Sociedad

Cuánto cuesta morirse en España: los impuestos disparan la factura de los servicios funerarios

Beatriz Torija

Sábado 1 de noviembre de 2025

14 minutos

El IVA de los servicios funerarios en España está gravado como los productos de lujo, el 21%

Cuánto cuesta morir en España en 2025: los impuestos disparan la factura de los servicios funerarios. Foto: EuropaPress
Beatriz Torija

Sábado 1 de noviembre de 2025

14 minutos

Como cada año, los cementerios se llenarán de flores este Día de Todos los Santos. Rendir homenaje a los seres queridos acudiendo a los camposantos, llevándoles velas y flores es una tradición profundamente arraigada en la cultura española.

Un gesto que, este año, volverá a salirnos muy caro, por la subida de los precios de las flores frescas. Y aún así, nada que ver con el precio que supone estar al otro lado …en el de quienes reciben esas flores. Porque morir en España sale por un pico.

Aunque existen grandes diferencias por provincias y ciudades, también en función de qué tipo de ceremonia y funeral queremos, si tenemos nicho o no, o si fallecemos lejos del lugar donde reposaran nuestros resto, morir en España es, en general, muy caro.

¿Cuánto cuesta morir en España?

Son muchos los factores que influyen en el precio de un servicio funerario, pero la factura no baja de 3.500 euros y, de media, ronda o supera los 4.000 euros. Ahora bien, en localidades, como Madrid o Barcelona, el precio llega fácilmente a los 6.000 euros. En caso de extras, o traslados nacionales o internacionales, la cantidad puede subir hasta los 10.000 euros, o incluso más.

Un servicio funerario normal, sin lujos, cuesta una media de 3.700 euros, de acuerdo con un estudio elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 2023. En concreto, cifra en 3.739 euros lo que cuesta de media el servicio funerario, o 3.617 euros con incineración. Santalucía, por su parte, sitúa entre los 3.500 y los 6.500 euros el precio, y el comparador Rastreator, entre los 4.000 y 8.000 euros.

Estas horquillas tan amplias y la imposibilidad de determinar un precio único orientativo se debe en buena medida a que son muchos los factores que hacen variar los precios. Uno de los principales, las grandes diferencias en las tarifas municipales de cementerio que existen en España. “La medida en España está en 3.500 y 3700 euros, las mayores variaciones vienen por las tasas del lugar donde vaya a tener lugar el entierro o la inhumación” confirma a 65YMÁS Alejandro Quinzán, secretario general de la patronal del sector, la Asociación Nacional de Servicios Funerarios.

El precio final de un servicio funerario está compuesto en un 55,9% (57,9% en 2023) por el valor de los servicios funerarios en sentido estricto, “el ataúd, los traslados, el catering, la sala de sanatorio, la tanatoestetica y tanatopraxia”, detalla Quinzán. Luego, un 11,3% (11,9% en 2023) por el gasto en servicios complementarios (certificados y tasas, iglesia, coronas, lápidas, esquelas, etc.), en un 17,1% (15,2% en 2023) por los costes del destino final (inhumación o incineración) y en un 15,7% (14,9% en 2023) por impuestos indirectos (el IVA) tal y como destaca la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (PANASEF) en su Radiografía del Sector que elabora anualmente.

servicio funerario

Fuente: Panasef. Radiografía del Sector 2025

Tasas de cementerio, disparadas

La Organización de Consumidores y Usuarios revela “el excesivo coste de gran parte de las tasas de cementerio”. En ciudades como Madrid, Valladolid y Ciudad Real el coste de la inhumación supera los 1.400 euros en su opción más económica. Mientras que las tarifas de incineración exceden los 1.000 euros en Salamanca y, de nuevo, Valladolid. Un importe al que hay que sumar luego el de los servicios funerarios (féretro, tanatorio, traslados, etc.).

