Ni 23 ni 24 grados: ¿a qué temperatura debe ponerse la calefacción del coche en invierno?
Subir demasiado la temperatura no es la mejor opción
Con la llegada del invierno, ajustar correctamente la calefacción del coche se vuelve fundamental tanto para la comodidad como para la seguridad durante la conducción. Muchos conductores tienden a subir la temperatura más de lo necesario, sin saber que esto puede afectar directamente a su atención y reflejos en carretera.
La temperatura ideal
Según diversos especialistas en seguridad vial, incluida la Dirección General de Tráfico (DGT), la temperatura ideal dentro del vehículo debe situarse entre los 19°C y los 22°C. Este rango garantiza un ambiente confortable sin provocar somnolencia, un efecto habitual cuando el habitáculo está demasiado caliente.
Por encima de esos valores, el calor excesivo incrementa el cansancio y reduce la capacidad de reacción del conductor. Del mismo modo, circular con temperaturas inferiores a los 19°C puede resultar contraproducente, ya que el frío provoca rigidez en manos y pies y dificulta la precisión en los movimientos.
Ahorra combustible
Los expertos también advierten de que no es conveniente activar la calefacción al máximo nada más arrancar el coche. Si el motor aún está frío, el sistema funciona de manera menos eficiente, aumenta el consumo de combustible y es más probable que los cristales se empañen, reduciendo la visibilidad.
Encender la calefacción de forma progresiva permite que el sistema alcance su rendimiento óptimo y evita cambios bruscos de temperatura dentro del habitáculo. Además, favorece un uso más eficiente del combustible, especialmente en trayectos cortos o condiciones de frío intenso.
Por todo ello, frente a la creencia extendida de que lo adecuado es fijar la calefacción en 23°C o 24°C, la recomendación general apunta a mantener una temperatura moderada y constante entre 19°C y 22°C. Esta franja no solo ofrece mayor confort, sino que también mejora la seguridad y favorece una conducción más eficiente.
