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Ve la luz la primera biografía de Javier Krahe: 'Ni feo, ni católico, ni sentimental'

65ymás

Sábado 27 de marzo de 2021

ACTUALIZADO : Miércoles 2 de junio de 2021 a las 18:14 H

9 minutos

"Soy anarquista de cinco a seis y media, que es cuando duermo la siesta", solía comentar

Ve la luz la primera biografía de Javier Krahe: 'Ni feo, ni católico, ni sentimental'
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Sábado 27 de marzo de 2021

9 minutos

La primera biografía de Javier Krahe, el bardo más irreverente e inclasificable de la canción española ha llegado a las librerías con el título de Ni feo, ni católico, ni sentimental (Ed. Reservoir Books) y se trata de un meticuloso repaso de la vida del artista a partir de testimonios de familia y amigos, fotos inéditas y letras de canciones que se creían perdidas que dibujan el mejor perfil de un cantautor indomable.

"En este libro está Krahe tal como yo lo quise y lo conocí", asegura Joaquín Sabina de quien fue mentor el propio Krahe, como lo fue de Albert Pla además de colega de Chicho Sánchez Ferlosio. A su vez, Javier era un gran admirador de George Brassens, al que tenía por su maestro.

En sus letras no dejó títere con cabeza, ya hablara de política, religión o amor. Jamás se casó con nadie, a excepción de su matrimonio por lo civil con la canadiense Annick Bloyard, y hubo a quienes molestó tanto a diestra como a siniestra, siempre huyendo de toda etiqueta: "Soy anarquista de cinco a seis y media, que es cuando duermo la siesta", dejó dicho.

Puedes ver pinchando AQUÍ el video de Marieta en la sala Galileo Galilei

La hoguera, Marieta, Un burdo rumor, Cuervo ingenuo, En la costa suiza o No todo va a ser follar son bandera de la contracultura más duradera. Canciones que hunden sus raíces en los años de estudiante en El Pilar y llegan hasta las fecundas temporadas en Zahara de los Atunes, pasando por el dulce autoexilio canadiense en el franquismo tardío, los primeros años de la democracia y los posteriores encontronazos con el poder.

En todos y cada uno de los rincones de su inquieta e interesante vida ha entrado Federico de Haro, siempre de la mano de familiares (Annick, sus hijos, Violante y Marco, y su hermano Enrique) y amigos del retratado. Son estos quienes le han abierto las puertas de sus casas, de sus archivos personales y de su memoria para contar todo lo que no sabemos de Javier Krahe.

Sabina y Krahe

Joaquín Sabina, compañero de escenario y amigo desde los años de La Aurora (un almacén de pimentón convertido en sala de conciertos en el madrileño barrio de Malasaña); Enrique Cavestany, uno de los socios de La Mandrágora, el famoso local de La Latina; Julio Llamazares y Óscar Ladoire, con quienes compartió copas, conversaciones y partidas de ajedrez en el Estar Café; el irreverente periodista Alfredo Amestoy, junto a quien hizo el servicio militar, José Enrique Seseña, amigo desde los años del colegio al que muchos conocerán por su negocio de capas, o El Gran Wyoming, Pepín Tre y Pablo Carbonell, fundadores junto a Krahe y otros socios de la discográfica 18 chulos, son solo algunos de los compañeros que aparecen con sus anécdotas y recuerdos entre las paginas de este libro.

 
18 Chulos

El relato, completado con un examen cercano de su personal manera de componer las canciones e introducirlas en directo, incluye además un apéndice con sus primeras letras (inéditas hasta hoy). Un todo que da como resultado una biografía íntima y original del hombre que siempre anduvo a la contra.

El obseso sexual

Fernando de Haro recupera en este libro la letra de El obseso sexual, tema que cantó por vez primera Jorge Krahe, el hermano menor de Javier, y que también agregó a su repertorio Chicho Sánchez Ferlosio. Aunque gozó de cierta popularidad, jamás llegó a editarse, y años después incluso el propio autor la dio por perdida.

Captura de pantalla 2021 03 25 a las 18.12.06

Francisco Umbral la citó en un artículo de la época, Camilo José Cela incluyó un fragmento en su Diccionario secreto, pero nadie parecía tenerla completa. Fue en una grabación conservada por Rosa León de una actuación de los años setenta junto a Jorge la que ha permitido recuperarla por completo y transcribirla en el apéndice del libro.

A París a ver cine

Annick Bloyard conoció a los Krahe en las navidades del 67. Cuando Javier y su amigo José Seseña le contaron su intención de ir a París, la joven les invitó a visitarla. Pero Javier, que aún no sabía que se acabaría casando con ella, le dejó muy claro sus intenciones: "Bueno, pero nosotros vamos a París a ver cine". 

