Torrescárcela, un pueblo de Valladolid, busca recuperar su ermita del Humilladero, un inmueble construido alrededor del año 1712, para lo cual ha puesto en marcha una recaudación, con el objetivo de conseguir 30.000 euros en 29 días, hasta el 6 de septiembre.
Este pequeño municipio de Valladolid cuenta con apenas 150 habitantes, pero eso no significa que la ilusión por lograrlo sea menor. De hecho, Torrescárcela no es la primera vez que consigue recuperar su patrimonio histórico y artístico, y es que hace más de 20 años, en el año 2000, lograron "rescatar una parte de nuestra historia y de nuestro patrimonio".
Se trataba del "viejo lavadero, el de piedra, el que llevaba varios siglos y que tantas coladas tenía en su haber", señalan en una nota. Ahora, los habitantes de Torrescárcela se han propuesto salvar su ermita del Humilladero. "La cubierta original, que era a cuatro aguas, se derrumbó, y como medida más inmediata se realizó una nueva a dos aguas con placas de fibrocemento", explican.
Luis Antonio Gómez Iglesias, alcalde de Torrescárcela, explica que "con este proyecto pretendemos no solo restaurar nuestra ermita del Humilladero, sino honrar nuestras raíces, fortalecer los lazos con nuestra tierra, sentirnos partícipes de colaborar en cuidar nuestro patrimonio y proteger nuestra identidad”.
"Queremos buscar la participación (sin importar la cantidad aportada) para compartir este sentimiento de pertenencia”, añade.
Conseguir conservar y mantener el estado de la ermita permitirá "frenar su alto grado deterioro y volver a otorgarla valor". Para ello, cuentan con 29 días para conseguir reunir 30.000 euros, a través de una campaña de micromecenazgo que han puesto en marcha junto a la asociación Hispania Nostra (@HispaniaNostra).
"La historia de cualquier pueblo ayuda a mantener los vínculos con sus hijos. Nos sentimos vinculados a Torrescárcela porque muchas generaciones que nos han precedido han vivido aquí. Pero eso no es suficiente, el sentimiento de pertenencia se afianza con la convivencia y con el sentir de nuestras tradiciones. También lo podemos llamar arraigo, pero en definitiva es amar nuestra tierra. Y, no solo es el sitio donde uno se cría y se educa, que también... es el sitio donde a uno le llegan vivencias. Que en el caso de las tradiciones son vivencias de nuestros mayores que han sido, muchas veces, protegidas hasta nuestros días", indican en la recaudación iniciada.
"A través de nuestras tradiciones, el pasado se une el futuro recorriendo nuestro presente. Y, es así como nuestro rico patrimonio histórico-artístico y nuestras tradiciones ayudan a construir una identidad y un sentimiento de pertenencia. En definitiva, se confabulan para afianzarnos en el arraigo", añaden
Así, consideran que "una de las mejores formas de demostrar el amor a nuestra tierra es asumir la responsabilidad y el compromiso de conservar nuestro patrimonio histórico y artístico".
