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Ángel Expósito: "Hemos olvidado a nuestras madres, que hicieron la revolución feminista de verdad"

Fernando Ónega

Foto: Pablo Recio

Domingo 26 de febrero de 2023

ACTUALIZADO : Domingo 26 de febrero de 2023 a las 13:44 H

8 minutos

Fernando Ónega, presidente de 65YMÁS, conversa con el presentador de 'La Linterna' de COPE

Ángel Expósito: "Hemos olvidado a nuestras madres, que hicieron la revolución feminista de verdad"
Fernando Ónega

Foto: Pablo Recio

Domingo 26 de febrero de 2023

8 minutos

Ángel Expósito "desmonta" el feminismo de "postureo" en 'Mi abuela sí que era feminista'

 

El presidente de 65YMÁS, Fernando Ónega, ha conversado con el veterano periodista y presentador del programa 'La Linterna' de la Cadena COPE, Ángel Expósito, sobre su nuevo libro, Mi abuela sí que era feminista, en el que reivindica a la generación de "madres y abuelas, que de verdad hicieron la revolución feminista en nuestro país". Expósito repasa la trayectoria de varias mujeres que considera "ejemplares" y unas auténticas "heroínas", entre las que se encuentran varias misioneras, madres coraje, niñas que han crecido en países en los que se violan los derechos de la mujer, víctimas del terrorismo... "Respeto a la mujer, sin lugar a duda, por lo que me inculcaron ellas, no por lo que veo ahora en los telediarios", asegura. 

FERNANDO ÓNEGA - El libro me ha sorprendido, empezando por el título. No es lo mismo decir "Mi abuela era feminista" que Mi abuela sí que era feminista. Intuyo que el "sí que era" excluye a otras.

ÁNGEL EXPÓSITO - Tienes toda la razón, está absolutamente buscado. Creo que estamos asistiendo, en lo económico, en lo político, en lo social y, dentro de lo social, en el feminismo, a una demagogia que nos rodea completamente.

Si montas una pequeña empresa eres un multimillonario capitalista, cuando, en verdad, eres un autónomo que pagas impuestos como un bellaco. Si hablas de política y te sales del redil, eres poco menos que un fascista. Y si hablas de las mujeres y te sales del feminismo oficial, eres un machista, un homófobo, un tránsfobo.

Por tanto, cada vez me 'repatea' más la demagogia. Y en el caso del feminismo, nos estamos olvidando de las que verdaderamente hicieron la revolución en este país: nuestras madres, nuestras abuelas y un montón de mujeres que hoy están labrando el futuro de la dignidad de la mujer. Y no es el que nos quiere vender la política.

F.O.- En el libro cuentas historias de mujeres ejemplares que han hecho, efectivamente, la revolución de la mujer. Cada una de ellas podría ser una novela.

A.E.- Cada una es una película basada en hechos reales porque todas, salvo mi abuela, están vivas. Ella es el epílogo, es la excusa. Las otras 12 son historias reales. Algunas son triples, como las tres monjas de Ucrania con las que estuve hace unos meses. Otras dobles, como Gloria Ramos, la niña con Síndrome de Down de la película Campeones y su madre. Y las demás son individuales.

Son mujeres a las que he tenido la suerte de conocer por mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo, que decía el Capitán Tan. Son historias vivas de mujeres increíbles, y el principal trabajo del libro fue seleccionarlas, porque tengo muchas más.

Eso sí, hay un denominador común. En cualquier guerra, atentado, crisis humanitaria, terremoto –como hace bien poco– o en cualquier problema social, siempre te encuentras a una mujer, a una madre, a una misionera o a alguien, que tira del carro.

El marido puede estar guerreando –imagínate, en África–, vagueando –que hay muchos– o desaparecido, pero ellas están siempre. Y por eso me llamaron la atención esas historias.

 

Ángel Expósito y Ónega 3

 

F.O.- Hay mujeres que han sido víctimas del terrorismo, viudas de atentados, misioneras, de las fuerzas armadas... ¿Existe un sector que haya sido más movilizador feminista que otros?

