Crece el número de mayores que valora positivamente la jubilación al poco tiempo de su inicio

La percepción del bienestar físico y emocional entre los sénior varía según su situación laboral, tal y como revela el informe 'Séniors y salud en España’, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, donde se pone de manifiesto que las personas mayores de 55 años que trabajan son las que mejor valoran su estado de salud. En concreto, los que continúan en activo puntúan su bienestar con un 7,4 sobre 10, frente al 7,2 de los sénior jubilados y el 7,1 de los que están parcialmente jubilados. Pese al dato, se recalca que aumenta el número de sénior que valora la jubilación al poco tiempo de su inicio

Sabemos que el envejecimiento poblacional en España plantea retos y oportunidades en salud, ocio y tecnología. El nuevo estudio ha buscado entender cómo los sénior perciben su salud y bienestar, abordando aspectos como la vida social, el trabajo, la jubilación y los hábitos saludables. El estudio se ha realizado a través de encuestas a 2,596 personas entre 55 y 75 años, con un error muestral del 1.31%. Y se analizan nueve elementos que impactan en la esperanza de vida, según el libro 'La revolución de las canas'.

Junto a estos datos, que confirman que mantenerse en activo contribuye a tener mejor percepción de bienestar, el estudio también analiza cómo influye la situación laboral a otros aspectos de la vida, como la sensación de soledad, vitalidad, reconocimiento y valoración e ilusión con respecto a planes futuros.

En este sentido, la investigación destaca que los jubilados son los que se sienten 'más acompañados” en su día a día' con una puntuación de 8,3 sobre 10, así como 'más ilusionados' con respecto al futuro (7,8). Por otro lado, los parcialmente jubilados son los que se muestran 'más vitales y valorados' (7,8 en ambos casos).

Transición tranquila

Aunque la jubilación marca un hito clave en la vida laboral, los datos de 'Séniors y salud en España', reflejan que el paso hacia esta nueva etapa suele vivirse con relativa calma emocional. El día en que un sénior conoce la fecha en la que se va a jubilar, un 34% se muestra 'optimista sobre el futuro', un 29%, 'agradecido por el trabajo realizado' y un 22%, 'muy emocionado'.

Las emociones negativas son poco frecuentes, y según el estudio, apenas un 4% se siente 'ansioso, preocupado o confuso', un 11% reconoce que se encuentra 'triste por dejar el trabajo', un 7%, 'inseguro sobre el futuro' y un 10%, 'indiferente'. Una vez llegada la jubilación y al poco tiempo, un mes después, la percepción emocional apenas varía en la mayoría de las categorías. No obstante, destaca el notable aumento del optimismo entre los séniors, que pasa del 34% al 51%, un repunte sugiere que, más allá de las expectativas previas, muchos mayores valoran positivamente esta nueva etapa una vez la experimentan.

"Estos datos reflejan que la jubilación ya no se vive como un cambio abrupto, sino como una etapa llena de oportunidades para iniciar nuevos proyectos. Nunca es tarde para aprender, emprender o disfrutar de nuevas experiencias. Creo que tenemos que romper definitivamente con los estereotipos asociados al envejecimiento y entender que hay mucha vida y mucho que aportar después de la jubilación", indica Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.

Otros datos 

El informe destaca asimismo estos hallazgos 

• Percepción de salud: los sénior califican su salud general con un 7.2/10, destacando el cuidado de la salud física (7.5/10) y la alimentación (7.4/10). 
• ​Suspenden en bienestar emocional (4.4/10), siendo una asignatura pendiente. ​
• Hábitos saludables: la mayoría cuida su alimentación (81%) y realiza ejercicio físico (51%), principalmente caminar. El sueño es un área de mejora: un 43% no duerme 7-8 horas diarias y un 67% se despierta cansado. 
• ​Impacto del trabajo: el trabajo aporta propósito y actividad mental, pero los jubilados se adaptan bien a esta etapa. Los trabajos de oficina tienen un impacto más positivo en la percepción de salud que los manuales. 
• ​Vida social y comunidad: Las actividades sociales regulares, como viajes y comidas con amigos, mejoran la vitalidad, el bienestar emocional y la percepción de salud. ​
• Vivir acompañado aumenta la ilusión y el sentimiento de acompañamiento.​
• Cuidado de otros: cuidar de nietos y parejas genera mayor realización personal, contribuyendo al bienestar. 
• ​Factores que afectan la percepción de salud. vitalidad, no tomar medicación, necesitar menos ayuda diaria y cuidar la salud física son determinantes. 
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Conclusiones principales

Los sénior se sienten vitales, independientes e ilusionados, pero necesitan mejorar el bienestar emocional y la calidad del sueño. La vida social y los hábitos saludables son clave para una mejor percepción de salud. ​Es fundamental combatir el edadismo y fomentar una planificación adecuada para esta etapa de la vida. El informe destaca la importancia de apoyar a los sénior para que sigan contribuyendo a la sociedad, manteniendo su vitalidad y calidad de vid, reza el documento.