Sociedad

Carles Francino, emocionado en su vuelta a la radio tras superar la Covid: "Las pasé canutas"

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Foto: Cadena Ser

Lunes 10 de mayo de 2021

ACTUALIZADO : Lunes 10 de mayo de 2021 a las 19:27 H

5 minutos

Ha regresado a 'La Ventana' con la voz rota, tras 47 días de ausencia

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Lunes 10 de mayo de 2021

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El periodista Carles Francino se ha reincorporado este lunes al programa que dirige en la Cadena Ser (@La_SER), La Ventana (@laventana), mes y medio después de su marcha tras haber superado el coronavirus. En su primera intervención en antena 47 días después, Francino ha relatado cómo ha vivido la enfermedad, que le llevó a ingresar de urgencia en el hospital con "fiebre muy alta y oxígeno muy bajo".

El periodista catalán, al que se le ha roto la voz de la emoción en varias ocasiones, ha recordado cómo fueron esos momentos: "Las pasé canutas, sobre todo durante 48 horas en las que los indicadores eran malos, incluido un ictus del que, afortunadamente, parece que no me ha quedado ninguna secuela. Perdí seis o siete kilos, masa muscular, además perdí la voz", ha indicado.

"Un momento especial por muchos motivos"

"Somos veteranos todos y es curioso. Llevo más de 40 años ejerciendo de periodista y como es obvio en ese tiempo he vivido muchos momentos singulares: emotivos, emocionantes, históricos, tristes, alegres… De todo, porque de todo hay en la vida, pero sinceramente no recuerdo uno tan especial como el de hoy. Y me gustaría poder transmitir lo que siento, poder compartirlo, porque la radio al final es eso: compartir. No es que yo haya vivido nada diferente a lo de miles y miles de familias, pero como tengo un pequeño altavoz… Pues a ver si contarlo, y reflexionar al respecto, sirve de algo, o le sirve a alguien", ha comenzado a narrar durante el programa.

"Voy primero con los hechos. Hace 47 días me dijeron que tenía que marcharme de la radio. Había tenido contacto estrecho con un positivo y me fui a casa cabreado como una mona porque pensaba que era muy exagerado, que llevaba un año tomando precauciones, con controles muy seguidos, que soy deportista, que estoy fuerte y que a mí no me podía tocar. Craso error: porque este puñetero virus no atiende ni a deporte, ni a razones, ni a nada. De hecho, a los cinco días de dar positivo tuve que ingresar de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz con fiebre muy alta y oxígeno muy bajo"

"Perdí 6 o 7 kilos, masa muscular, además perdí la voz, no es que tenga mucha pero la poca que tengo la perdí. Pero, bueno, yo he salido. En cambio, el contacto estrecho, un familiar muy próximo, murió el 12 de abril; y otro -otra- se recupera lentamente tras pasarse casi un mes en la UCI. Además, mi mujer, y mis hijos pequeños, también sufrieron el ataque del covid, aunque con menor virulencia".

Tres reflexiones desde la emoción

El relato de Carles, mezclado con lágrimas y mucha emoción, ha acabado con tres reflexiones: "Primera: ¿Es posible que nos hayamos olvidado de los sanitarios? ¿Dónde han quedado aquellos aplausos a las ocho de la tarde? Bueno, por si acaso, y dado que lo acabo de vivir en primera persona, sólo recordar que todos los homenajes, los agradecimientos… se quedan cortos. Son como un enjambre: a todas horas, en cualquier circunstancia. Neumólogos, neurólogos, intensivistas, cardiólogos, enfermeras, pruebas, análisis, controles, la atención primaria como primera barrera, como primer filtro… ¡Es que no paran! Y eso que hay momentos en los que les notas cansados, asustados también… y cabreados, desde luego".

Lo cual le lleva a la segunda reflexión: "¿Cómo no van a cabrearse Laura enfermera, o Alejandro enfermero, dos de los que me atendieron a mí… cómo no van a cabrearse viendo lo que se ha visto este fin de semana? Que en la UCI del Clínico de Madrid se escuchara el ruido del botellón en la calle, la verdad es que no tiene nombre. No voy a entrar en análisis políticos, ni en decodificar resultados electorales, que cada uno vote a quien le da la gana. ¡Faltaría más! Pero sólo digo una cosa: el covid ha afectado a mucha gente, a muchísima, pero a otra mucha no. Y tengo la sensación de que en ese segundo colectivo, mayoritario por suerte, las alusiones a muertos, a contagiados, a hospitalizados… pues como que ya sobran, molestan, ¿no? Sólo así se explican algunos comportamientos", opina.

"Y sí, claro que determinados discursos políticos o decisiones erróneas fomentan esos comportamientos. Pero hoy no quiero entrar en eso. Y no quiero, entre otras cosas, porque la tercera reflexión… no sé si es la más importante, pero a mí me ha llegado muchísimo y a veces lo olvidamos, que es invocar la fuerza del cariño. Título de una película, ya lo sé, pero también -al menos en mi caso- una reivindicación. Un cariño que a mi familia y a mí -sinceramente- nos ha desbordado en estas semanas tan complicadas. No sólo de los amigos más próximos, de las burbujas familiares… sino de la radio, de toda la radio, de los compañeros, de las compañeras, de un montón de oyentes, de personas que un día entrevistaste… ha sido abrumador".

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