Porqué

¿Te has preguntado alguna vez por qué estornudamos?

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 2 de marzo de 2020

6 minutos

Descubre lo que hay detrás de este acto involuntario e irrefrenable más o menos 'ruidoso'

Por qué estornudamos
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 2 de marzo de 2020

6 minutos

Estornudar es un acto reflejo que todos hacemos alguna vez y que no solo realizan las personas, también otros mamíferos. Aunque no le demos la más mínima importancia, se trata, en realidad, de un proceso complejo, una respuesta fisiológica por la que todo nuestro organismo se prepara para esa brusca salida de aire, que no es bueno frenar a toda costa por evitar el ‘estruendo’ en determinados momentos

Un perfecto mecanismo de defensa

Para entender qué es y qué provoca un estornudo, hay que recordar que, cuando respiramos, inhalamos el aire por la nariz y son las mucosas nasales las encargadas de realizar un primer filtrado para que éste llegue a nuestros pulmones a la temperatura adecuada, con la humedad suficiente y lo más libre de impurezas posible.

Cuando los neuroreceptores periféricos que forman parte de la mucosa detectan alguna microparticula, agente patógeno, como virus o bacterias; o una sustancia irritante, nuestros mecanismos de defensa, para evitar que pueda llegar al interior del organismo, se ponen en marcha.

A través del sistema nervioso, la orden de rechazo llega al cerebro y los distintos elementos que forman el aparato respiratorio, incluyendo el diafragma y la musculatura intercostal, se preparen para la expulsión. En general, podría decirse que es la excitación del nervio trigémino, que parte de la cavidad buconasal, y de sus ramificaciones, lo que inicia el proceso que nos hace estornudar.

Aunque está claro que un estornudo es un acto reflejo, también sabemos que no es automático, es decir, hasta cierto punto podemos controlarlo, procurando que resulte más discreto, al igual que también podemos regular la propia respiración y hacerla más o menos profunda. Pero, en cualquier caso, el estornudo, de una manera o de otra, se producirá.

Expulsamos virus y bacterias con cada estornudo

¿Qué puede provocarlos?

Son muchas las causas que pueden desencadenar ese picor en la nariz y en la garganta que altera las inhalaciones y nos avisa del inminente estornudo.

Entre los motivos más frecuentes destacan las reacciones en un proceso gripal o infeccioso, ante el que el organismo, mediante los estornudos, intenta liberarse del exceso de mucosidad donde quedan atrapados virus o bacterias. Como respuesta frente a una alergia son también un síntoma habitual. En este caso, el objetivo del estornudo es neutralizar la acción de un alérgeno, como puede ser el polvo, el polen, el moho, determinados ácaros, etc.

Aunque estas son causas comunes, no son las únicas. Los expertos señalan que también puede haber otros orígenes, como algunos medicamentos en forma de aerosoles, talcos o inhaladores a base de corticoesteroides; la exposición a la contaminación ambiental, el aire seco en exceso, los olores fuertes y penetrantes, como los que desprenden los productos de limpieza, o algunas comidas, especialmente las picantes. Aunque con menos frecuencia, algunos estudios apuntan a que determinadas emociones, incluso la excitación sexual, puede dar lugar a un episodio de estornudos concatenados bastante inoportuno.

Generalmente, estornudar es algo natural que no reviste mayor importancia, pero cuando el proceso se repite con excesiva frecuencia, llegando a alterar la normal respiración, y si se presenta asociado a otros síntomas, como picor de ojos, lagrimeo o secreciones nasales, no está de más la consulta con el especialista porque, como señala la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (@SEAIC_Alergia), podría tratarse de rinitis alérgica, una enfermedad que implica la inflamación de la mucosa nasal y que debe ser convenientemente diagnosticada y tratada.

Los estornudos son respuesta frecuente frente a una reacción alérgica

Algunas curiosidades hablando de estornudos

Nos hacen gracia y a veces resultan de lo más embarazosos, pero son inevitables pese a que existen muchos supuestos trucos para intentar frenarlos. Presionar con un dedo la punta de la nariz, aguantar la respiración unos segundos o colocar la lengua en el paladar, en algunos casos funciona. Respecto a si se debe o no intentar retener el estornudo, la mayoría de especialistas coincide en que es preferible dejarse llevar.

Es fácil notar que tapando la nariz y cerrando la boca, con todo el hermetismo posible, la presión de ese aire que quiere salir aumenta y se centra en los oídos, algo que no solo resulta molesto, sino que podría causar algún daño en la delicada estructura que rodea el tímpano.

Como curiosidad, hay personas que estornudan frecuentemente como una reacción a un reflejo lumínico brillante o a la luz intensa del sol. Es lo que se conoce como estornudo fótico o Sindrome Achoo. Aunque no existen suficientes estudios que lo confirmen, algunos expertos indican que podría tratarse de un síndrome que afectaría entorno a un 25% de la población mundial y que tendría carácter hereditario.

En cuanto a la velocidad a la que el aire sale de nuestros pulmones, determinarla resulta bastante complicado, pero se estima que podría oscilar entre los 60 y los 100 kilómetros por hora y que su radio de acción, a la hora de esparcir partículas y gérmenes, alcanzaría varios metros cuadrados. Un último detalle: ¿has intentado estornudar con los ojos abiertos y sin inclinar ligeramente la cabeza hacia adelante? Verás que resulta casi imposible.

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Mariola Báez

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