“El precio varía mucho si estamos en un núcleo urbano importante, si estamos en una capital de provincia o si estamos en un entorno rural. Las tasas municipales no son las mismas si estamos en Madrid, Barcelona, en Valencia, o en un pueblo pequeño de Castilla la Mancha, por poner un ejemplo. Hay una gran variable”, explica a 65YMÁS Alejandro Quinzán, secretario general de Panasef. “El destino final, que llamamos, es decir,  los espacios en los cementerios, como el nicho. O  las tasas que se pagan por hacer una cremación, si nuestra elección es la incineración. Buen, pues, todos estos elementos varían mucho si estamos en un término municipal o en otro”, añade.

OCU denuncia que Madrid cuenta con el servicio de cementerio más caro. “La inhumación más barata, que incluye un nicho en alquiler durante 10 años y el resto de los gastos asociados, suma 2.035 euros, triplicando el coste medio en España, que es de 668 euros. La opción de incineración resulta más económica, cuesta 931 euros, pero aun así está entre las más caras del país. Unos importes excesivos si consideramos que una inhumación en Murcia puede contratarse desde 74 euros y una incineración en Logroño, por 200 euros”, revela.

El féretro, la mayor partida del presupuesto

Con todo, el féretro es la partida que mayor bocado se lleva del presupuesto total. Según el estudio de la OCU, el precio medio de un ataúd es de unos 1.190 euros, aunque pueden oscilar entre 600 y 1.300 euros. El biólogo y activista Jordi Miralles, autor del libro ‘Simplicidad y arte en el morir’ y de la web ‘Funeral Naturallamenta que “en España el negocio de los funerales se basa en la venta del ataúd”. En su opinión, la inexistencia en España de ataúdes fabricados con materiales más sostenibles -y baratos- que la madera, especialmente, para cremación es “por la presión del oligopolio funerario español”, y denuncia que el ataúd de cartón está bloqueado en nuestro país.

Estos son los gastos, uno a uno:

  • Ataud: su coste va desde los 800 euros, los más sencillos, hasta los más de 4.500 para aquellos féretros con materiales y acabados de lujo
  • Preparación del cuerpo: su coste varía enormemente, entre los 100 y los 600 euros en función de qué servicios queramos. Las labores de tanatoestética rondan los 250 euros mientras que la conservación o tantopraxia sube a partir de los 500 euros.
  • Traslados: Entre coche fúnebre y coste de los traslados, el precio medio de esta partida puede rondar los 700 u 800 euros. Un coste que sube si se requieren vehículos de acompañamiento, traslados de familiares y que puede dispararse entre los 6.000 y 10.000 euros cuando la muerte se produce en el extranjero y hay que realizar la repatriación del cadaver.
  • Velatorio: 24 horas por alquilar una sala en un sanatorio durante 24 horas puede suponer un coste de entre 600 y 2000 euros. Cualquier extra, como catering, flores, recordatorios, supondrá costes añadidos.
  • Ceremonia: quien decida celebrar una ceremonia, tanto si es religiosa como si es laica tendrá que rascarse el bolsillo. El coste es muy variable. Las iglesias suelen pedir donativos, aunque en ocasiones tienen tarifas fijadas y los extras, como música, equipos de megafonía, proyectores multimedia, entre otros, irán sumando. Se puede fijar una media de alrededor de 200 euros.
  • Destino final: De nuevo, nuestra elección determinará el precio final. Esto es, si elegimos entierro o incineración, nicho o tumba en cementerio, a máxima o mínima temporalidad, lápida, urna, columbario… En general, la incineración es ligeramente más económica que el enterramiento, aunque depende más del lugar donde se realice, por las tasas administrativas. 
  • Papeleo: Las gestiones más inmediatas son el certificado médico de defunción e inscribir la defunción en el Registro Civil. Dejar que se encargue la funeraria conlleva costes de alrededor de 150 euros.
  • Flores y otros extras: A los anteriores, se pueden añadir mil y un extras en función de nuestras necesidades y preferencias. Y cada uno irá sumando costes. Hablamos de los recordatorios, esquelas, ramos y coronas de flores frescas.
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Seguro de decesos

El también conocido como ‘seguro de muertos’, una rara Avis en el resto del mundo, está, sin embargo, muy arraigado en España. Casi la mitad de la población -un 46%, según los datos de la patronal del sector asegurador, Unespa- tiene una póliza de decesos. “Es un seguro de prestación de servicios y lo tiene casi la mitad de la población” señalaba la presidenta de Unespa, patronal del Seguro, Mirenchu del Valle durante la presentación de la última Memoria Social del Seguro. Es más, el 64,4% de los sepelios en España son atendidos por el seguro.

