Cada cuánto tiempo hay que revisar la caldera y cuál es el mejor momento del año

La caldera es uno de los aparatos más olvidados del hogar, solo nos acordamos de ella cuando deja de funcionar, sin embargo, es de los que más confort nos proporciona, ya sea en agua sanitaria o en la calefacción. Realizar el mantenimiento y revisión de la caldera es una responsabilidad del propietario o titular del contrato. El problema aparece cuando no recordamos o no sabemos si hemos realizado la revisión ni cada cuanto hay que hacerla, que por otro lado es obligatoria.

En este sentido la revisión de la caldera o calentador ha de realizarse en función de su potencia:

• Para las calderas de potencia igual o menor a 70 kW la revisión ha de hacerse cada dos años, recomendado cada año.
• Para las calderas con potencia superior a los 70kW la revisión se hará cada mes.
• Los calentadores de agua sanitaria con una potencia de entre 24,4 kW y 70 kW también requieren una revisión cada dos años, con la recomendación de que sea cada año.
• Los calentadores de potencia máxima de 24,4 kW, la revisión será cada cinco años.

Estas pautas te ayudarán a mantener la caldera y la instalación de gas en perfectas condiciones y así evitar accidentes que, por muy leves que puedan ser, siempre acaban siendo un quebradero de cabeza, además de que un mal funcionamiento incide en su rendimiento.

Estar siempre al día con las revisiones

Según el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, conocido como RITE, en su Instrucción Técnica Tercera (IT3) apunta que es el titular del contrato el responsable de la revisión. Según este reglamento hay tres opciones legales para realizarla:

Mediante un técnico oficial. Se solicita la revisión al fabricante de la caldera que se encargará de realizar la revisión y en el caso de necesitar recambios pondrá piezas originales. Además, una de las ventajas es que conoce perfectamente todos los modelos de caldera del fabricante para el que trabaja, lo que hará que la revisión y/o reparación sea rápida.

A través de la compañía suministradora de gas. Si bien no están obligados a hacerla, es la opción más habitual. Como ventaja es que, si eliges esta opción, ellos mismos se encargan de avisarte cuando toca hacerla y no has de abonarla en el momento, pues la cobran en la siguiente factura.

Instalador homologado. Puedes buscar por tu cuenta un instalador homologados y avisarle tú mismo cada vez que se tenga que hacer la revisión. Para que sea homologados es necesario que tenga los conocimientos necesarios, es decir, cumplir con el RD 919/2006 donde se especifica que está capacitado para poner en marcha, reparar y hacer el mantenimiento de este tipo de aparatos.

Contrato de mantenimiento. Otra opción es realizar con el fabricante o instalador de la caldera un contrato de mantenimiento que incluya la revisión anual. Esto te permite olvidarte de cuándo has de hacerla, son ellos que se ponen en contacto con el titular cada vez que es necesaria. Un opción muy cómo por un módico precio al año.

La importancia de la revisión

Revisar la caldera es una obligación que el titular del contrato ha de cumplir, no es algo opcional o recomendado, ya que:

• Está en juego la seguridad de la familia y los vecinos, así como del hogar, por posibles accidentes.
• Ante la falta de revisiones por parte de un profesional, la empresa suministradora puede cortar el suministro de gas por incumplimiento de contrato.
• En España, en función de la Comunidad Autónoma, la multa por no permitir realizar la inspección puede llegar a alcanzar los 300 euros. Revisa la normativa vigente de tu Comunidad Autónoma para más detalles.

El momento de revisar la caldera

Lo ideal es revisar la caldera una vez a al año, antes de empezar a usarla para asegurar un buen funcionamiento, su eficiencia energética, analizar las emisiones de gases y garantizar la seguridad, según la normativa vigente.

De ahí, el mejor momento para hacer la revisión es en los meses de verano, tiempo en el que la calefacción no se utiliza y se pueden arreglar posibles averías.

Recordemos que las inspecciones realizadas por un profesional nos garantizarán el perfecto funcionamiento de la caldera, la durabilidad y, por supuesto, la seguridad de nuestro hogar.