En los años 80, cuando veíamos películas como 'Maniquí', con una jovencísima Kim Katrall (Samantha en Sexo en Nueva York) y pensábamos como sería eso de quedarse encerrado una noche en unos grandes almacenes completamente vacíos, no podíamos ni imaginar que hoy en día, buena parte de los comercios más grandes del país serían grandísimas tiendas sin compradores físcios ni dependientes, sin cajas ni escaparates. Las dark store, igual que las cocinas fantasmas, son ya una realidad en España.
Este tipo de tiendas o almacenes ya existían con el auge del comercio electrónico, pero ha sido la pandemia del coronavirus la que ha dado el verdadero espaldarazo a este modelo de negocio. En el Reino Unido está ya muy implantado y, en España, comienza a extenderse. La verdadera revolución se ha producido al saltar de otros sectores de consumo minorista al sector de la alimentación, al supermercado tradicional. Porque, cada vez más, la compra, también la hacemos online.
Cada vez más numerosos, cada vez más cerca de casa
De los grandes centros logísticos en los polígonos industriales, las dark store ya han dado el salto al centro de las ciudades. Estar cerca de los clientes que hacen los pedidos para hacer entregas cada vez más rápidas es donde están buscando su ventaja competitiva entre las distingas enseñas.
Puede que estas grandes tiendas no generen la misma polémica que las cocinas fantasmas puesto que no cuentan con el agravante de las salidas de humos. Sin embargo, al no estar ligados a un horario comercial, suelen funcionar las 24 horas del día, 365 días al año, lo que se traduce en trasiego de camiones y vehículos comerciales de transporte, y sus consiguientes fricciones con los vecinos.
No en vano, recientemente, Mercadona tuvo que renunciar a un proyecto de este tipo en Villaviciosa de Odón por las quejas de los vecinos. Pero el fenómeno es imparable. Glovo fue la primera empresa que implantó una ‘dark store’ en España y la que más tiendas oscuras ha abierto ha sido la cadena de supermercados DIA. Amazon ha lanzado su servicio ‘Fresh’ de productos de alimentación frescos con entrega en el mismo día y El Corte Inglés ha transformado su centro de Eibar en una ‘dark store’ para dar servicio a todo el País Vasco.
Automatización, la clave de estas tiendas oscuras
En efecto, estas tiendas no tienen clientes, ni cajas, ni material publicitario, ni precios marcados, y por supuesto, ni focos ni música ambiental. Tan solo trabajadores y, cada vez más, sistemas automatizados. Se trata de grandes almacenes de operaciones establecidos para la preparación y envió de los pedidos que llegan desde la tienda online. Se ubican dentro o en los alrededores de las grandes ciudades.
En algunos casos pueden resultar similares a un supermercado, en el que los empleados van recorriendo los pasillos con el carrito y recogiendo los productos de cada pedido online. Aunque la tendencia es a adaptar tecnológicamente estos almacenes, con sistemas de transporte automatizados. De hecho, gracias a la tecnología, y según un estudio de la consultora AT Kearney, la efectividad de estos centros triplica la de los supermercados tradicionales.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.