“Se ocupa de organizar el sepelio en un momento especialmente delicado, así como de otras gestiones (testamentaría, gestión de la vida digital, etc)”, dice la Memoria Social del Seguro del sector. En efecto, ayuda a las personas en un momento delicado. Pero lo cierto es que es un seguro caro, que se paga con creces. Según datos de ICEA, el servicio de estudios del sector asegurador, se abona durante una media de entre 40 y 50 años.

La mayoría de las pólizas de decesos salen más caras que contratar los servicios directamente con una funeraria. Según la OCU, de hecho, se puede llegar a pagar hasta tres veces más, tras su último análisis comparativo. “Apenas una de cada diez pólizas analizadas cobra un importe similar al que pagaría un particular por un entierro sencillo. Se puede llegar a pagar tres veces más de lo que costaría un entierro”, asegura la organización de consumidores.

Rentas medias y bajas, los que más apuestan por esta póliza

El seguro de Decesos es más común entre los hogares de rentas medias y bajas, que lo perciben como una herramienta útil para evitar cargas financieras inesperadas ante un fallecimiento. Los hogares con mayores ingresos les preocupa menos ese momento, y muestran menor propensión a contratar este seguro. Ahora bien, hay una variable que influye aún más que el poder adquisitivo, y es el nivel educativo: a mayor formación, menor contratación. Las personas más formadas no le encuentran utilidad a este tipo de seguros. Son conclusiones del estudio ‘Radiografía del Seguro de Decesos en España’ de los investigadores de la Universidad de Valencia, Josep Lledó, Priscila Espinosa y José María Pavía, publicado por el Instituto de Actuarios de España en su revista científica.

Tal y como denuncia la OCU, el elevado coste de servicios funerarios y tasas, empuja hacia este tipo de pólizas a quienes menos recursos tienen. “El servicio de cementerio es un servicio básico para el cual se debe garantizar un acceso económico que no suponga un quebranto a familias en dificultades económicas o que les empuje a buscar otras alternativas mucho más onerosas como los seguros de decesos”, aseguran fuente de la OCU.

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Los mayores, prefieren dejar todo atado

El seguro de decesos es uno de los preferidos por los sénior. En decesos, el nivel de aseguramiento aumenta con la edad, hasta el punto de que roza el 60% para los mayores de 65 años y supera este porcentaje a partir de los 70 años. Mirenchu del Valle, presidenta de Unespa, eso sí, matiza: "Hablamos de personas de todas las edades, porque son pólizas familiares que generalmente cubren a varias generaciones”.

Segun los datos de la patronal del sector asegurador, los hogares con mayor aseguramiento de decesos, el prototipo con las tasas más altas de aseguramiento (56,8%) se da entre parejas sin hijos menores y en los que al menos uno de los miembros tiene más de 65 años. También descartan los hogares formados por una persona de 65 o más años, con un grado de aseguramiento del 51%.

En muchas ocasiones llega una edad en la que comenzamos a planificar aspectos como con qué recursos contaremos en los últimos años de nuestra vida, cómo queremos repartir la herencia o cómo queremos que sea nuestro propio sepelio.

Cuando se gestiona el fallecimiento de los padres es cuando somos conscientes de lo que implica tener un seguro de decesos y lo que suponen todas las gestiones” nos dicen desde una gran compañía aseguradora. Por eso, es frecuente que muchos sénior quieren contratar este seguro. Lo que prioriza un sénior es que los servicios sean flexibles, que sean exactamente lo que necesitan y, sobre todo, que no haya sorpresas con la prima.

