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Se cumplen justo siete meses sin rastro de Pascual Robledillo Chisvert, vecino de la localidad de Paiporta, en la provincia de Valencia. Nada se sabe de este hombre de 42 años desde el pasado 14 de septiembre, cuando salió a correr por los alrededores de esta localidad en la que reside junto a sus padres.
En casa le esperaban para comer, pero al retrasarse, su madre le llamó preocupada por teléfono. "Ahora llego, me he desorientado", le dijo escuetamente. Desde entonces su familia no ha vuelto a tener noticias de él e incluso ya dudan de si realmente fue él quien contestó a esa llamada.
En los primeros días de la desaparición se organizó una búsqueda en la que participaron agentes de la Guardia Civil, de las Policías Locales de Paiporta y Picanya, Bomberos del Consorcio Provincial, así como voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja, y el helicóptero del Instituto Armado. Sin embargo, no se encontró ninguna pista sobre su paradero.

"Esta incertidumbre es un sinvivir. Son ya siete meses sin saber nada de él y nos ponemos en lo peor", asegura Mari Carmen, hermana del desaparecido, al diario Información. Desde un primer momento su familia descartó la posibilidad de una fuga voluntaria ya que nunca se había ausentado y la relación familiar era buena, además no portaba dinero encima, ni la medicación, ni su tarjeta SIP. Sus padres creyeron que podía haber sufrido un golpe de calor, dadas las elevadas temperaturas de ese día. "Además se había ido a correr sin apenas desayunar", apuntan.
Lo único cierto, según destaca Información, es que ese 14 de septiembre salió de casa a las 9.30 horas para hacer deporte y como demuestra el seguimiento de los últimos movimientos de su teléfono móvil sí que llegó hasta el barrio de San Marcelino. Una mujer le vio corriendo a la altura de la carretera CV-407, en Picanya, y entre las 12.00 horas y las 16.00 –hora a la su teléfono deja de dar señal- el terminal se mantiene en un mismo repetidor que cubre un kilómetro cuadrado en torno a la gasolinera Texaco del camino de Tres Cruces. Es en este mismo punto donde se produce el último contacto telefónico cuando le llama su madre, que apenas dura unos 30 segundos, y una persona que en ese momento pensaron que era él responde que se ha desorientado y que enseguida iba para casa. Pero nunca llegó.
La hermana de Pascual pide colaboración ciudadana por si alguien tiene alguna pista sobre su paradero.