A.E.- No lo sé. Hay una niña afgana rescatada por los boinas verdes, y no hay ningún país más machista, retrógrado y medieval que Afganistán. Hay también una capitana enfermera del Ejército del Aire, de las que se tiran en cable a por inmigrantes para intentar salvar la vida de los moribundos en mitad del Atlántico. Está Conchita Martín, la viuda del teniente coronel Blanco.

Pero si tuviera que destacar unas feministas increíbles, que luchan por la dignidad de la mujer con todas las mayúsculas, serían las misioneras. La capacidad que tienen esas monjas, igual que muchos misioneros que hay por el mundo, de sacar adelante a niñas, de combatir por la dignidad de la mujer, de luchar contra la ablación del clítoris, por la higiene, por la maternidad, de luchar contra el machismo en el corazón de África o contra el yihadismo o de ayudar en Ucrania, con esas niñas abandonadas o con esas madres con vientre de alquiler... Con esas misioneras te dices: "Dios mío de mi vida, no tendrán marido, no sabrán lo que es vivir en pareja, pero hacen más por la mujer, que cualquiera de nosotros en toda nuestra vida". 

 

Ángel Expósito 1

 

F.O.- Luego, tenemos el caso de la mujer normal española, la de mi edad, la de la tuya, que eres más joven, incluso las mayores, tu abuela, cuando vivía. Me ha sorprendido ver que, en la época más dura de los acosos, de los crímenes pasionales, etc., ya había centros de acogida promovidos por esas mujeres que sacas en tu libro, no por el Estado ni por el Gobierno y tampoco por ningún tipo de asociación de las que se llaman cívicas.

A.E.- Sí. Por desgracia, la violencia machista existió siempre. Y seguramente muchísimo más. No quiero quitar un milímetro de gravedad a un solo crimen pero, ¿nos imaginamos lo que era la violencia machista en la Galicia profunda durante los años 50, en la posguerra o en la Talavera o el Toledo profundo de mi abuela?

Sin embargo, ellas nos inculcaron unos valores de dignidad y de respeto a la mujer, desde su propio sacrificio. Y cada vez que oigo a la ministra de Igualdad, a la de Derechos Sociales o al presidente del Gobierno hablar en masculino y en femenino para decir soldados y soldadas, miembros y miembras, hermanos y hermanas, trabajadores y trabajadoras, pienso en la gente que me inculcó los valores de igualdad y de respeto. No sabían ni leer ni escribir. Mi madre, en paz descanse, tenía que pensar para firmar: primero, la 'f', de Francisca, y acababa con la rúbrica y con los dos palitos típicos. Eso sí, yo respeto a la mujer con toda la igualdad posible, por lo que me inculcaron ellas a través de un amor infinito, no por lo que veo ahora en los telediarios. 

F.O.- ¿En los telediarios se ve mucha mentira respecto a este tema?

A.E.- Mucha demagogia. Hablo generalizando, que no se entienda que es el de TVE, el de Antena 3 o el mío. La política y los periodistas nos retroalimentamos en exceso y nos olvidamos de los verdaderamente importantes: quienes sacan este país adelante, en la economía real, el 90% de las PYMES, no el Gobierno o los Fondos Next Generation, sino los pequeños y medianos empresarios, pagando y dejándose la vida en el bar de la esquina o en el comercio.   

En el caso del feminismo pasa igual. Quien está consiguiendo esa igualdad son ellas, las auténticas protagonistas, las que denuncian el maltrato, las que sacan adelante a sus familias, las que lo hacen en África, en Afganistán o las que rescatan embarazadas en un cayuco. Son ellas, no la ministra de turno o un político que habla en masculino o femenino.  

F.O.- Quizás por esa razón, vuelvo a la portada del libro, son "mujeres superheroínas que desmontan el empoderamiento de postureo".  

A.E.- Creo que estamos asistiendo a un postureo en muchísimas cosas, que es lo mismo que la demagogia, dicho en fino. El empoderamiento de estas mujeres que reivindican y se ponen estupendas en el mitin, cuando han llegado con todo hecho, cuando te ha puesto ahí un líder absoluto estalinista de tu partido, pues qué quieres que te diga, ejemplo de feminismo no me parece, más bien, puro postureo.

F.O.- El día 8 de marzo, que es el próximo Día Internacional de la Mujer, ninguna de las que citas va a ser homenajeada, me da la impresión.