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Fuente: Unespa. Memoria Social del Seguro

Incineraciones al alza

En los últimos años, las incineraciones han ido avanzando y ganando terreno frente a los tradicionales entierros. Tanto que, en 2024, por primera vez, el número de cremaciones supera al número de inhumaciones, al superar la barrera del 50%. “Estamos observando un cambio de paradigma por este boom de la incineración que estamos viviendo en los últimos años. De hecho, la incineración ya es la primera opción, cuando somos un país tradicionalmente inhumador, por así decirlo. Es un cambio de paradigma y de creencias”, valora Alejando Quinzán.

Se trata, eso sí, de una tendencia variable según las regiones. “En algunos grandes ciudades como Valencia o Málaga ya estamos hablando del 80%. Es decir, ya ocho de cada 10 difuntos son incinerados. En general en las ciudades se opta más por la incineración, y en medio rural se sigue prefiriendo la inhumación”.

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Fuente: Panasef. Radiografía del Sector 2025

Servicios funerarios, un “lujo” con el IVA en el 21%

España es el tercer país de la Unión Europea (UE) con el IVA más alto a los servicios funerarios. El precio del ataúd, el velatorio, el transporte funerario, así como e entierro o la cremación, están gravados con un 21% de impuesto sobre el valor añadido. “Choca que seamos el país, junto a Hungría y Grecia con el IVA más alto para los servicios funerarios. Esto no puede ser” explica a 65YMÁS Alejandro Quinzán, secretario general de Panasef. “Creemos que es de justicia revisar este IVA. En el resto de Europa no es así, en muchos casos está exento de IVA, y otros tienen un IVA reducido o superreducido”, añade.

“El IVA encarece la factura funeraria que soportan las familias”, explica el directivo de la patronal del sector. Entre 300€ y 500€ ha cifrado Unos el incremento en el coste del servicio para las familias respecto a la anterior tasa de IVA.

Hasta 2012, el tipo impositivo para todos estos servicios funebres estaba en el 8%. Aquel año, plena crisis económica, el entonces Gobierno de Mariano Rajoy lo subió al tipo máximo, donde permanece desde entonces. “Es una batalla que llevamos ya muchos años reclamando”, nos cuenta Alejandro Quinzán, quien tiene esperanza en lograr un cambio. “En este último año pues le hemos dado un un impulso importante. Estamos manteniendo reuniones con todos los grupos parlamentarios y están entendiendo que una actividad esencial y obligatoria por ley, un servicio sociosanitario, no puede estar gravada con el tipo general del 21% como si fuera un bien de lujo o un capricho. Todos se están comprometiendo a tenerlo en cuenta en sus propuestas legislativas. Empezamos a ver que es posible conseguirlo”.

La facturación del sector subió un 2,19% en 2024

En 2024 fallececieron 2.577 personas menos, un 0,59% menos que el año anterior, lo que prolonga la tendencia iniciada en 2022. La inflación ha impulsado la facturación del sector funerario, pese al menor número de defunciones que se produjeron el año pasado. “En 2024 se mantiene la tendencia de crecimiento en la facturación del sector funerario, que alcanza los 1.716 millones de euros, un 2,19% más que el año anterior”, recoge el informe de Panasef.

Habrá que estar atentos a las cifras del año en curso. En el primer semestre de 2025 se han observado 248.769 defunciones, frente a las 240.532 del mismo periodo en 2024, lo que supone un incremento de 8.237 casos, un 3,42% más que en 2024. "Con los datos disponibles, 2025 se perfila como un año con un mayor volumen de defunciones que 2024", asegura Panasef.

Por otro lado, y pese al incremento en la facturación del sector funerario, el peso de este sector sobre el conjunto de la economía vuelve a reducirse: representa un 0,11% del PIB, frente al 0,12% en 2023 y al 0,13% en 2022. Una caída que el sector explica “por el fuerte crecimiento del ^PIB en 2024, que aumentó un 3,2% respecto al año anterior”.

En España el sector funerario ocupa a unos 13.121 empleados, 232 trabajadores más respecto al año anterior, lo que indica que hay 11 empleados por cada servicio funerario.

Sobre el autor:

Beatriz Torija

Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.

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