Mantequerías Arias, empresa láctea más longeva de España: "La clave está en respetar nuestro pasado"

Mantequerías Arias es la empresa láctea más longeva de España y este año celebra su 175 aniversario. Creada en 1848 en Corias de Pravia, (Asturias) cuando sus fundadores, Antonio Arias y Carmen Fernández, decidieron crear un establecimiento dedicado a la elaboración artesanal de mantequilla. Desde entonces, esta empresa familiar ha conseguido expandirse y crear hitos, como la invención en 1992 de su producto estrella, Burgo de Arias (@burgodearias), un queso fresco que se sirve hasta en la Casa Real.

Ahora internacionalizada y perteneciente a la multinacional francesa Soparind, asegura que mantiene el valor de la tradición en su ADN, según nos cuenta su director general, Javier Roza, al frente de este imperio de la alimentación desde hace 15 años, que nos desvela los secretos de su historia en esta compañía. La compañía asturiana cuenta actualmente con más de 30 marcas de quesos nacionales y de importación que se distribuyen tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. 

P.- En primer lugar, 175 años de historia... ¿Cómo se lleva el sobre nombre de “empresa más longeva de España”? ¿Cuál es el secreto?

RESPUESTA.- Son muchos los factores que influyen para que una marca mantenga la confianza de los consumidores durante tanto tiempo. Hacer las cosas bien, en todos los sentidos, siempre tiene premio. En nuestro caso conjugar la innovación, respetando lo mejor de la tradición ha sido y es clave.  Es un orgullo y es precisamente ese reconocimiento de las cosas bien hechas lo que nos da el impulso para seguir por ese camino. 

P.- ¿Qué queda de esa empresa familiar nacida en 1848? ¿Y de sus fundadores Carmen Fernández y Antonio Arias?

R.- Yo diría que ese cuidado que uno pone en lo que siente propio. La historia del nacimiento de la mantequilla, el espíritu emprendedor e innovador de los fundadores siguen presentes en la marca, que mantiene esa esencia. La mantequilla Arias nació en Asturias y aquí ha seguido durante 175 años, y esperamos que siga muchos años más... Esto forma parte también del ADN de nuestra compañía, el compromiso con las comunidades donde operamos y el arraigo local con la zona. 

P.- ¿Qué diríais que os han dado los años, la experiencia, para mantener el éxito en este negocio?

R.- Los años, la experiencia, te proporcionan la mejor de las sabidurías, el conocimiento profundo de la materia prima y de los procesos y saber por tanto cómo puedes continuar mejorando la calidad cada día. Seguir fabricando siempre el mejor producto del mercado genera confianza en el consumidor y un valor incalculable para la marca. 

P.- Usted ha dicho en alguna ocasión, que el “el futuro de Mantequerías Arias pasa por respetar su pasado” ¿En qué sentido exactamente? 

R.- El pasado es el que nos trae al presente; las generaciones anteriores nos han mostrado lo que se debía hacer y es esa herencia de conocimiento y de exigencia la que nosotros debemos seguir honrando para impulsarnos al futuro. Nosotros vamos a seguir innovando, pero siempre respetando la tradición, buscando esa simbiosis entre innovación y tradición. 

P.- ¿Cómo ha cambiado la empresa desde sus primeros productos, como la mantequilla, que ahora relanzan, hasta la oferta actual?

R.- Los productos que fabricamos como la mantequilla o el queso son productos relativamente sencillos, donde lo importante es respetar la calidad y frescura de la materia prima y los procesos de fabricación. Siendo los principios los mismos, ahora disponemos de mejor tecnología y de más conocimiento, de ahí que hayamos sido capaces de mejorar nuestros productos clásicos, aunque la esencia es la misma: el amor por las cosas bien hechas, el cuidado de nuestra gente, de nuestros trabajadores, de nuestros proveedores. Lo que sí ha cambiado es que hemos sido capaces de innovar, creando productos de indudable éxito como Burgo de Arias, o adquiriendo marcas fantásticas como Boffard, adaptándonos así a las necesidades cambiantes de los clientes.

P.- ¿Cómo se le ocurre a la empresa crear Burgo de Arias, el queso fresco más popular del mercado, que se consume incluso en la Casa Real?

R.- De nuevo tenemos que hablar de tradición, sumada a innovación. En 1992 se reinventa el queso fresco con el lanzamiento de Burgo de Arias, desarrollamos una nueva tecnología ultrahigiénica que dotaba de mejores cualidades al queso fresco tradicional. Burgo de Arias es hoy la marca líder de queso fresco.

P.- ¿Cómo están viviendo la celebración de este 175 aniversario? ¿Cómo fue la visita del Rey?¿Están previstas más acciones conmemorativas?

R.- La visita del Rey fue emocionante, seguramente el día más emocionante de mi carrera profesional. El reconocimiento que supone la visita de la más alta magistratura de nuestra nación nos da idea de que lo que celebramos es verdaderamente importante: nuestro origen, nuestra trayectoria han merecido que el Rey dedique un día de su apretada agenda para conocernos mejor y sobre todo celebrar y compartir con nuestros colaboradores este hito. Fue un día inolvidable para todos los que formamos parte de Arias.

P.- ¿Qué les diría a nuestros lectores sénior sobre la crisis inflacionista? Muchos lectores jubilados quizás hayan tenido que recortar la compra de productos como los suyos por la subida de precios… ¿seguirá esta tendencia en el sector lácteo en los próximos meses?

R.- Probablemente sí, como observamos también con las movilizaciones a nivel europeo de agricultores y ganaderos. La producción primaria es una profesión básica para mantener la soberanía alimentaria en España y Europa y es una profesión muy sacrificada, en la que es muy difícil el relevo generacional. Nuestros productores deben poder ganarse bien la vida para mantener su actividad y darnos de comer.

Producir alimentos buenos y sostenibles no es barato y debemos aceptar que esta situación se mantendrá. Si no es así, me temo que nuestro campo puede pasarlo muy mal, y nosotros con él.  Dicho eso, nuestro compromiso es que estos alimentos que nosotros producimos sean excelentes en calidad, composición y sabor, y por tanto que merezca la pena incluirlos en nuestra dieta, en la de toda la familia.