Estos son los 4 hábitos que más perjudican tu salud después de los 60 años

Cuando llegas a los 60 años, es normal que puedas empezar a sentir algunos cambios en tu cuerpo. Algunas personas sienten menos energía, más rigidez, y una recuperación más lenta tras realizar cualquier actividad. Es por eso que muchos optan por mejorar su alimentación, hacer ejercicio de manera regular y llevar un estilo de vida más saludable. Sin embargo, también existen ciertos hábitos que, aunque no te des cuenta, estarán perjudicando tu salud.

No son exactamente esas costumbres que hacen mucho daño como fumar o tomar alcohol en exceso, sino que se trata de acciones cotidianas que muchas veces podemos pasar por alto, y que, con el paso del tiempo, van deteriorando nuestro bienestar y acelerando el envejecimiento. 

La revista Eat This, Not That! ha publicado una lista de cuatro hábitos silenciosos que debemos tener en cuenta si no queremos llegar a deteriorar nuestra salud.

No consumir suficiente proteína

Con el paso de los años, mantener la masa muscular se vuelve una tarea más complicada, por lo que una de las claves para conservarla es tener una buena ingesta de proteínas. Courtney D’Angelo, dietista especializada, indica que este nutriente es esencial para fortalecer los músculos y huesos, e incluso te puede ayudar a controlar tu peso.

Esta proteína que tu cuerpo necesita después de los 60 años la podemos encontrar en alimentos como huevo, salmón, pollo, pavo o carne de ternera. Es importante mencionar que estos deben ser preparados de manera saludable, como a la plancha o al horno.

Beber poca agua

Uno de los errores principales entre las personas mayores es no darle la debida importancia a la hidratación constante. Según la doctora Lisa Young, a medida que vamos envejeciendo, sentimos menos sed, lo que aumenta el riesgo de que no bebamos los litros necesarios de agua al día.

Mantenerse hidratado es clave para el funcionamiento del cuerpo, pues influye desde la digestión hasta la circulación de la sangre. Lo ideal es beber entre 2 y 3 litros de agua al día, lo que equivale a 8 o 9 vasos.

Comer a deshoras

Algo que también afecta la salud de las personas mayores es tener horarios de comida irregulares. Comer fuera de horas puede interferir con el sueño y los ritmos del cuerpo, algo que puede llegar a causar insomnio y afectar a la regeneración celular que ocurre durante el descanso.

Esta práctica puede causar aumentos bruscos en los niveles de azúcar en la sangre, favorecer el sobrepeso y aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Regular los horarios de las comidas es una buena forma de mantener la estabilidad metabólica.

No incluir suficiente fibra en tu dieta

Otro de los hábitos que puede dañar nuestra salud es no consumir una buena cantidad de fibra, que es un nutriente clave para la salud intestinal. Kara Landau, dietista experta, explica que la fibra aumenta las bacterias beneficiosas para nuestro intestino, ayuda a reducir la inflamación, mejora la absorción de nutrientes e influye de manera positiva en nuestro estado de ánimo.

Para obtener la cantidad de fibra que nuestro cuerpo necesita, lo puedes hacer consumiendo legumbres, verduras de hojas verdes, cereales y pan integral.