Cortinas térmicas: ¿qué son, cuánto cuestan y cómo funcionan?

Se acerca el invierno. Cada vez hace más frío y las primeras gotas de agua caen ya sobre los pueblos y ciudades. Pero, a diferencia de otros años, los precios del gas y de la luz hacen que muchos se lo piensen dos veces antes de dar rienda suelta a sus deseos de calor. El termostato, más que nunca, va a permanecer apagado. Sin embargo, todavía hay esperanza. Esperanza en forma de soluciones alternativas como las cortinas térmicas, una opción que cada vez más gente escoge. 

¿Qué son exactamente? Según cuenta el blog especializado climalit.es, se trata de un tipo especial de cortinaje cuya particularidad reside en el material del que está hecho. Son compuestos aislantes, especializados en que la temperatura dentro de la casa se mantenga estable. Los tejidos empleados más comúnmente para estas cortinas son el algodón y el terciopelo, lo cual les confiere también la capacidad de guardar el fresco en el interior de la vivienda. Efectivamente, sirven tanto para el verano como para el invierno. 

Las tres capas del cortinaje 

Las cortinas térmicas, por lo común, suelen contar con tres capas, tres telas superpuestas pensadas para lograr su función de aislamiento: 

1. Capa interior: la que se ve desde el interior de tu casa. Se pueden decorar cómo uno prefiera, por lo que representan un problema en lo que a diseño de interiores respecta. 
2. Capa de espuma: justo después de la interior, hay un núcleo denso y tupido de tejido espumoso. Es el que se ocupa de que no haya transición térmica ni acústica con el exterior. 
3. Capa antihumedad: da al exterior y tiene una función muy determinadad: evitar que la capa de espuma se vaya humedeciendo, se expanda y pierda sus virtudes.

¿Cuánto te ahorras?

Según algunas fuentes, como el blog especializado de la empresa Decobustos, las cortinas térmicas pueden suponer un ahorro del 40 al 50 por ciento en la factura de la luz. Mientras tanto, en verano, su presencia hace que la casa reduzca su temperatura desde cuatro hasta siete grados. Aunque, en algunas casas, la posición o el diseño haga muy dificultosa la climatización del interior, la realidad es que conllevan un ahorro que, por lo menos, hace pensarse su compra. 

Su forro térmico permite, asimismo, evita que tanto ruidos molestos como miradas indiscretas accedan a tu casa. En otras palabras, si, además de una buena climatización, andas buscando algo más de intimidad en tu salón, puede que las cortinas térmicas sean lo tuyo. 

Eso sí, tienes que tener en cuenta que, como todo, tiene sus desventajas. El cortinaje térmico es enormemente opaco. No deja pasar ni un gramo de luz. Ponerlas supone, en primer lugar, que las luces tengan que estar encendidas todo el rato. Si a ello le unimos que privarse de la luz solar no es la mejor idea, puede ocurrir que no sea tan conveniente como pensamos.