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Tupperware, el fabricante de envases de plástico reutilizables con sede en Estados Unidos, se encuentra al borde de la quiebra. La mítica compañía que cambió la forma en la que conservamos y tansportamos comida, ha reconocido que existen "dudas sustanciales" sobre su capacidad para "continuar como una empresa en funcionamiento".
Esta anuncio ha provocado que sus acciones se hayan desplomado más de un 40% este martes. En total, las acciones han caído un 90% en el último año.
Pese a que la pandemia de Covid y el confinamiento hizo que sus ganancias en el tercer trimestre de 2020 se cuadruplicaran, ahora la firma está cerca del colapso financiero. "La compañía está haciendo todo lo que está en sus manos para mitigar los impactos de los acontecimientos recientes, y estamos tomando medidas inmediatas para buscar financiación adicional y hacer frente a nuestra posición financiera", asegura el CEO de la compañía, Miguel Fernández.
La empresa afirma que no tendrá suficiente efectivo para financiar sus operaciones si no consigue dinero adicional y que está explorando posibles despidos.
Una historia de éxito abocada a su fin
Tupperware fue fundada por el químico Earl Tupper en 1946 después de inspirarse en el diseño de las tapas herméticas de las latas de pintura, que evitaban que el contenido se secara. Las adapató para que pudieran crear el mismo efecto en los alimentos, impidiendo que perdieran calidad y sabor cuando se guardaban en el frigorífico.
A pesar de su naturaleza innovadora, los productos no se vendieron como se esperaba. Se distribuyeron principalmente en ferreterías y otros puntos de venta; sin embargo, el consumidor necesitaba la demostración para comprender cómo funcionaban. Fue Brownie Wise quien, en 1948, vio el gran potencial de estos productos y presentó una forma más eficaz de llegar a los consumidores.
Se empezaron a vender con comerciales que iban casa por casa. En medio mundo fueron conocidas las reuniones o fiestas Tupperware, en las que una comercial hacia demostraciones de los productos a varias personas. Las demostraciones impulsaron las ventas, ya que explicaban los beneficios de su revolucionaria tapa.
Estos recipientes fueron tan pioneros e innovadores que su nombre se ha universalizado para referirse a cualquier envase de características similares, a los que conocemos como tupper o táper.
Tras décadas de éxito, el auge del comercio electrónico ha hecho mella en las ganancias de la empresa, que se apoya en la venta directa.
Ahora los clientes tienen más opciones para el almacenamiento de alimentos, más lugares para comprar y menos tiempo para dedicar a la cocina, lo cual deja a la icónica marca cada vez más fuera de juego.