

Edadismo, la cara oculta de nuestro mercado laboral
José Luis Fernández SantillanaMiércoles 18 de junio de 2025
3 minutos

Miércoles 18 de junio de 2025
3 minutos
El edadismo, o discriminación por edad, es un problema significativo en el mercado laboral español. Afecta a personas mayores de 45 años, limitando sus oportunidades de empleo y prolongando su permanencia en el desempleo.
El edadismo puede llevar a problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad. Las personas mayores que experimentan discriminación por edad pueden sentirse menos valoradas, más aisladas y si la única alternativa a su situación de desempleo es prolongarla hasta su jubilación, mediante un subsidio, si es mayor de 52 años, eso afecta negativamente a su bienestar emocional.
La distribución de los parados en función de la edad y sexo al finalizar mayo de 2025 nos indica que, tenemos que el mayor número de ellos corresponde a los mayores de 59 años, un 17,7%. Los mayores de 45 años alcanzan el 58,5%, prácticamente tres de cada cinco parados son mayor de 45 años.

Las mujeres son el 60% del total de parados registrados, 20 puntos más que los hombres. Una brecha de género en la situación desempleo o de acceso al empleo. El 59% de las mujeres que están registradas en el SEPE, seis de cada diez, tiene más de 45 años. Diez puntos porcentuales más que los hombres. Para una mujer mayor de 45 años encontrar empleo se ha convertido en misión imposible.
Las personas mayores de 45 años enfrentan barreras significativas para acceder a nuevos empleos. Los empleadores a menudo prefieren contratar a candidatos más jóvenes, percibiendo que tienen habilidades más actualizadas y mayor adaptabilidad. Esta percepción puede ser injusta, ya que muchos trabajadores mayores poseen una vasta experiencia, habilidades y hábitos de trabajo valiosos para el desempeño de un puesto de trabajo.
La realidad que padecen las personas mayores es que son en ellas en las que concurre el desempleo de larga duración. Una vez que pierden su empleo, les resulta más difícil reincorporarse al mercado laboral. Esto se debe en parte a la discriminación por edad y a la falta de oportunidades adecuadas. Esta pérdida de empleo puede afectar y está afectando negativamente a su autoestima y motivación, creando un ciclo difícil de romper.
La discriminación por edad en el acceso al empleo le lleva a sentirse menospreciado o inútil y puede llevar a una pérdida de confianza en sus propias capacidades.
El mayor número de contratos se realizan en el tramo de edad comprendido entre los 20 y 24 años, sin embargo, solo un 3,6% se realiza a mayores de 59 años, el menor porcentaje de todos los tramos de edad. Sin un contrato no es posible abandonar la situación de desempleo.
Es necesario un ambicioso programa de formación continua. Su puesta en marcha es crucial para que los trabajadores mayores se mantengan actualizados y competitivos. Sin embargo, a menudo enfrentan obstáculos para acceder a programas de formación y reciclaje profesional. Las políticas públicas y las iniciativas empresariales deben centrarse en ofrecer oportunidades de formación accesibles y relevantes para este grupo de edad.
Para combatir el edadismo, es esencial implementar políticas inclusivas que promuevan la igualdad de oportunidades. Algunas propuestas en esta materia serian: los programas de “mentoring” para fomentar la transferencia de conocimientos entre generaciones; incentivos fiscales ofreciendo beneficios a las empresas que contraten a trabajadores mayores y campañas de sensibilización: Educar a empleadores y a la sociedad sobre los beneficios de una fuerza laboral diversa en términos de edad.
El edadismo en el mercado laboral español es un desafío que requiere atención y acción concertada. Al promover la inclusión y ofrecer oportunidades equitativas, se puede aprovechar el potencial de todos los trabajadores, independientemente de su edad.