Alexandra Concepción Pérez-Mancebo
Salud
El ingrediente casero que puede aliviar la tos nocturna
Un remedio casero que puede aliviar la tos leve y mejorar el descanso
La tos es uno de los síntomas más molestos cuando llegan los virus respiratorios del invierno. No tanto por su gravedad, sino porque suele intensificarse por la noche, interrumpe el descanso y hace que dormir resulte difícil, tanto para quien la sufre como para quienes comparten el espacio.
En un momento en el que la incidencia de la gripe es elevada y los expertos advierten de que el pico aún no ha llegado, es habitual que muchas personas busquen remedios sencillos para poder pasar mejor la noche.
En este contexto, hay un ingrediente habitual en muchos hogares al que tradicionalmente se le atribuyen propiedades calmantes: la miel. Más allá del clásico remedio de abuela, su uso para aliviar la tos nocturna ha sido analizado en distintos estudios médicos. Los resultados indican que puede ser útil en determinados casos, aunque no de forma universal ni en cualquier situación.

Cuándo la miel puede ayudar a aliviar la tos
La miel puede resultar especialmente beneficiosa cuando la tos está relacionada con infecciones víricas leves de las vías respiratorias altas, como resfriados o gripe, y no existen síntomas de alarma. Su textura viscosa recubre la garganta y ayuda a reducir la irritación que activa el reflejo de la tos, sobre todo antes de dormir.
Algunos estudios han observado que tomar una pequeña cantidad de miel antes de acostarse puede disminuir la frecuencia e intensidad de la tos nocturna y mejorar la calidad del sueño, tanto en niños mayores como en adultos. El efecto no es inmediato ni milagroso, pero en ciertos casos resulta suficiente para disfrutar de una noche más tranquila sin necesidad de recurrir a jarabes u otros medicamentos cuando no son imprescindibles.
Cuándo no conviene usarla y qué tener en cuenta
La miel no es un tratamiento general para la tos ni sirve para todos los casos. No está indicada cuando la tos es persistente o se acompaña de fiebre alta prolongada, dificultad para respirar o dolor en el pecho, situaciones en las que es fundamental consultar con un profesional sanitario.
Tampoco debe administrarse nunca a bebés menores de 12 meses, debido al riesgo de botulismo infantil, ni abusarse de ella en personas con diabetes u otros trastornos metabólicos, ya que se trata de un alimento rico en azúcares. En estos casos, incluso cantidades pequeñas deben valorarse con precaución.



