedad de Doña María de Molina, pero en 1311 el rey Fernando IV la donó al obispo de Cartagena a cambio del castillo de Lubrín, aunque en el año 1586 el rey Felipe II incorporó el pueblo al patrimonio de la corona a pesar de que en el momento de la construcción del templo la villa era señorío eclesiástico.

La nave central de estilo mudéjar fue construida en el siglo XVI y está compuesta por los materiales y la estructura típica de estas obras, es decir, paredes de yeso y artesonado de madera.

El artesonado está sostenido por arcos apuntados y el crucero supone una ampliación de la iglesia primitiva. Se trata de una obra realizada a finales del siglo XVIII llevada a cabo por el prestigioso arquitecto murciano Lorenzo Alonso.

En el centro del crucero se alza la cúpula, rematada con una linterna, sobre pechinas decoradas con pinturas al fresco de los cuatro Evangelistas. La Capilla barroca de Nuestra Señora del Rosario Aparecida es del siglo XVIII y se encuentra situada a la izquierda del crucero. Además, también posee una pequeña cúpula dividida en ocho cascos que se alza sobre pechinas adornadas con rocalla y en el altar se abre un camarín cubierto también con cúpula.

Comer en Cehegín

Y por descontado, después de la visita toca reponer fuerzas con más que sabrosa gastronomía de la Región de Murcia.

Cehegín se encuentra en el corazón de la comarca murciana del Noreste. Declarado, Maravilla Rural de España en 2019, esta localidad es famosa por su gastronomía y cada año miles de turistas se acercan a disfrutar de la ruta de la Tapa y el Cóctel, un itinerario gastronómico a través del cual se puede conocer esta cocina murciana y degustar todo tipo de tapas.

Además, la localidad puede presumir una escuela del vino en el Palacio de la Tercia que alberga en su interior una bodega del siglo XVII, donde enseñan todo lo relativo al vino (los tipos de uva, los tipos de copas, de botellas e incluso de sacacorchos, los procesos de elaboración de los vinos, las temperaturas de servicio y el maridaje). 

Uno de los platos más típicos de la cocina de Cehegín es el empedrao o ceheginero. El arroz es el protagonista de este guiso tradicional al que también se le añaden alubias blancas y los productos de temporada de la huerta murciana.

El chamorro es la parte del cerdo que está justo detrás y debajo de la rodilla. Hay muchas formas de cocinar esta carne, y en Cehegín aportan su toque personal.

Por otra parte, la pera del sabor es el producto estrella de la localidad es el pero, una fruta que es más pera que manzana.

Pero a los más golosos les encantarán los alfajores tradicionales de la Región de Murcia que suelen presentarse liados en papel de seda o parafinados como si fuesen caramelos.

Comer en Totana

Totana está situada en la comarca del Bajo Guadalentín y su cocina se caracteriza por la sencillez de unos platos que combinan la tradición con las nuevas técnicas y donde, como no podía ser de otra forma, destacan los productos de la huerta murciana. 

Ahí está para demostrarlo la pipirrana, la ensalada de verano por excelencia en la Región de Murcia no falta en los hogares de Totana.

Torta de pimiento molido o torta de pimentón es un aperitivo típico que se prepara con harina, agua, aceite de oliva, levadura, sal y pimentón, y normalmente se le añaden otros ingredientes.

El jallullo es un plato de morcillas y longanizas cocinadas con harina, aceite y sal, acompañado de un puré con tropezones.

Las tortas de chicharrones también son muy típicas. Se trata de trozos de cerdo frito que se aprovechan después de la matanza.

Y no podemos olvidarnos de los paparajotes totaneros, uno de los dulces típicos de la Región de Murcia que se prepara rebozando una hoja de limonero en una masa de harina, leche y huevo, y posteriormente espolvoreando sobre él azúcar y canela.

Comer en Alguazas

Por último hay que recordar que Alguazas está situado en la comarca de la Vega Media del Segura y el pisto de la Vega Media es toda una delicia murciana con las joyas de la huerta.

Todos los platos de pisto tienen enormes similitudes, desde el pisto manchego a la ratatouille francesa, pero cada uno, por supuesto, tiene sus peculiaridades. El pisto de la Vega Media también tiene, cómo no, sus características propias.

Se trata de un pisto en el que desaparece el calabacín. Se elabora con berenjena, pimientos rojo y verde y tomates. Cada verdura se fríe primero por separado, antes de unirse en la sartén. Pero el ingrediente que le hace más peculiar es el huevo, que aporta su toque final y su característico color dorado.

Este plato es muy similar a otra elaboración murciana, el ‘frito de verano’. Es normal, que existan muchas recetas tradicionales parecidas, de la época en la que el consumo de tomate se limitaba antiguamente a la época veraniega, cuando había mucha producción de tomate, pero solo en ese momento.