Paula Buedo
Economía familiar
'Compra ahora y paga después', la forma de pago en auge que podría favorecer la compra compulsiva
Esta forma de compra online puede generar una sensación falsa de ahorro
La tentación de la compra online es cada vez mayor. Ya ni siquiera necesitamos encender el ordenador o sacar la tarjeta de crédito. Desde nuestro propio teléfono, podemos guardar los datos de nuestra cuenta y comprar a golpe de click. En pocos días, el paquete llega hasta la puerta de casa y vuelta a empezar.
El comercio online sigue ganando adeptos gracias a su comodidad e inmediatez. Llenas tu cesta virtual con todo lo que te gusta y rumbo a la caja. Sencillo y rápido, sin colas ni tiendas llenas de gente. Además, las plataformas ofrecen más y más facilidades cada día. Ahora, si llegas a la pantalla de pago y ves que te has pasado en el precio final, podrás elegir una opción muy atractiva: compra ya y págalo más tarde.
Este método, conocido como “compra ahora y paga después” o BNPL por sus siglas en inglés (Buy Now, Pay Later), puede ser muy ventajoso por su inmediatez y flexibilidad. Permite fraccionar y aplazar los pagos de las compras y cada vez más tiendas físicas se han sumado a este tipo de prácticas.
En general, está pesando para compras de importes bajos y medianos. Se aplaza el pago con un crédito concedido casi automáticamente y este se devuelve en cuotas mensuales. En general, no suelen tener intereses o comisiones, aunque sí puede tener intereses de demora y comisiones por impago, lo que elevaría de forma importante el coste final del crédito recibido.
Cuidado con la letra pequeña
Pese a lo atractivo y tentador que pueda ser aplazar el pago para más adelante y disfrutar ya de tus compras, lo cierto es que es importante conocer los riesgos que este método entraña. De lo contrario, podrías encontrar sorpresas desagradables en tus cuentas.
Por ejemplo, aplazar el pago puede generar una sensación de ahorro que es falsa. Se puede perder de vista la realidad de los gastos y terminar generando un sobreendeudamiento si se financian muchas compras de forma sistemática con este método. Esto se traduce en un incremento considerable de los gastos del futuro, lo que compromete la disponibilidad de dinero en el medio y largo plazo.
Parece que la concesión de un crédito sí nos hace ser más consciente de sus repercusiones a largo plazo. Por el contrario, este método no genera esta sensación, por lo que no se dedica el suficiente tiempo a estudiar la información y condiciones de contratación de la fracción del pago, tiempo que sí se invierte en otros tipos de financiaciones. Esto hace que puedan pasarse por alto condiciones importantes como la aplicación de intereses en determinados supuestos.
Comprar ahora y pagar más tarde puede hacer que tomemos decisiones más impulsivas. Las facilidades, si no se utilizan con cuidado, pueden terminar haciendo mella en nuestro bolsillo. Por eso, la sensatez de cara al futuro con estos métodos es muy importante para poder sacar el máximo partido a las nuevas formas de comercio.