De todos los encurtidos que existen… puede que los pepinillos en vinagre sean los más tradicionales de la gastronomía española… sin olvidarnos de las cebolletas, de las piparras vascas, de las berenjenas de Almagro, y de tantas otras. Crujientes y con un sabor chispeante se trata de un aperitivo, y a veces el ingrediente para otros platos, delicioso. Y si lo hacemos con ingredientes de primera, pues mejor que mejor, como los pepinos de la huerta murciana. Elaborar encurtidos es, además, una forma excelente de dar salida a la cantidad de pepinos que nos regala la huerta en temporada, y así poder disfrutarlos durante todo el año.
Para hacer pepinillos en vinagre en casa, lo primero que conviene que hagamos es esterilizar el frasco en el que los vamos a guardar. Para ello, pon el frasco abierto, y su tapa en el fondo de una olla amplia con agua fresca, de tal forma que el agua cubra totalmente el frasco y llévalo a ebullición.
Desde el momento en que rompa a hervir, cuece durante 10 minutos. Pasado ese tiempo, saca el frasco del agua y deja escurrir sobre papel absorbente.
Ahora, sumerge los pepinos en agua fría durante dos horas. Puedes ponerlos en un bol con agua. Tenlos en la nevera durante ese tiempo.
Pasadas esas dos horas, saca los pepinos, enjuágalos bajo el chorro de agua fresca en el grifo y ´sécalos bien, con la ayuda de un papel de cocina o con un paño limpio.
Añade la sal y el azúcar en el fondo del frasco. Añade uno de los ajos pelados y la mitad de los granos de pimienta.
Añade también una ramita de hinojo fresco. Si no lo encuentras, también puedes usar semillas secas.
Acomoda después los pepinos.
Por encima, pon el otro ajo pelado, la otra mitad de las bolitas de pimienta negra y otra rama o semillas de hinojo.
Llena el frasco de agua hasta la mitad y termina de rellenarlo con vinagre blanco.
Cierra el frasco con su tapa y mueve para que se mezcle todo bien.
Guardalo en el frigorífico y deja que se vayan haciendo durante una semana. De vez en cuando, agítalo para que no quede ninguna parte de los pepinillos sin mojar y para que se repartan bien los sabores y los condimentos.
Una semana es el tiempo mínimo, aunque estarán mucho mejor si dejamos que se hagan durante 15 días. A partir de ese momento, ya se pueden consumir… ¡y disfrutar!