Javier Krahe p.53

Durante el mes que pasaron allí, los dos amigos vieron tres películas diarias, a veces cuatro, y visita-on en más de una ocasión una librería ubicada en la rue du Latran, entre los Jardines de Luxemburgo y el Sena. No era una librería cualquiera, sino el centro de operaciones de Ruedo Ibérico, editorial fundada a principios de los sesenta en París por un grupo de exiliados españoles que decidieron hacer la guerra al franquismo editando textos con ideas contrarias al régimen. Como aquellos libros no podían ser introducidos en España sin asumir un riesgo considerable, Javier y Jose los leían allí mismo, de pie, picoteando de aquí y de allá.

De Madrid y sus cacas de perro a la cristofagia

En una de las calles que Javier veía frecuentemente, por estar frente a la agencia de publicidad en la que trabajaba, Fontán, los excrementos de perros llegaron a ser tantos que él junto a su amigo Seseña decidieron tomar su Súper8 y grabar un corto: "Sobre los caminos sembrados de escollos". Quien lo haya visto, sabrá que se trata de un plano secuencia que se recrea en cada mierda mostrando los detalles escultóricos y/o arquitectónicos que en cada una creen ver estos artistas. Todo, eso sí, al son del exquisito minué en La mayor Opus N.º 5 de Luigi Boccherini, ya que así de paso rendían homenaje al filme El quinteto de la muerte, dirigido por Alexander Mackendrick.

Juicio a Javier Krahe. Captura de pantalla de RTVE

Tras este apunte, Federico de Haro repasa sus otros cortos, entre los que destaca por la repercusión mediática que tuvo tres décadas más tarde el titula-do Sobre la cristofagia, una irreverente, satírica y ya afamada receta para cocinar un cristo por la que a Javier le atribuyeron un delito contra los sentimientos religiosos, del que salió absuelto.

OTAN, de entrada no

Fue a comienzos de 1986. Sabina, que ya había saltado al estrellato, invitó a su amigo a tocar junto a él en un concierto en el que habría más invitados, como Aute, Ricardo Solfa o Javier Gurruchaga. Para la ocasión, Krahe rehízo la letra de Cuervo ingenuo, tema que le acabaría costando la enemistad del PSOE de la época.

Pincha AQUÍ para ver el vídeo de Joaquin Sabina y Javier Krahe cantando Cuervo Ingenuo

"La canción no solo era crítica con el golpe de timón que había dado Felipe González sobre la permanencia de España en la OTAN, sino que contenía además dos cornadas directas a la femoral, una en forma de pregunta (“Tú mucho partido, pero / ¿es socialista, es obrero, / o es español solamente?”) y otra en plan metafórico: 'Hombre blanco hablar con lengua de serpiente'. Sabina no solo aceptó que la cantara, sino que se ofreció a interpretarla con él», explica Federico de Haro en su libro.

Hubo veto político

TVE había comprado parte del recital para emitirlo tres semanas antes de que se celebrara el famoso referéndum, y los acontecimientos que siguieron se han narrado ya en multitud de ocasiones: "Lo contó la prensa del momento, lo ha contado Sabina en entrevistas y lo contó Krahe en verso en Me internarán:  “Y así ocurrió, sencillamente, / lo que tenía que ocurrir: / yo, a tutearle al presidente, / ellos, a no retransmitir». Y más adelante: “Algún censor de los de antes / metió tijera al recital, / ¡qué feos son los gobernantes / cuando se ven al natural!”.

Krahe

El escándalo encontró los cauces para salir a la luz y tuvo sus consecuencias tanto para el PSOE, que recibió un aluvión de críticas, como para Krahe, que vio cómo los ayuntamientos socialistas dejaban de contratarlo e incluso cancelaron actuaciones ya apalabradas.

El tabaco y sus efectos beneficiosos

Recuerda el Gran Wyoming que un día, en Zahara de los Atunes, Javier contó que había participado en un debate televisado sobre tabaquismo en el que le presentaron como alguien que estaba a favor del tabaco. "No, no, yo no estoy a favor del tabaco, yo solo soy un fumador", matizó Krahe. Minutos después, cuando uno de los participantes expuso las conclusiones de un pormenorizado estudio sobre los efectos perjudiciales de fumar, Javier preguntó: "Perdone, ¿y cuáles son los efectos beneficiosos del tabaco según su estudio?".

Cuando el especialista respondió que solo habían analizado lo negativo, Krahe repuso: "Pues el tabaco, por ejemplo, tiene un efecto balsámico. ¿Qué validez tiene un estudio que solo analiza lo malo?". El resto de participantes, contaba Javier, rompió entonces a reír, y él no entendía qué era lo que provocaba su hilaridad. El problema fue que los demás encontraron insólito algo que para él era obvio, y no tomaron el argumento en serio.

Javier Krahe

Un libro imprescindible para conocer a uno de los más grandes cantautores españoles y del que hace el mejor resumen, su amigo y guitarrista durante decenios, Javier López de Guereña: "Bendito sea el Krahe; y quien le ha glosado con tanto acierto, Federico de Haro".

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