¿Es mejor ducharse por la mañana o por la noche?

Hay personas que prefieren ducharse por la mañana, para aumentar la vigilia y comenzar el día sintiéndose limpias; pero hay otro grupo de gente que prefiere hacerlo por la noche, porque no puede ni imaginar meterse bajo las sábanas sin antes deshacerse de la suciedad y el sudor acumulada durante toda la jornada. Pero ¿cual es la mejor opción?

Idealmente, es mejor tomar una ducha por la noche, y la razón es simple: nos ayuda a liberarnos de las bacterias que se acumulan durante el día y que pueden afectar el equilibrio de la microbiota de la piel. 

Mantener el equilibrio del ecosistema cutáneo

Esta microbiota es una especie de barrera, formada por microorganismos que nos protegen contra amenazas externas, formada formado por bacterias buenas, también llamadas simbióticas porque viven en simbiosis con nuestro organismo, pero también alberga toda una población patógena que puede causar enfermedades.

Es especialmente durante la noche cuando se produce la renovación de la piel, también llamada proliferación celular, y los contaminantes acumulados durante el día son más perjudiciales, por eso es mejor eliminarlos antes de acostarnos. Al dejar las bacterias “malas” en la piel, las dejamos proliferar, con el riesgo de que se antepongan a las buenas.

Sin embargo, a algunas personas les preocupa sudar durante la noche, por lo que prefieren ducharse al levantarse y salir de casa impolutos, pero según los dermatólogos no es probable que el cuerpo sude excesivamente durante el sueño, de forma que si al despertar, nos lavamos las manos, la cara, los pliegues y los orificios es suficiente.

Además, al ducharnos, contribuimos a elevar de forma artificial nuestra temperatura corporal lo que ayuda a un enfriamiento más acelerado que nos ayuda a relajar nuestro cuerpo, a liberar la tensión muscular y a conciliar mejor el sueño.

4 consejos para ducharse

-Es preferible ducharse con agua tibia, evitando ducharse con agua muy caliente o fría.

-Si es posible, pasa un chorro de agua fría antes de salir de la ducha porque el frío ralentiza el metabolismo de las bacterias.

-Elige productos con pH neutro para no dañar el ecosistema cutáneo, que sean suaves y testados dermatológicamente. Y es que la piel pierde el 25% de su hidratación natural durante la ducha según nos indica la Academia Española de Dermatología y Venereología.

-No tomes más de una ducha al día. Siempre será mejor evitar una segunda ducha, que dañaría nuestra piel. Al no darle a la microbiota el respiro necesario para reconstituirse, se desestabiliza y ya no protege contra las agresiones externas.