¿Qué provoca el Síndrome de Apnea del Sueño?

El Síndrome de Apnea del Sueño es más frecuente de lo que se piensa. Se estima que entre cinco y ocho millones de personas en España padecen este trastorno, pero su infradiagnóstico es del 80%, cuentan desde Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Su prevalencia es importante pues el Síndrome de Apneas Obstructivas del sueño (SAOS) afecta a entre el 6% y 20% de hombres de mediana edad y a entre el 6% y el 9% de mujeres en el mismo rango de edad, y a más del 20% de mayores de 65 años de la población general. Conocer sus causas ayuda a su prevención y a la mejora del estado de salud, pues esta patología incide en la calidad del sueño.

Qué es la apnea del sueño

Esta patología provoca episodios de obstrucción de la vía respiratoria superior de forma continuada mientras dormimos. Esto genera ahogos ligeros (se deja de respirar durante unos 10 segundos, aunque a veces puede ser más tiempo, hasta dos minutos), y también incide en la correcta oxigenación de la sangre.

Síntomas y consecuencias

Si tenemos apnea del sueño, podemos experimentar los siguientes síntomas:

• Fatiga y somnolencia diurna. Estos síntomas pueden tener consecuencias directas en accidentes de tráfico, laborales o domésticos. Esto es así porque tendemos a quedarnos dormidos mientras hacemos las actividades cotidianas.
• Trastornos cardiorrespiratorios y otros problemas de salud.
• Merma de la calidad de vida.

¿Por qué se produce la apnea del sueño?

La apnea del sueño es una patología muy asociada a la obesidad. Desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), aseguran entre el 50 y 77% de pacientes obesos padecen este trastorno. En las personas obesas la grasa tienda a acumularse en el cuello, de ahí que sean más proclives a sufrirlo.

Los antecedentes familiares también son un factor a tener en cuenta para desarrollarla. Además hay otros elementos que influyen como por ejemplo fumar o tener malos hábitos. La apnea del sueño se puede agravar si ingerimos alcohol a media tarde o por la noche, si cenamos de forma copiosa, o si no dormimos bien o lo hacemos en una posición inadecuada (principalmente boca arriba y no de lado).