Conoce la historia de las 'viudas negras': dos mujeres mayores que mataban a personas sin hogar

Olga Rutterschmidt y Helen Golay son conocidas en Estados Unidos como las 'viudas negras' por una macabra razón: las mujeres acogían durante dos años en su casa a personas sin hogar, y tras pasar este periodo de tiempo los mataban para quedarse con todo su dinero. Las mujeres se hicieron con casi 5 millones de dólares, unos 4.300.000 euros.

Golay nació en 1931 en Texas, Estados Unidos y vivió con su abuelo materno hasta su fallecimiento. Después de eso pasó por diferentes casas hasta acabar en un centro de acogida.

Cuando terminó el instituto se trasladó a Los Ángeles y se casó con  Vernon Golay, un dentista con quién tuvo dos hijas. La pareja terminó separándose, y la mujer se volvió a casar y tuvo otra hija. Ninguna de sus parejas sospechó que Helen pudiera ser una criminal. La mujer trabajó como agente inmobiliaria y no tenía problemas económicos.

Comenzaron estafando a hombres adinerados

Olga Rutterschmidt nació en 1933 en Hungria, aunque lleva en Estados Unidos desde 1957. En Hollywood consiguió convertirse en una empresaria de éxito junto a su marido, con el que tenía una cafetería.

Cuando el negoció empezó a quebrar, Olga se dedicó a estafar a diferentes entidades bancarias sin que su marido supiera nada. El matrimonio no tuvo hijos, y tras el divorcio, su exmarido decidió regresar a Hungría.

Cuando las mujeres se conocieron ambas tenían una situación personal muy parecida, y comenzaron estafando a hombres adinerados a los que seducían para robarles el dinero en efectivo que llevaran encima.

Cambiaron de perfil

Con el tiempo, las mujeres fueron ganándose una fama que les llevó a cambiar el perfil de sus víctimas, y decidieron que las personas sin hogar serían fáciles de engañar.

Así, en 1997 las mujeres comenzaron su voluntariado en la Iglesia Presbiteriana de Hollywood, algo que no hizo sospechar a nadie.

Tras una primera toma de contacto con las personas sin hogar, decidieron dar un paso más: les ofrecieron alojamiento y comida gratuita, además de ayudarlos con temas médicos. Durante dos años, las mujeres contrataban diferentes seguros de vida haciéndose pasar por sus víctimas. En total solicitaron 35 seguros por un valor de casi cinco millones de dólares.

Pasados los dos años, las mujeres drogaban a sus víctimas y los atropellaban con un coche varias veces para fingir un atropello a la fuga.

Paul Vados, Fred Downie y Kenneth McDavid fueron tres de sus víctimas. 

Un trabajador se dio cuenta del engaño

Las mujeres comenzaron a desconfiar la una de la otra y gracias a esta nueva enemistad, la policía consiguió localizarlas. 

Siete meses después de la muerte de su última víctima, las mujeres reclamaron una de sus pólizas. El trabajador que las atendió se dio cuenta de que los datos coincidían con varias víctimas de atropellos, del que ellas eran beneficiarias, y decidió ponerse en contacto con la policía.

La investigación empezó en 2006 y las mujeres fueron arrestadas por varios delitos de fraude fiscal. Al revisar su vivienda encontraron la documentación de las víctimas y el número de matricula utilizado durante los atropellos.

El juicio se celebró en el Tribunal Superior de Los Ángeles en 2008 y las mujeres fueron acusadas de dos cargos de asesinato en primer grado y de dos delitos de conspiración. 

 Helen Golay y Olga Rutterschmidt, de 77 y 75 años respectivamente, fueron declaradas culpables, aunque ellas siguen defendiendo su inocencia. Para ellas, solo son accidentes de tráfico.