Moda

Así se convirtió Cristóbal Balenciaga en el gran maestro de la alta costura

Carmen López de Pablos

Sábado 27 de enero de 2024

7 minutos

"Sólo él era capaz de convertir en elegante a una mujer que desnuda resultaría vulgar"

Así se convirtió Cristóbal Balenciaga en el gran maestro de la alta costura
Carmen López de Pablos

Sábado 27 de enero de 2024

7 minutos

Al fin, ya tenemos disponible en Disney+ la tan anunciada serie sobre la vida y obra de Cristóbal Balenciaga, uno de los más talentosos modistos, para muchos el que más. El diseñador que decía que una mujer no tenía que ser perfecta o bella, su ropa la haría por ella. Años después el 'Kaiser' de la moda, Karl Lagerfeld, corroboró esta afirmación: “Sólo Balenciaga era capaz de convertir en elegante a una mujer que desnuda resultaría vulgar”

Pero, ¿quién era y cómo empezó su andadura en la moda?

Cristobal Balenciaga, el gran genio español y universal de la costura, nació en Guetaria en el año 1895. Hijo de un pescador y una costurera, nada hacia presagiar que acabaría siendo el gran maestro de la alta costura, como le han llamado la mayor parte de sus compañeros de profesión. A la edad de 10 años queda huérfano de padre y es su madre la encargada de sacar adelante a los tres hermanos, con su oficio de costurera. Eran años en los que la alta sociedad española veraneaba principalmente en el norte de España –unos largos periodos de aproximadamente tres meses de asueto– y no viajaban con la costurera, buscaban una en el lugar. Así es como la madre de Balenciaga comienza a hacer arreglos de ropa para la marquesa de Casa Torres, cuya nieta llegó a ser reina de Bélgica, que siempre acudía con su hijo, el cual ya estaba fascinado por la costura. 

 

Así se convirtió Cristóbal Balenciaga en el gran maestro de la alta costura

 

Viendo el gran interés que tenía por la moda, la marquesa le da uno de sus trajes de alta costura y tela, para que le confeccione uno igual. Quedó tan impresionada con el resultado que decidió convertirse en su mecenas enviándole a Burdeos para aprender en el taller de un sastre masculino. Al retorno, en 1919, abre su primera casa de costura en San Sebastián. Le pone por nombre EISA Costura, el apellido de su madre. Es aquí cuando comienza a viajar a París para comprar modelos de las modistas más prestigiosas del momento, como Schiaparelli, Chanel y Vionnet. Los descose para observar los cortes y costuras y volverlos a montar según sus ideas. Tanto Chanel como Vionnet acabaron siendo sus grandes amigas en el mundo de la moda.

En 1934 abre su taller de Madrid, al que le seguiría el de Barcelona.

 

Diseño de Cristóbal Balenciaga

 

Ya en 1936 estalla la Guerra Civil española. En estos momentos, Balenciaga tiene 41 anos y duda entre establecerse en Londres o en París, pero será su compañero y socio, Wladzio D'Attainville, aristócrata de origen polaco-francés, el que le ayude a decidirse por la capital francesa. En esta ocasión abre su salón bajo su nombre Balenciaga, en la avenida George V.  Logra una gran clientela desde la primera colección, y es en este tiempo cuando más experimentó con los tejidos para lograr los volúmenes y formas irrepetibles que le hicieron único. En ese momento, el gobierno francés, para favorecer la venta de textiles del país, daba una subvención a los diseñadores que usaran al menos el 90% de producto francés. Él, consecuente como era y preocupado no por el dinero sino por su obra, declinó cualquier ayuda y siguió trabajando con la casa suiza de tejidos Abraham, que siguiendo sus instrucciones confecciona para él un nuevo tejido: el Gazar.

El perfeccionismo fue siempre una de sus obsesiones. Sus clientas recuerdan, algunas con horror, como en las pruebas, las mangas, perfectas en apariencia para cualquiera, podían ser arrancadas porque para Balenciaga no lo eran.