A.E.- Seguramente. Cuando ves las historias de los políticos –en general– y de las políticas –en particular– que hoy nos invaden –y no me voy a meter en partidos–, y las comparas con las tres monjas de Kiev, con la hermana Gloria, con Conchita Martín, con la niña de Afganistán, con Gloria Ramos, con Carmen Quintanilla, la líder de la mujer rural por excelencia, cuando las ves a todas ellas, más las que me olvido, acabas diciendo: son superheroínas.

¿Cómo han podido sacar adelante a sus familias, sus proyectos o su vida? En el libro cuento la historia de Juanita Rodríguez, que tiene 87 años y que está mejor que yo. Se casó por poderes con su novio, que conoció por foto. Vivía en la Isla de La Palma, en Tazacorte, que ahora todos sabemos dónde está. El primer beso con su marido se lo da en Caracas, porque emigra allí, como todos los canarios. Hace su vida y, como dice, busca carreras exitosas para sus hijas y para sus nietas. Luego, Venezuela cae en el infierno, vuelven las hijas y las nietas a Canarias y, hace dos veranos, ella; y después le estalla el volcán. ¿Dónde está la película de cualquier guionista? Son increíbles.

F.O.- Son superheroínas y la sociedad occidental está en deuda con ellas.

A.E.- El denominador común es que aparece una madre, una abuela o, en este caso, una hermana. Siempre están ellas.

F.O.- ¿No se te ha ocurrido pedir el prólogo de este libro fantástico a la ministra de Igualdad?

A.E.- No. Seguramente no estaría de acuerdo con la selección. Para la ministra, la líder del feminismo seguramente será ella o su compañera de partido. Precisamente, no he metido ningún enfoque político, porque me parecía contaminar el libro. Las personas son de toda condición y generación y salvo a las misioneras, no le he preguntado a nadie qué rezan, porque me da igual. Son superheroínas. Punto. 

Sobre el autor:

Fernando Ónega

Fernando Ónega

Fernando Ónega, presidente del diario 65ymas.com, es un cronista imprescindible desde los primeros tiempos de la transición. Una voz escuchada y respetada por su rigor y su neutralidad. 

Fue director de prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, siendo autor de buena parte de sus discursos.

Ha trabajado en distintos medios escritos y televisiones. En la radio, inauguró el comentario político en mayo de 1978, en el programa “Hora 25” de la Cadena SER. Después ha sido director de informativos de la Cadena SER y de la Cadena COPE, además de director general de Onda Cero. En esta misma emisora, colaboró con Luis del Olmo durante 17 años, con Carlos Herrera y, desde abril de 2015 a septiembre de 2022, colaboró en los programas “Más de uno”, con dos comentarios políticos diarios, y en La Brújula, con una carta también diaria.

En prensa escrita publicó su primer trabajo a los 13 años en “La Noche” de Santiago de Compostela. Dos años después firmaba una página semanal y hacía entrevistas en “El Progreso” de Lugo. Dirigió el diario “Ya”, fundó el confidencial y la agencia “Off the record” (“OTR Press) y en los últimos tiempos ha sido columnista de “La Vanguardia y “La Voz de Galicia”. 

En televisión, fue director de varios programas en TVE, así como director de relaciones externas de la cadena pública. También ha presentado los espacios informativos de Telecinco y Antena 3 y colaboró como contertulio en varios programas de debate. 

Autor de diversos libros entre los que destacan “El termómetro de la vida”, “Puedo prometer y prometo”, “Juan Carlos I”, “Qué nos ha pasado, España”. 

En 2020 recibió su tercer Premio Ondas, en este caso a la trayectoria o mejor labor profesional. El jurado reconoció "su fecunda carrera en la radio, tanto en su faceta directiva como ante el micrófono, desarrollada en las principales cadenas". "Fue pionero de la incorporación de los espacios de opinión en la radio, y sigue todavía hoy aportando una mirada ponderada sobre la actualidad", destacó. 

A lo largo de su trayectoria también ha recibido otros galardones, como el Premio Godó, varias Antenas de Oro y Micrófonos de Oro, aunque él presume de otros reconocimientos: por ejemplo, la Medalla Castelao de Galicia o los nombramientos como Hijo Predilecto de Pol, o Hijo Adoptivo de Lalín y de la Provincia de León.

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