La guía definitiva del langostino, el alimento estrella de la Navidad

Los langostinos, como casi todos los mariscos, son un alimento que nunca falta en las comidas o cenas de Navidad. La demanda aumenta en estas fechas y por eso, es importante saber elegirlos. La calidad y el precio es importante a la hora de comprar buen género.

Ese crustáceo de diez patas iene un tamaño de entre 12 y 15 centímetros de longitud y es de color rosado con vetas marrones. Habita en el Atlántico oriental y en todo el Mediterráneo, sobre todo en los fondos arenosos de la desembocadura de los ríos. En España se hacen capturas en las desembocaduras del Ebro y del Guadalquivir. Y existen zonas productoras excelentes como Vinarós.

Sin embargo, debido a la alta demanda, las capturas en el Atlántico y el Mediterráneo son escasas. La casi totalidad del langostino que consumimos procede de la flota congeladora industrial o importados desde América. Así pues, gran parte del langostino consumido en España no es un producto de la pesca artesanal ni nacional.

Cualidades nutricionales

Los langostinos son bajos en grasas y ricos en proteínas, además tienen numerosas ventajas nutricionales y, si los compramos congelados, son bastante asequibles para el bolsillo. Son ricos en omega-3 pero también están entre los crustáceos de mayor contenido en colesterol y con una mayor concentración en la cabeza. Es en las cabezas de los langostinos donde se sitúa el aparato digestivo, que luego continúa al cuerpo en esa tira negra que lo recorre por el dorso. Esta parte, para muchos la más sabrosa, es conveniente descartarla y quedarnos con las colas limpias, en el caso de sufrir de colesterol alto e ingerir esporádicamente esta especie.

¿Cómo cocinar los langostinos?

Evidentemente, para gustos los colores. Cada uno los prepara a su manera, sobre todo a la plancha o cocidos y servidos fríos. Si los hemos comprado congelados, los debemos descongelar por completo antes de cocinar y siempre en la nevera.

Prepararlos a la plancha es una forma rápida de hacerlos y son muy sabrosos. Se pueden aliñar con limón o con un majado de ajo, perejil y aceite de oliva. Si son congelados, debemos dejar que se descongelen completamente. Se hacen muy rápido y se necesita muy poco aceite para hacerlos.

Si vamos a elaborar una sopa de pescado con los langostinos, una opción muy práctica es comprar colas de langostinos ya peladas. Si queremos un sabor más intenso para el caldo, podemos recurrir al langostino entero, usando la cabeza y cáscara para intensificar el sabor de estos caldos, reservando la cola pelada para añadir entera.

Para preparar aperitivos o entrantes, tenemos distintas opciones, depende del tiempo que queramos dedicar a la tarea. Unas colas de langostino peladas las podemos dorar en una sartén con ajo y perejil. Podemos hacer unos langostinos enteros a la plancha o en el horno, que tardan un poquito más, pero evitamos olores en la cocina. Incluso, podemos comprar los langostinos cocido ya, listos para consumir.

Si vamos a preparar una ensalada con langostinos, podemos optar por comprar langostinos cocidos pelados grandes en la sección de refrigerados de cualquier supermercado. ES la opción que nos llevará menos tiempo