Como tantos otros artistas españoles que triunfan a nivel universal, su obra tiene mucha influencia española. Se inspiró en Goya, Velazquez y Zuloaga, puso de moda entre las grandes damas de la alta sociedad internacional prendas tan nuestras como el bolero y la mantilla, usó colores fuertes como el rosa de los capotes de toreros o el azul intenso del Cantábrico, tonalidades que hasta entonces no se habían usado nunca en la alta costura.

En los años parisinos, en sus talleres trabajaban más de 500 personas y tenía fama de ser el que mejores salarios pagaba. 

Fue poco amigo de la vida mundana, y nunca necesitó de musas, pero entre sus clientas se encontraban sus grandes amigas, como la marquesa de Llanzol, Sonsoles de Icaza, una mujer muy avanzada para su época que ponía de moda todo lo que llevaba. Era alta, muy delgada y guapa, además de culta, y a ella le hacía llegar sus últimas creaciones, siempre a la vanguardia, para que las luciera. Cuenta la hija de la marquesa que su madre conoció a Balenciaga cuando le compró un traje sastre y esta le dijo que como estaba embarazada tendría que ajustárselo una vez diera a luz y que, por tanto, le debería hacer un descuento. La respuesta del modisto fue que él no era el culpable del embarazo y no se veía en la obligación de hacer nada. Este fue el comienzo de una gran relación que duró toda su vida. En ocasiones, ella le compraba trajes de desfile excesivamente sofisticados y modernos y cuando él se lo recordaba, la respuesta de Sonsoles de Icaza era: "¿No lo has hecho tú? Pues entonces es elegante"

Otra de sus clientas españolas fue Carmen Polo, quien según dicen sus ayudantes le hacía enfadar, puesto que la esposa del general Franco llevaba sus propias telas al considerar que las del modisto eran demasiado caras. Por supuesto, la diferencia de precio iba en relación con la calidad. Y estas eran de un nivel bastante inferior a las que él tenía, lo que hacía difícil y a veces imposible trabajar con el resultado deseado.

En sus talleres se formaron algunos de los que después fueron grandes nombres de la alta costura internacional, como es el caso de Emannuel Ungaro y Courreges. Ambos recuerdan no sólo todo lo que aprendieron de él, sino también la generosidad de Cristóbal Balenciaga. Fue él quien los animó a crear sus propias firmas cuando los vio preparados.

Creo que también es importante hablar de las relaciones que mantuvo con los otros grandes de la moda.

 

Balenciaga y la pintura española en el Museo Thyssen

 

Coco Chanel mantuvo toda su vida una relación de amistad y rivalidad con él. La última aparición pública del modisto de Guetaria, un año antes de su muerte, fue en el entierro de ella. Chanel dijo en una entrevista: “Balenciaga es el único capaz de diseñar, cortar, montar y coser un vestido con sus propias manos”

Cristian Dior dijo de él: "La alta costura es una orquesta que sólo Balenciaga sabe dirigir. Nosotros, el resto, seguimos sus indicaciones". La admiración que le profesaba el francés queda reflejada en la visita que le hizo junto a Pierre Balmain en 1948. Tras la muerte del que fue su compañero y socio, Wladzio D'Attainville, Balenciaga pensó en retirarse, y los dos diseñadores franceses fueron a hablar con él y convencerle de lo contrario. 

En 1969 decide retirarse. Se da cuenta que el mundo está cambiando y sus clientas se dejan tentar por la llegada del pret a porter . Él entiende que es un tipo de costura totalmente incompatible con su obra. Solo una prenda confeccionada a medida puede enaltecer las virtudes de una mujer y ocultar sus defectos y no se adaptaba a las exigencias de trabajo impecablemente hecho que él mismo se impuso toda la vida. Curiosamente, uno de sus últimos trabajos se acerca al pret a porter, los uniformes de las azafatas de Air France, aunque pidió a la compañía que le habilitarán una sala en el aeropuerto para poder probar a cada una su uniforme y adaptarlo a sus características especiales.

Ya retirado, recibe un encargo el que sería su último trabajo: el traje de novia de Carmen Martinez Bordiu. En 1972 fallece en Jávea y es enterrado en su Guetaria natal, donde hoy en un anexo construido en la casa de su mentora, la marquesa de Casa Torres, que alberga el museo dedicado a él.

Sobre el autor:

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Carmen López de Pablos

Carmen López de Pablos, estilista

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