Las mayores aberraciones de la historia cometidas con la paella

La paella es uno de los platos estrella de la gastronomía española y, sin duda, el más popular de la Comunidad Valenciana. Al tener tantos fanáticos, es una receta que siempre desata la polémica, ¿qué es una auténtica paella valenciana? Según dicen los valencianos, no todo el arroz es paella, y muchos que tratan de elaborar el famoso plato, realmente, cocinan "arroz con cosas". Todo influye en conseguir un buen resultado: desde los ingredientes, hasta el modo de preparación. Cada uno lo hace a su manera y esto cambia dependiendo de la zona, aunque la paella tradicional es siempre la misma: es tan perfecta la combinación de sabores que no merece la pena cambiarla. Pero, más allá del debate sobre qué es y que no es una verdadera paella, cuando visitas algunos restaurantes del país y, sobre todo, cuando sales de nuestras fronteras, te puedes llevar una sorpresa capaz de escandalizar a cualquier español independientemente de la comunidad a la que pertenezca.

Una de las paellas más conocidas, no precisamente por recibir aplausos, fue la del chef británico Jamie Oliver. Oliver es uno de los cocineros más conocidos en Reino Unido y, cuando publicó en redes sociales su propia "paella valenciana", los tuiteros se le echaron encima al momento. No, la paella no lleva guisantes ni mucho menos chorizo.

Seguro que lo hizo con la mejor de sus intenciones y puede que estuviera muy rica, pero ese día se dio cuenta que se había aventurado demasiado elaborando esta receta: la paella no se toca. Su nombre fue Trending Topic y varios famosos, como Alberto Chicote, se sumaron a los comentarios que bromeaban sobre la paella con chorizo de Oliver.

Sin embargo, aunque fue una de las más sonadas, no ha sido el mayor crimen paellero que se ha cometido ni de lejos. Es más, hace un par de años, la cuenta de Twitter llamada Cuerpo Nacional Gastronómico (@CNGastronomia) impulsó el hashtag #StopGastroterrorismo para que los usuarios compartieran en la red social los platos más locos que jamás hubieran visto. ¿Adivináis cuál fue el más repetido? Exacto, la paella.

Aquí tenemos una procedente de Disneyland Paris. Los amantes de la paella no tardaron en criticar que el plato valenciano también llevara guisantes y chorizo, como el de Oliver, pero además de eso, les hervía la sangre al ver que lo servían en un vasito de café chorreando por todos los lados. 

¿Una paella con huevo y algas? Tal y como menciona este tuitero, el estado brasileño de Minas Gerais "ha declarado la guerra a España" con este plato.

Definitivamente, que el chef me disculpe, pero esta paella no puede tener peor pinta. Además de echarle queso rallado por encima, parece un "mejunje", como bien dice el creador del tuit.

Una de las normas que debe saber todo maestro paellero es que la paella es arroz seco. Parece ser que a este cocinero se le fue la mano con el aceite y este fue su resultado.

En este caso, no parece un restaurante, sino más bien se intuye que la persona que iba a comer el plato decidió añadir después un extraño ingrediente: la mantequilla. Para gustos los colores.

¿Y qué me decís de la paella azul? Solo hay que cambiar el azafrán por el colorante alimentario azul. Puede darle otro toque estético, pero lo que se dice apetecible, precisamente, no es. Además, con guisantes, como si no fuera suficiente con saltarse una norma.

Por último, cuando creemos que lo hemos visto todo, aparece una pizza de paella. Con lo ricas que están ambas por separado, vaya ganas de estropear los dos platos con esta combinación.