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¿Cómo ahorrar energía con el frigorífico? Los errores más habituales que debemos evitar

María Bonillo

Foto: Bigstock

Jueves 4 de enero de 2024

4 minutos

Desde la OCU destacan que el mejor o peor uso que le demos puede influir en el gasto de energía

¿Cómo ahorrar energía con el frigorífico? Los errores más habituales que debemos evitar. Foto: Bigstock
María Bonillo

Foto: Bigstock

Jueves 4 de enero de 2024

4 minutos

El frigorífico no es solo un electrodoméstico prácticamente indispensable en nuestra casa, sino que además es uno de los que más energía consume, tal y como advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que destaca que el mejor o peor uso que le demos puede influir en el gasto de energía

Y es que este aparato se encuentra siempre funcionando, a excepción de algunas temporadas largas que pasemos fuera de casa. En este sentido, la OCU (@consumidores) ha detectado los 10 errores más comunes que se suelen cometer con respecto a este aparato, los cuales, cambiándolos, podremos conseguir ahorrar en la factura de la luz "sin gran esfuerzo", aseguran. 

El frigorífico es el electrodoméstico que más gasta

Los errores más comunes

Comprar el frigorífico más barato, aunque puede parecer una buena decisión en un primer momento, puede no serlo a la larga. Y es que, el precio de compra no es lo único que tenemos que mirar, también es importante "comprar el coste de uso y elegir un modelo más eficiente", señalan. De esta forma, si compramos un frigorífico que consuma menos energía y sea más eficiente, con el paso del tiempo se notará más en nuestro bolsillo (puede llegar a suponer un ahorro medio del 30%). 

El precio no es lo único que debemos tener en cuenta, también las dimensiones del modelo y que estas se adapten a nuestras necesidades; estaremos desperdiciando electricidad si es más grande de lo que necesitamos, o no será todo lo eficiente que puede si siempre está demasiado lleno (es necesario que haya un poco de espacio entre los alimentos y los estantes para que circule el aire frío). También entre el frigorífico y la pared, por detrás y a ambos lados (unos 10 centímetros).

Además, organizar bien el contenido del frigorífico ayudará a que no necesitemos tener la puerta abierta durante demasiado tiempo al buscar un alimento en concreto. 

Puesto que se trata de un aparato cuya función es enfriar, si lo colocamos cerca de alguna fuente de calor, también la luz del sol, necesitará trabajar más para mantener la temperatura del interior, lo que se traduce en un mayor gasto energético. Esto no quiere decir que cuanto más frío mejor para conservar los alimentos, sino que deberemos ajustar el termostato según la temperatura ambiente para que en el interior del frigorífico haya una temperatura adecuada (entre 5ºC y 7ºC en el frigorífico, y -18ºC en el congelador). "Una temperatura más baja consumirá más energía sin ninguna ventaja en términos de conservación de los alimentos", advierten. 

La limpieza siempre es importante a la hora de un buen mantenimiento del aparato, la cual contribuirá a su vez a su buen funcionamiento en el corto y largo plazo. En este sentido, limpiar el aparato cada seis meses ayudará a eliminar olores desagradables y la posible formación de moho o bacterias perjudiciales. Destacan la importancia de acordarse de las rejillas de ventilación que se encuentran en la parte trasera del aparato, el aspirador y las juntas de goma. 

También del hielo que puede formarse en las paredes del interior, ya que puede aumentar el consumo. El desgaste de las gomas de las puertas podría ser el motivo, si no sellan correctamente. 

Apagar el aparato si vamos a estar durante un largo periodo de tiempo será la mejor forma de ahorrar en su consumo, siempre y cuando no tengamos alimentos que puedan estropearse. 

Por último, y aunque no lo parezca, la forma en que descongelamos o metemos en el congelador algunos alimentos también influye en un mayor gasto energético. Más allá de la importancia de descongelar bien los alimentos congelados, si lo hacemos en el frigorífico, además de resultar más seguro, el aparato podrá aprovechar el frío que desprenden los alimentos congelados y así ahorrar energía. Por otra parte, si evitamos guardar los alimentos mientras aún estén calientes, costará menos enfriarlos. 

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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