Si no vives o has visitado con frecuencia la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, es posible que nunca hayas oído hablar de una de sus bebidas más típicas: el agua de cebada. Este cereal, que todo el mundo vincula a otro de los tragos más populares del mundo, la cerveza, guarda un gran potencial en su interior, así como numerosas cualidades medicinales.
Así, desde su origen en el siglo XVIII, la gente no solo ha recurrido a ella por su refrescante sabor, también por sus propiedades nutricionales. Incluso más allá de nuestras fronteras, pues el agua de cebada también se bebe en Costa Rica, donde recibe el nombre de maximalta, en Perú, México o Gran Bretaña. Bajo esta premisa, ¿que beneficios hacen tan especial esta bebida?
El agua de cebada, más concretamente el cereal del que procede, es rica en minerales, especialmente el potasio, el calcio y el fósforo; vitaminas del grupo B, ácido fólico, fibra soluble y betaglucanos, relacionados con la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, su mayor virtud es su riqueza en oligoelementos, compuestos que participan activamente en el funcionamiento del organismo y entre los que destacan el cobre, el zinc y el selenio, uno de los antioxidantes más poderosos. ¿Qué beneficios aporta esta combinación de nutrientes?
Lamentablemente, como muchos otros alimentos, el agua de cebada también puede provocar algunos inconvenientes. Por ejemplo, algunos expertos recomiendan no consumirla si también estás siguiendo un tratamiento farmacológico, pues la mezcla puede irritar el estómago y provocar síntomas como hinchazón, dolor o calambres. Además, contiene gluten, por lo que no puede formar parte de la dieta de las personas celíacas. Por eso, para evitar males mayores, antes de introducir esta bebida de manera habitual en tu alimentación, consúltalo con un profesional.